UNA DOCUMENTACIÓN ESENCIAL PARA CONOCER EL SÁHARA OCCIDENTALCarlos Ruiz MiguelCatedrático de Derecho ConstitucionalUniversidad de Santiago de Compostela |
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NACIONES UNIDAS CONSEJO DE SEGURIDAD
INFORME DE LA MISION VISITADORA DE LAS NACIONES UNIDAS AL SAHARA ESPAÑOL
Empezamos a publicar, en este número el informe de la Comisión, visitadora
enviada por la ONU al territorio autónomo de administración española del
Sahara occidental. Su extensión. Es poco armónica con la distribución
habitual del espacio en cada número de la REVISTA y, por otra parte, su
publicación puede efectuarse en varios números, sin romper el sentido del
documento. Quizá los lectores, o algunos de ellos, lo consideren un texto
puramente histórico. Por supuesto que al acabarse la inserción lo será. Pero
no perderá su valor por ello, precisamente a consecuencia de los debates que
en la ONU sucedieron al llamado Acuerdo Tripartito de Madrid. La ONU -como
recordarán nuestros lectores- se había mostrado débil y lenta ante la
invasión llamada “marcha verde” del Sahara. Entre participar en una
carnicería de oscuras y peligrosas consecuencias -incluida una eventual
condena del país defensor por la propia; ONU- y negociar, el tránsito de
destino de un territorio, que ya España había. Anunciado que dejaría, Madrid
no sintió dudas. Pero la ONU, tan confusa antes en el sostén del principio
de autodeterminación proclamado por España desde 1972, sintió in extremis
fervores autodeterministas, como siempre sin prever ni precisar el
acomodo entre la realidad y sus resoluciones ni el respaldo a otorgar a la
población afectada. De ahí el valor, no escribiremos póstumo, pero sí
tardío, del informe de la misión visitadora que empezamos a publicar.
. .
El envío de misiones visitadoras tiene débiles precedentes en el viejo
sistema de la Sociedad de Naciones respecto de los mandatos. En la ONU se
pensó primero en aplicarlo a los escasos fideicomisos, y así se previó en el
Reglamento del Consejo de Administración Fiduciaria o de Tutelas,
combinándolo con el examen de las memorias anuales de los “administradores"
o fideicomisarios y con la audiencia de los llamados peticionarios. Pero
luego, y a consecuencia de los sucesivos acuerdos de la ONU, propter
Chartamy no secundum Chartam, se extendió a la lista mucho más
numerosa de las dependencias del capítulo XI de la Carta. Que han disminuido
mucho, casi siempre por independencias (no necesariamente abruptas en las
nuevas relaciones con la ex metrópoli), pero a veces por asociaciones,
integraciones y, como se dibuja en el Sahara, por simples repartos
vecinales.
Los informes de las misiones visitadoras son desiguales entre sí y
heterogéneos en muchos casos dentro de su contexto. Los hay largos y
cortos, con predominio de los primeros; claros y confusos, sin que falten
por completo los incongruentes. En general, cuando reina la armonía de
criterio en sus redactores, las conclusiones son precisas y en congruencia
con el texto, que contiene antecedentes y datos, consignación de impresiones
directas de los visitadores y, en fin, razonamientos de las conclusiones que
sienten. Recuerden nuestros lectores que los visitadores fueron tres: Cuba,
avanzada comunista en América, favorable a la autodeterminación, y dos
Estados, uno africano y joven, Costa de Marfil, y otro asiático y antiguo,
Irán. El primero de ambos partió de sus simpatías hacia Marruecos. Irán
navegó entre las dos tendencias en presencia. Por otra parte, los
visitadores no se limitaron al contacto con el escenario de la
descolonización. Tuvieron también contacto con las capitales afectadas,
Madrid, Rabat, Nuakchott y Argel, cuarto en la disputa, aunque se
desinteresara del territorio.
Fruto de todas estas circunstancias, el informe es complejo o, más
exactamente, complicado. Pero si no representa la aceptación pura y simple
de una rápida autodeterminación, de lo que está más lejos y a lo que está
más claramente opuesto es al unilateral anchluss magrebiano.
Nos parece que si tratáramos de explicar al detalle lo que dice el informe
suplantaríamos el directo e individual juicio del lector por el nuestro. Es
preferible que cada cual deduzca las consecuencias que quiera de la lectura
del informe, y tras de haber valorado mentalmente los conceptos y
razonamientos que los visitadores han estampado. No creemos, sin embargo,
que en líneas generales se pueda llegar a conclusiones muy distintas de
ésta: con predominio del principio autodeterminacionista, los redactores han
querido hacer concesiones a los tres criterios de los interesados africanos
y han tenido, quizá no placenteramente, que reconocer lo bien fundado de las
posiciones de España en la ONU.
J. M. C. T.
COMITE ESPECIAL ENCARGADO DE EXAMINAR LA, SITUACION CON RESPECTO A LA
APLICACION DE LA DECLARACION SOBRE LA CONCESION DE LA INDEPENDENCIA A LOS
PAISES y PUEBLOS COLONIALES
INFORME DE LA MISION VISITADORA DE LAS NACIONES UNIDAS AL
SAHARA ESPAÑOL, 1975
CARTA DE ENVIO
10 de octubre de 1975
Señor Presidente:
Tengo el honor de transmitirle adjunto el informe de la Misión de
visita al Sahara Español que fue aprobado por la Misión el 10 de octubre de
1975.
Le ruego aceptar, señor Presidente, las seguridades de mi
consideración más distinguida.
SIMEÓN AKE
Presidente de la Misión de visita al Sahara Español
(Firmado)
Excmo.
Señor Embajador Salim A. Salim.
Presidente del Comité de los Veinticuatro. Naciones Unidas. . Nueva
York, N. Y.
I. INTRODUCCIÓN
A. Mandato de la Misión Visitadora
1. En su vigésimo noveno período de sesiones la Asamblea General, en su
resolución 3292 (XXIX), de 13 de diciembre de 1974, relativa a la, cuestión
del Sahara Español, pidió al Comité Especial que mantuviera en examen 1a
situación en el territorio, inclusive el envío de una Misión visitadora al
territorio, y que informara al respecto a la Asamblea General en su
trigésimo período de sesiones.
2. El 4 de diciembre de 1974, algunos días antes de la22. El 4 de diciembre
de 1974, algunos días antes de la aprobación de la resolución 3292 (XXIX),
el representante de España declaró en la 2126.a sesión de la Cuarta
Comisión que su país estaba dispuesto a recibir una misión visitadora de las
Naciones Unidas para que comprobara todas y cada una de las circunstancias
de hecho en el territorio
(a).
3. Por consiguiente, de conformidad con el párrafo 5 de la parte
dispositiva de la resolución 3292 (XXIX), a raíz de la invitación del
Gobierno de España y con arreglo a lo dispuesto en las consultas celebradas
por su Presidente, el Comité Especial decidió que una misión de tres
miembros, integrada por los representantes de la Costa de Marfil, Cuba y el
Irán, se trasladara al Sahara Español en la primera semana del mes de mayo
de 1975 (A/ AC.109/PV.996). El Comité decidió además que el señor
Simeón Aké, representante permanente del la Costa de Marfil ante las
Naciones Unidas, fuera el presidente de la Misión.
4. En cartas de fechas 15, 16 Y 22 de abril de 1975, dirigidas al presidente
del Comité Especial, los Gobiernos de Mauritania, Marruecos y Argelia
invitaron a la Misión visitadora al Sahara Español a que se dirigiera a sus
respectivos países. Para que se entrevistara con las autoridades y se
pusiera en contacto con las poblaciones interesadas
(b).
5. El Comité Especial decidió aceptar las invitaciones de los tres
Gobiernos y pidió a la Misión que organizara su itinerario en consecuencia
en el cumplimiento de su mandato.
6. Durante las sesiones de trabajo celebradas antes de su partida de Nueva
York. Los miembros de la Misión reexaminaron el mandato general del Comité
Especial, contenido en las resoluciones 1514 (XV), de 14 de diciembre de
1960; 1654 (XVI), de 27 de noviembre de 1961, de la Asamblea General, y
resoluciones subsiguientes, en particular la resolución 3328 (XXIX), de 16
de diciembre de 1974, y convinieron en que su mandato caía dentro del marco
de las tareas confiadas al Comité Especial. Su deber era prestar asistencia
al Comité en la realización de su tarea, obteniendo información de primera
mano sobre la situación imperante en el territorio, incluso información
sobre las condiciones políticas, económicas, sociales, culturales y
educacionales, así como con respecto a los deseos y aspiraciones de la
población. A fin de cumplir plenamente su mandato, la Misión decidió que
debía:
a) Celebrar consultas con el Gobierno de España, en su calidad de
potencia administradora, así como con las autoridades del territorio, para
determinar las políticas de la potencia administradora con respectó al
territorio y las medidas que se proponía adoptar para asegurar la
descolonización del territorio con arreglo a la declaración sobre la
concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, contenida
en la resolución 1514 (XV) y a otras resoluciones pertinentes de las
Naciones Unidas, en especial la resolución 3292 (XXIX).
b) Estudiar todos los aspectos de la situación en el territorio en
las esferas política, económica, social, cultural y educacional, así como
en los sectores conexos de la administración, el poder judicial y la
organización militar. Para ello, la Misión debería tener acceso a todas las
ciudades y localidades que considerara necesario visitar para cumplir su
tarea.
c) Establecer contactos directos con el mayor número posible de habitantes
autóctonos del territorio, incluidos los que vivían en ese entonces en el
exterior. Ello podía hacerse celebrando reuniones con los representantes y
los dirigentes de los habitantes autóctonos, así como, con grupos
representativos, tales como organizaciones políticas, culturales y sociales
y con los movimientos de liberación, tanto dentro como fuera, del
territorio, o por cualquier otro medio que la Misión considerara adecuado.
Estos contactos amplios, que debían incluir la mayor diversidad posible de
sectores de .la opinión pública, estaban destinados a permitir que la Misión
determinara los deseos y las aspiraciones de la población autóctona del
territorio.
B. Composición de la Misión Visitadora
7. La Misión estuvo compuesta por los siguientes miembros:
El señor Simeón Aké, representante permanente de la Costa de Marfil ante las
Naciones Unidas (presidente): la señora Marta Jiménez Martínez, del
Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, y el señor Manouchehr Pishva,
representante permanente adjunto del Irán ante las Naciones Unidas.
8. La Misión fue acompañada y asistida por los siguientes funcionarios de la
Secretaría de las Naciones Unidas: señor Myles Minchin, secretario
principal; señor Cheikh Tidiane Gaye, secretario adjunto; señora Christine
Pelletier, oficial de asuntos políticos; señor John Cabrera, oficial
administrativo; señora Alicia F. Kelly, secretaria; señorita Hazel Bryan,
señorita Monique Corvington y señor Eduardo Trilles, intérpretes; y señor
Yutaka Nagata, fotógrafo.
C. Actividades de la Misión Visitadora antes de su partida de Nueva York
9. Antes de salir de Nueva York, la Misión celebró sesiones de trabajo con
los representantes permanentes de España, Marruecos, Mauritania y Argelia.
Esas conversaciones se refirieron principalmente a la organización de la
visita a cada país, la documentación que la Misión deseaba recibir sobre la
cuestión, las personas o grupos con los que la Misión tenía el propósito de
reunirse, tanto en el territorio como en los países vecinos, y las
seguridades que solicitaba la Misión en cuanto a la seguridad de esas
personas y la de los miembros de la Misión.
10. El 22 de, abril 'la Misión' celebró una sesión de trabajo en la sede con
el señor Jaime de Piniés, representante permanente de España ante las
Naciones Unidas, quien, después de hacer una exposición general sobre el
territorio , formuló sugerencias relativas al programa para la estancia de
la Misión en España y en el territorio. Dicho proyecto de programa incluía
la visita a las siguientes Ciudades y localidades: El Aaiún, Semara, Villa
Cisneros, Tichla y La Güera. A propuesta de la Misión, la potencia
administradora aceptó agregar a esa lista las siguientes localidades: Bu
Craa, Daora, Mahbés, Tifariti, Guelta Zemmur, El Aargub y Ausert.
11. En nombre de su Gobierno, el señor de Piniés dio garantías en lo tocante
a la seguridad de los miembros de la Misión durante su permanencia en el
territorio, así como a la de las personas que serían oídas por la Misión.
12. El 23 de abril la Misión celebró sesiones de trabajo separadas con los
representantes permanentes de Marruecos, Mauritania y Argelia. Durante esas
sesiones; los representantes de los países vecinos del Sahara Español
expusieron los puntos de vista de sus -Gobiernos sobre la cuestión y las
disposiciones tomadas o previstas por sus países para recibir a la Misión y
para facilitarle el cumplimiento de su mandato.
13. A solicitud de la Misión, los representantes de los tres países dieron
seguridades de que sus Gobiernos tomarían todas las disposiciones
necesarias a fin de que la Misión gozara, durante su permanencia en los
respectivos países, de libertad de circulación y de contacto con los
movimientos de liberación y con los refugiados saharianos que vivían en esos
países.
14. Además, la Misión recibió de Marruecos, Mauritania y España copias de
los expedientes que esos tres países habían presentado a la Corte
Internacional de Justicia en relación con la opinión consultiva solicitada
por la Asamblea General en su resolución 3292 (XXIX).
D. Programa elaborado por la Misión Visitadora
15. Durante las reuniones de trabajo que celebró en la sede de las Naciones
Unidas entre el 17 de abril y el 2 de mayo de 1975, la Misión elaboró un
programa de trabajo que comprendía los siguientes puntos principales:
a) En Madrid: celebrar conversaciones preliminares con las
autoridades españolas.
b) En el territorio: i) celebrar conversaciones con las
autoridades territoriales, miembros de las instituciones territoriales,
dirigentes de partidos políticos y movimientos de liberación y cualquier
otro grupo o persona que deseara reunirse con la Misión; ii)
establecer el mayor número posible de contactos directos con las poblaciones
de las distintas regiones del territorio; y iii) visitar las
localidades o centros de interés económico, social, cultural y militar.
c) En Madrid: después de la visita al territorio, celebrar nuevas
conversaciones con las autoridades españolas.
d) En los países vecinos del territorio: i) celebrar
conversaciones con representantes de los Gobiernos de Marruecos, Argelia y
Mauritania; ii) reunirse con los dirigentes de los movimientos de
liberación que tenían su base en esos países, y iii) visitar
eventualmente o bien los campamentos de refugiados, o bien la región
fronteriza para establecer contacto directo con los refugiados.
16. Por último, la Misión decidió además dirigir un cuestionario a la
potencia administradora, al finalizar su visita al territorio, y
cuestionarios separados a cada uno de los Gobiernos de los países vecinos
del territorio al concluir su estancia en ellos.
E. Crónica de la Misión Visitadora
1. Primera serie de conversaciones con las autoridades españolas
17. La Misión llegó a Madrid el 8 de mayo, y el 9 de mayo celebró
conversaciones preliminares, en el Ministerio de Asuntos Exteriores, con
una delegación española, dirigida por don Juan J. Rovira, subsecretario de
Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores, y que incluía, entre otras, a
las personalidades siguientes: don Rafael Ferrer, director general de África
y Oriente Medio, Ministerio de Asuntos Exteriores; don Fernando Benito,
director general de Organismos y Conferencias Internacionales, Ministerio de
Asuntos Exteriores; don Eduardo Blanco, director general para la Promoción
del Sahara; don Felipe Pradas, experto adscrito al Ministerio de la
Presidencia, y don Mateo Canalejos, secretario general adjunto del
territorio.
18. Durante esa reunión de contactos iniciales, la Misión recibió
documentos que contenían datos básicos sobre el territorio. También.
Escuchó exposiciones relativas a los distintos aspectos de la situación del
territorio que se trataban en los documentos.
19. En la tarde del 9 de mayo, la Misión fue recibida por don Pedro Cortina
Mauri, ministro de Asuntos Exteriores, quien recapituló la posición del
Gobierno español en lo tocante al territorio y la opinión de éste sobre la
descolonización del Sahara.
20. El 10 de mayo la Misión celebró una segunda sesión de trabajo con la
delegación española, dirigida por el señor Ferrer. La discusión versó sobre
el programa de la visita al territorio, la documentación básica y
cuestiones relativas a los aspectos políticos, institucionales,
administrativos, económicos, sociales y culturales del Sahara
Español.
21. El 11 de mayo la Misión se entrevistó con dos estudiantes saharianos a
solicitud de ellos, quienes expusieron sus puntos de vista sobre la
situación en su país y respondieron a las preguntas hechas por la Misión.
22. El 12 de mayo la Misión celebró una sesión de: trabajo con don Antonio
Curro, ministro de la Presidencia encargado del Sahara, quien expuso la
política que su Gobierno proyectaba aplicar al territorio.
23, Durante su estancia en Madrid, la Misión se reunió con representantes
de los países interesados, a quienes entregó cartas en que se pedía que se
tomaran medidas para reducir la tensión en la región a fin de que la Misión
pudiera llevar a cabo su tarea en una atmósfera de calma y tranquilidad.
2. Visita al territorio
24. La, Misión llegó a El Aaiún, capital del Sahara Español, el 12 de mayo
en un avión especial puesto a su disposición por el Gobierno español. Desde
Madrid la Misión fue acompañada, entre otros, por el señor Blanco, director
general para la Promoción del Sahara, y el señor Canalejos, secretario
general adjunto del Territorio.
25. Al final de la tarde del 12 de mayo la Misión se reunió, en el
Palacio de la Asamblea, con los miembros de la Comisión Permanente de la Yema'a (Asamblea General, dirigidos por su presidente, el señor Jatri Uld
Said Uld Yumani. Después de los discursos de bienvenida y las expresiones de
agradecimiento los miembros de la Comisión Permanente respondieron a las
preguntas que hizo la Misión.
26. El 13 de mayo la Misión se trasladó por carretera a Daora, ciudad
situada no lejos de la frontera de Marruecos. La Misión visitó la escuela y
el dispensario y se entrevistó con jefes, de tribu y altos dignatarios, así
como con representantes de grupos y partidos políticos. La Misión también se
entrevistó con el oficial encargado de la unidad de policía territorial.
27. De vuelta a El Aaiún la Misión asistió a una gran manifestación pública
organizada no lejos de su hotel por el Frente Popular para la Liberación de
Saguia el Hamra y Río de Oro (Frente Polisario). En la noche, la
Misión se reunió en su hotel con las delegaciones del Frente Polisario.
28. El 14 de mayo la Misión se trasladó a Bu Craa, donde visitó las
instalaciones do exploración minera de fosfatos de la empresa Fosfatos de Bu
Craa. S. A. (FOSBUCRAA) (véanse también los párrafos 177 a 184 infra).
Allí mismo se entrevistó con la administración de la FOSBUCRAA y recibió
a una delegación que representaba a los trabajadores saharianos empleados en
las minas. De Bu Craa la Misión se dirigió a las instalaciones de
enriquecimiento de fosfatos y al puerto de exportación de minerales
situados en El Aaiún.
29. Al final de la tarde, la Misión se reunió en su hotel con delegaciones
de saharianos antes de dirigirse al Palacio de la Asamblea General donde
celebró otra sesión de trabajo con los miembros de la Comisión Permanente.
Las conversaciones que se prolongaron: hasta avanzada la noche del 14 de
mayo, trataron principalmente del carácter la composición y las funciones de
las instituciones territoriales, la forma de elegir o de designar a los
miembros de la Yema´a y su relación, por una parte, con la potencia
administradora, y por la otra, con la población autóctona.
30. El 15 de mayo la Misión visitó las ciudades de Tifariti y Guelta Zemmur,
situadas a unos 250 kilómetros al sudeste de El Aaiún, cerca de la frontera
con Mauritania. En Tifariti, después de asistir a una clase en la escuela
primaria y de visitar el dispensario, la Misión se reunió con delegaciones
que representaban a jeques y altos dignatarios locales, el Frente Polisario,
el Partido de la Unión Nacional Saharaui (PUNS), estudiantes, soldados de la
legión extranjera y tropas de la policía territorial. En Guelta Zemmur, la
Misión también se entrevistó con grupos de jeques y dignatarios dirigentes
políticos y mujeres. Al volver a El Aaiún la Misión celebró conversaciones
separadas con delegaciones que representaban al Frente Polisario.
31. El 16 de mayo la Misión se dedicó a visitar Mahbes, ciudad situada en el
extremo oriental del territorio, a 35 kilómetros de la frontera marroquí, a
40 kilómetros de la frontera argelina y a 45 kilómetros de la frontera
mauritana. La Misión se reunió con delegaciones de jeques y personalidades
destacadas, del Frente Polisario, del PUNS y de mujeres. De Mahbes la Misión
se dirigió a Semara, la ciudad más antigua del territorio, renombrada en el
pasado por su esplendor cultural. Durante su visita la Misión tuvo
oportunidad de entrevistarse con grupos que representaban a jefes dé tribus,
personalidades destacadas el Frente Polisario, el PUNS y mujeres.
32. El 17 de mayo la Misión celebró dos sesiones de trabajo separadas con
el general Federico Gómez Salazar gobernador general, y con don Luis
Rodríguez de Viguri, secretario general del Sahara Español. Durante la
entrevista con el gobernador general se trató la situación reinante en el
territorio desde el punto de vista político y militar; del secretario
general la Misión obtuvo información relativa a la enseñanza y cuestiones
sociales y administrativas.
33. La Misión visitó los «barrios populares» de El Aaiún, llamados Casa
Piedra y Khata Rambla. También visitó el Depósito Carcelario, que es la
cárcel civil de la ciudad, donde pudo mantener largas entrevistas con los
reclusos sin la presencia de autoridades ni guardianes. Los magistrados
españoles que acompañaron a la Misión en su visita a la cárcel respondieron
también a las preguntas formuladas.
34. En la tarde del 17 de mayo la Misión partió- definitivamente de El Aaiún
para dirigirse por avión a Villa Cisneros, segunda ciudad del territorio.
35. A su llegada la Misión fue recibida por las autoridades de la ciudad y
se entrevistó con delegaciones del PUNS, el Frente Polisario, jefes
tradicionales y mujeres.
36. En la mañana del 18 de mayo la Misión se dividió en dos grupos: uno se
dirigió a Ausert y el otro a Tichla. En esas dos ciudades los miembros de
la Misión se entrevistaron con representantes de grupos de la población,
del PUNS y del Frente Polisario. En la tarde la Misión se dirigió por barco
a El Aargub, considerada la ciudad gemela de Villa Cisneros, donde se
entrevistó con representantes de grupos de la población.
37. El 19 de mayo la Misión llegó a La Güera, ciudad situada en la frontera
con Mauritania, a tres kilómetros de Nouadhibou. Tras reunirse con
representantes del Frente Polisario y del PUNS, la Misión acompañó a la
frontera con Mauritania a un peticionario sahariano que, por razones de
seguridad, había expresado el deseo de abandonar el territorio y para tal
fin había solicitado la ayuda de la Misión.
38. A su regreso a Villa Cisneros, la Misión se entrevistó con un grupo de
estudiantes saharianos que cursaban estudios en España; posteriormente se
trasladó a Las Palmas, en las islas Canarias, donde pasó la noche del
19 al 20 de
mayo.
3. Segunda serie de entrevistas con las autoridades españolas
39. En Madrid, adonde llegó el 20 de mayo, la Misión celebró el 21 de mayo
una sesión de trabajo con la delegación española, presidida por el señor
Rovira, subsecretario de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores. A
continuación la Misión celebró conversaciones con el señor Cortina Mauri,
ministro de Asuntos Exteriores. Por último, la Misión celebró una
entrevista con el señor Arias Navarro, Presidente del Gobierno (véase el,
apéndice I del presente informe). En el transcurso de esas entrevistas,
tanto el Presidente como el ministro de Asuntos Exteriores y las demás
autoridades españolas reafirmaron la posición de su Gobierno respecto del
Sahara Español, y respondieron a las preguntas de la. Misión. Los contactos
con la delegación española concluyeron el 22 de mayo con una última sesión
de
trabajo celebrada en el Ministerio de Asuntos
Exteriores.
40. Durante su estancia en Madrid, la Misión dirigió a la potencia
administradora un cuestionario detallado acerca del territorio.
4. Visita a Marruecos
41. El 22 de mayo la Misión partió de Madrid con destino a Fés en un avión
puesto a su disposición por el Real Gobierno de Marruecos.
42. Después de llegar a Fés en la tarde del mismo día, la Misión fue
recibida por Su Majestad el Rey Hassan II de Marruecos y a la audiencia
asistieron varios altos funcionarios del Gobierno. Durante la audiencia, Su
Majestad recordó en primer lugar la, política seguida por Marruecos desde su
independencia en relación con el Sahara Español. A continuación el Rey
Hassan definió la posición del Gobierno respecto del porvenir del territorio
antes de participar en un intercambio de opiniones con la Misión (véase el
apéndice I del presente informe).
43. El siguiente día 23 de mayo, la Misión viajó a Agadir, ciudad
situada al sur de Marruecos. A poco de llegar, la Misión se reunió con el
señor Khali Hena Al Rachid, secretario general del PUNS, quien expuso la
situación del territorio y las razones de su presencia en Marruecos. El día
concluyó con entrevistas con delegaciones representantes de la población.
44. El 24 de mayo la Misión partió en helicóptero a Tan Tan, en la región
de la frontera, donde visitó un campamento de refugiados saharianos y se
entrevistó con delegaciones representantes de los refugiados saharianos y
con personalidades saharianas destacadas. Al día siguiente la Misión
reanudó sus contactos con las delegaciones saharianas y a continuación
recibió sucesivamente a un grupo de militantes del Front de libération et
de l'unité (FLU); al señor Eduardo Moha, secretario general del
Mouvement de résistance pour la libération des Territoires
sous domination espagnole (MOREHOB), antes denominado Mouvement
de résistance des hommes bleus, y a un grupo de reclusos saharianos
expulsados del territorio. Por último, la Misión se dirigió a Zag, a 50
kilómetros de la frontera con el Sahara Español, donde visitó el campamento
de refugiados y se entrevistó con diversas delegaciones de saharianos.
45. A su regreso a Agadir, la Misión prosiguió sus conversaciones con el
señor Rachid, del PUNS. A continuación recibió al Comité Ejecutivo del
ISTIQLAL, encabezado por el señor Mohamed Boucetta, su secretario general,
quien hizo una declaración relativa al territorio.
46. La mañana del 26 de mayo fue dedicada a visitar un campamento de
refugiados en Makroud, situado a 25 kilómetros de Agadir, donde la Misión
pudo establecer contacto directo con grupos saharianos y oír sus opiniones.
De regreso a Agadir la Misión celebró una sesión de trabajo con el señor
Mohamed M'jid, delegado honorario en Marruecos de la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). En su
segunda sesión de trabajo del día, la Misión se reunió con el coronel Dlimi,
jefe de los edecanes del Rey Hassan lI, quien estaba acompañado por el
secretario de Estado de la oficina del primer ministro, el secretario de
Estado del Interior y el secretario de Estado de Relaciones Exteriores. En
la conversación se trató la situación militar en la región meridional.
47. La Misión partió definitivamente de Agadir el 26 de mayo en
dirección a Fes, e hizo una escala en Marrakesh, donde pasó la noche.
48. Después de llegar a Fés el 27 de mayo, la Misión fue invitada a
almorzar en el Palacio Real por Su Majestad el Rey Hassan II. Se contaban
entre los invitados varias distinguidas personalidades marroquíes, por
ejemplo el señor Ahmed Osman, primer ministro, y el señor Ahmed Laraki,
ministro de Relaciones Exteriores. La tarde se consagró a una reunión de
trabajo con la delegación marroquí, que estaba presidida por el señor Osman
y de la que formaban parte el señor Laraki, el señor Ahmed Taibi Benhima,
ministro de Información; el señor Driss Slaoui, representante permanente de
Marruecos ante las Naciones Unidas; el señor Driss Bagri, secretario de
Estado del primer ministro encargado de los problemas del Sahara; el
secretario de Estado del Interior y el secretario de Estado del Ministerio
de Relaciones Exteriores. En el transcurso de la reunión, los miembros de la
delegación marroquí expusieron la posición de su Gobierno y respondieron a
las preguntas formuladas, tras de lo cual participaron en un intercambio de
opiniones con los miembros de la Misión.
5. Visita a Argelia
49. La Misión partió de Fes el 28 de mayo con destino a Argel a bordo de un
avión especial puesto a su disposición por el Gobierno argelino. Pocas horas
después de llegar a Argelia la Misión fue recibida por el señor Houari
Boumediene, presidente de la República de Argelia, y a la audiencia
asistieron el señor Abdelmalek Benhabyles, secretario general del
Ministerio de Relaciones Exteriores, y el señor Abdellatif Rahal,
representante permanente de Argelia ante las Naciones Unidas. Durante la
audiencia, el presidente Boumediene expuso los principios fundamentales de
la política de Argelia en materia de descolonización y proporcionó
información básica sobre la posición de su Gobierno respecto de la cuestión
del Sahara Español (véase el apéndice I del presente informe). El 29 de
mayo la Misión se dirigió a Tindouf, ciudad situada al sudoeste de Argelia,
a unos 30 kilómetros de la frontera con el Sahara Español. Durante su
permanencia en la región de Tindouf, la Misión estuvo acompañada por el
señor Ornar Mohamed Ali, miembro del Comité Ejecutivo del Frente Polisario.
A su llegada a Tindouf, la Misión visitó un campamento de refugiados situado
en Oumm el Assel, donde se entrevistó con representantes de grupos de
refugiados. A su regreso a Tindouf, la Misión se detuvo en Sebicha Abdallah,
donde visitó otro campamento de refugiados y se entrevistó con
representantes de refugiados.
50. Tarde esa misma noche, la Misión, acompañada por, dirigentes del Frente
Polisario y representantes de la prensa internacional y escoltada por
miembros del ejército de liberación armados de metralletas, se dirigió
A un lugar situado a 80 kilómetros de Tindouf, en un valle no identificado,
donde vio a catorce de los oficiales y soldados españoles hechos prisioneros
por el Frente Polisario. Durante la entrevista con los prisioneros, que se
efectuó sin la presencia de dirigentes y guardianes del Frente
Polisario ni de periodistas, se trataron las condiciones de su captura y
prisión.
51. El 30 de mayo, el día se inició, con la visita a un campamento de
refugiados situado en Tindouf, y terminó con una larga sesión de trabajo con
una delegación del Frente Polisario encabezada por el señor Sayed Louali,
secretario general, e integrada por los señores Ornar Mohamed Ali y Mahfoud
Ali Bayba, miembros del Comité Ejecutivo, y los señores Moussa, Ahmed Kaid
y Brahim Ghali, miembros de la Mesa política, del partido.
52. El 31 de mayo, de regreso en Argel, la Misión se entrevistó con la
delegación argelina, encabezada por el señor Benhabyles, secretario general
del Ministerio de Relaciones Exteriores, y de la cual formaban parte el
representante permanente de Argelia en las Naciones Unidas y los
embajadores de Argelia destacados en París y Madrid. La reunión de trabajo
dio a la delegación argelina la oportunidad de exponer en detalle la
posición de su Gobierno sobre todos los aspectos de la cuestión del Sahara
Español.
53. El 1 de junio, el presidente Boumediene recibió por segunda vez a la
Misión, y en esa oportunidad señaló, entre otras cosas, la continuidad de la
política argelina en Materia de descolonización.
51. La Misión salió de Argel el 1 de junio y llegó a Dakar el 1 do
junio, tras haber hecho en París una escala de tres días, durante los cuales
analizó la situación y preparó los cuestionarios que habían de enviarse a
los países visitados.
6. Visita a Mauritania
55. Para dirigirse de Dakar a Nouakchott, la Misión tomó un avión especial
puesto a su disposición por el Gobierno de Mauritania. La visita a
Nouakchott comenzó el 4 de junio con una reunión de trabajo celebrada con
una delegación gubernamental presidida por el señor Hamdi Ould Mouknass,
ministro de Relaciones Exteriores, y compuesta entre otras por las
siguientes personalidades: el señor Abdallahi Ould Cheikh, ministro de
Comercio y Transportes; el señor Moulaye El Hassen, representante
permanente ante las Naciones Unidas, y el señor Bal Mohamed El Bechir,
subsecretario general de la Oficina de la Presidencia de la República. La
sesión de trabajo se prolongó para permitir la participación del señor
Ahmed QuId Mohamed Salah, ministro del Interior. Los miembros de la
delegación mauritana examinaron las bases en que se fundaba la política de
su Gobierno con respecto al Sahara Español.
56. A continuación, la Misión fue recibida por el señor Abdel Moktar Ould
Daddah, presidente de la República Islámica de Mauritania. Después de
recordar la naturaleza de los vínculos que existen entre Mauritania y el
Sahara Español, el presidente definió la posición de su Gobierno acerca de
la cuestión (véase el apéndice I del presente informe).
57. El 5 de junio la Misión salió de Nouakchott para comenzar una serie de
visitas a los centros de población cercanos a la frontera. La Misión fue
acompañada entre otros por el ministro de Comercio y Transportes, el
representante permanente de Mauritania ante las Naciones Unidas y el
subsecretario general de la Oficina de la Presidencia.
58. El 5 de junio la Misión visitó la ciudad de Atar, dando so habían
organizado reuniones con personalidades destacadas y representantes de la
población. El mismo procedimiento se siguió en Fdérik, lugar que la Misión
visitó brevemente antes de dirigirse a Zouerate, donde pasó la noche.
59. Al día siguiente, 6 de junio, durante la visita a Bir Moughrein, los
miembros de la Misión se reunieron con grupos de la población,
personalidades destacadas y representantes de diversos grupos.
60. De vuelta en Zouerate, la Misión, acompañada por la delegación
mauritana, se entrevistó con el gobernador de la Región Once, el señor Ahmed
Ould Bousseif, y sostuvo conversaciones con representantes de la población y
del
Frente Polisario. También visitó una mina de hierro.
61. El 7 de junio la Misión llegó a Nouadhibou, localidad situada al norte,
adyacente a la frontera del Sahara Español. La Misión participó en una gran
reunión pública organizada en el cine Zen-zen. A continuación se entrevistó
con las personalidades destacadas del lugar y con una delegación del Frente
Polisario.
62. De vuelta en Nouakchott, el 8 de junio, la Misión dio fin a la serie de
entrevistas con representantes del Gobierno de Mauritania y fue recibida
por segunda vez por el presidente de la República, quien reafirmó la
posición de su país respecto de la cuestión del Sahara Español (véase el
apéndice I del presente informe).
63. Cuando llegó a Dakar el 9 de junio, la Misión celebró sesiones de
trabajo antes de partir para Nueva York el 14 de junio, tras hacer una
escala en Lisboa, donde permaneció del 12 al 14 de junio.
7. Expresiones de reconocimiento
64. La Misión desea dejar constancia de su profundo agradecimiento al
Gobierno de España por la estrecha cooperación y la asistencia que. recibió
durante sus visitas a Madrid y al Sahara Español, y por la cortesía y la
amabilidad que le brindaron el señor Arias Navarro, presidente del
Gobierno; don Pedro Cortina Mauri, ministro de Asuntos Exteriores; don
Antonio Carro, ministro de la Presidencia del Gobierno; don Juan J. Rovira,
subsecretario de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores; don Eduardo
Blanco, director general de Promoción del Sahara; el general don Federico
Gómez de Salazar, gobernador general del Sahara Español; don Luis Rodríguez
de Viguri, secretario general del Sahara Español, y todos los otros altos
funcionarios con quienes se reunió en Madrid y en el territorio. La Misión.
también les está especialmente agradecida a aquellos funcionarios -entre
ellos don Mateo Canalejos, subsecretario general del territorio; don Felipe
Pradas, experto adscrito al Ministerio de la Presidencia, y don Francisco
Villar, primer secretario de la Misión Permanente de España ante las
Naciones Unidas que la acompañaron y le prestaron: asistencia durante su
visita al territorio.
65. La Misión desea asimismo hacer constar su profundo agradecimiento a los
gobiernos de Marruecos, Argelia y Mauritania y a sus respectivos jefes de
Estado, por la hospitalidad, la cooperación y la asistencia que le brindaron
durante sus visitas a esos países. La Misión está reconocida en particular
por la asistencia que le. prestaron en Marruecos el señor Ahmed Osman,
primer ministro; el señor Ahmed Laraki, ministro de Relaciones Exteriores, y
el señor Ahmed Taibi Benhima, ministro de Información; en Argelia, el señor
Abdelmaleb Benhabyles, secretario general del Ministerio de Relaciones
Exteriores; el señor Hamid Adjali, director de Asuntos Políticos, y el
señor Hadj Azzout, director de Organizaciones Internacionales del Ministerio
de Relaciones Exteriores; y en Mauritania, el señor Hamdi Mouknass,
ministro de Relaciones Exteriores; el señor Ahmed Ould Mohamed Salah,
ministro del Interior, y el señor Abdallahi Ould Cheikh, ministro de
Comercio y Transportes, entre muchos otros. La Misión también está.
agradecida a los representantes permanentes de Marruecos, Argelia y
Mauritania ante las Naciones Unidas, el señor Driss Slaoui, el señor
Abdellatif Rahal y el señor Moulaye El Hassen, quienes la acompañaron y le
prestaron asistencia durante sus visitas a esos países.
66. Los miembros de la Misión también desean expresar su profunda gratitud a
la población del Sahara Español y al gran número de saharianos y otros con
quienes se reunieron en el territorio y en otros lugares por la calurosa y
conmovedora acogida y los muchos actos de hospitalidad de que fueron objeto.
II. ANTECEDENTES DE LA CUESTION
A. La cuestión, ante las Naciones Unidas
67. El 24 de febrero de 1956, a raíz de La admisión en las Naciones Unidas
en 1955 de dieciséis nuevos Estados miembros, entre ellos España, el
secretario general dirigió una carta a los nuevos miembros para señalar a
su atención las obligaciones que les incumbían en virtud del capitulo XI de
la Carta de las Naciones Unidas y para pedirles que le hicieran saber si
alguno de entre ellos tenía la responsabilidad de administrar territorios
mencionados en el inciso e) del artículo 73.
68. Posteriormente, el 10 de noviembre de 1958, el Gobierno de España, en
respuesta a la carta del secretario general antes mencionada, declaró que
los territorios sometidos a la soberanía española en África estaban
considerados y clasificados como provincias españolas de conformidad con la
legislación vigente y que, por tanto, no había territorios no autónomos en
el seno de la organización administrativa española. No obstante, el Gobierno
español indicó que, deseoso de respetar el espíritu de la Carta, pondría
documentos oficiales y de otro tipo a disposición del secretario general
para aportar aclaraciones
(c). Por otra parte, el 11 de noviembre de
1960, el representante de España informó a la Cuarta Comisión que su
Gobierno había decidido «transmitir al secretario general informaciones
relativas a los territorios de los que se trata en el capítulo XI de la
Carta»
(d). En la resolución 1542 (XV), de 15 de diciembre de 1960,
la Asamblea General tomó nota con satisfacción de esta declaración y pidió
al secretario general que tomara las medidas pertinentes en virtud de la
declaración del Gobierno de España.
69. Así, pues, en abril de 1961, el representante de España, en una
exposición ante el Comité sobre la transmisión de información sobre los
territorios no autónomos, proporcionó informaciones detalladas sobre la
situación del Sahara Español en las esferas política, económica, social y de
la educación. (A/ AC.35/SR.238). En abril de 1962, el representante
de España transmitió informaciones suplementarias al Comité
(e).
70. La cuestión del Sahara Español viene siendo tratada en el, Comité
Especial desde septiembre de 1963
(f) y, expresamente, en la Asamblea
General desde diciembre de 1963,
(g).
71. En su 291.a sesión, celebrada el 16 de octubre de 1964, el Comité
Especial aprobó su primera resolución sobre Ifni y el Sahara Español
(h). En esta resolución el Comité, entre otras cosas, lamentó la demora
de, la Potencia administradora en aplicar las disposiciones de la
Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos
coloniales incluida en la resolución 1514 (XV) y liberar esos territorios
del dominio colonial. 'El Comité instó además al Gobierno español a que
adoptara inmediatamente las medidas encaminadas a aplicar plena EJ
incondicionalmente las disposiciones de la Declaración.
72. En su resolución 2072 (XX), de 16 de diciembre de 1965, la primera
aprobada sobre el Sahara, la Asamblea General aprobó lo dispuesto en la
resolución del Comité Especial y pidió encarecidamente a la Potencia
administradora que adoptara inmediatamente todas las medidas necesarias
para la liberación de los territorios de Ifni y del Sahara Español de la
dominación colonial y que, con este fin, emprendiera negociaciones sobre
los problemas relativos a la soberanía presentados por los dos territorios
(i).
73. Todos los años, desde 1966 hasta 1974, con excepción de 1971, la
Asamblea General, a recomendación del Comité Especial y de la Cuarta
Comisión, ha aprobado una resolución sobre la cuestión del Sahara Español
(j). En todas estas resoluciones la Asamblea ha tomado nota de que
el Gobierno español aún no aplicaba las disposiciones de la Declaración
contenida en la resolución 1514 (XV).
74. En su resolución 2229 (XX!), de 20 de diciembre de 1966, la Asamblea
General invitó a España a determinar lo antes posible, de conformidad con
las aspiraciones de la población autóctona del Sahara Español y en consulta
con los Gobiernos de Marruecos y de Mauritania y con cualquier otra parte
interesada, los procedimientos para la celebración de un referéndum bajo los
auspicios de las Naciones Unidas con miras a permitir a la población
autóctona del territorio que ejerciera sin trabas su derecho a la libre
determinación. Tras haber enumerado las condiciones en las que debería
organizarse el referéndum, la Asamblea pidió en la misma resolución al
secretario general que nombrara inmediatamente una misión especial, que 56
enviaría al Sahara, a fin de que recomendara medidas prácticas para la plena
aplicación de las resoluciones pertinentes de la Asamblea General y, en
particular, de que determinara el alcance de la participación de las
Naciones Unidas en la preparación y supervisión del referéndum.
75. De 1967 a 1973, las seis resoluciones aprobadas por la Asamblea General
sobre la cuestión han utilizado en general los términos de la resolución
2229 (XXI) y en particular los párrafos 4 y 5, relativos a la organización
de un referéndum y al envío de una Misión especial al territorio.
76. La última resolución aprobada sobre la, cuestión por la Asamblea General
es la resolución 3292 (XXIX). En esta resolución la Asamblea decidió
recabar de la Corte Internacional de Justicia, sin perjuicio de la
aplicación de los principios contenidos en la resolución 1514 (XV) de la
Asamblea General, que emitiera una opinión consultiva a la brevedad posible
sobre las cuestiones siguientes:
“1. ¿Era el Sahara Español (Río de Oro y Sakiet el Hamra) en el momento de
su colonización por España un territorio sin dueño (terra nullius)?
Si, la respuesta a la primera pregunta es negativa:
2. ¿Qué vínculos jurídicos existían entre dicho territorio y el Reino de
Marruecos y el complejo Mauritano?”
77. La Asamblea pidió también a la Potencia administradora que aplazara el
referéndum propuesto (véase. también el párrafo 84, infra) hasta que
la Asamblea General decidiera la política que habría de seguir para
acelerar el proceso de descolonización del territorio de conformidad con la
resolución 1514 (XV), en las mejores condiciones posibles, a la luz de la
opinión consultiva solicitada a la Corte.
78. Finalmente, la Asamblea pidió al Comité Especial que mantuviera en
examen la, situación en el territorio, inclusive el envío de una Misión
Visitadora al territorio, y que informara al respecto a la Asamblea General
en su trigésimo período de sesiones.
B. Posición de las partes en la cuestión
1. España
79. Desde que las Naciones Unidas se han ocupado de la cuestión del Sahara
Español, la posición de España en relación con la descolonización del
territorio ha tenido la evolución que se indica a continuación.
Inicialmente, la doctrina de la Potencia administradora, tal como se señaló
anteriormente, sostenía que los territorios de África bajo la soberanía
española se consideraban y' clasificaban como provincias españolas con
arreglo a la legislación vigente y que, por lo tanto, no existían
territorios no autónomos en el seno de la organización administrativa de
España
(k). Así, la evolución política en los territorios
administrados por España tenía «una forma particular», en el sentido de que
la mayor participación de la población autóctona en la gestión de sus
propios asuntos dependía de los progresos en materia de instrucción en esos
territorios
(l).
80. Posteriormente, en 1964, la Potencia administradora declaró que el
Sahara Español presentaba características muy particulares que, una vez
reconocidas, no obstaculizaban en modo alguno “la evolución de un proceso
adecuado a los intereses legítimos de la población” (A/ AG.109/71).
España ha descrito estas características particulares como la naturaleza
nómada de la población, cuyos desplazamientos no reconocen fronteras; la
reducida población de ese vasto territorio, la carencia de personal superior
y de mano de obra calificada al nivel de la población autóctona y las
injerencias externas.
81. En 1906, el Gobierno de España se declaró partidario de la aplicación
del principio de la autodeterminación y, especialmente, de las disposiciones
de la resolución 2072 (XX). En consecuencia, España se dedicó activamente a
efectuar los preparativos necesarios para que la población del territorio
pudiera expresar su voluntad sin presiones de ninguna clase. En todo caso,
según precisó España, estos preparativos requerían un cierto tiempo, habida
cuenta del carácter nómada de los habitantes del desierto y de las
condiciones particulares del territorio
(m).
82. Por último, á partir de 1973, la política española siguió una nueva
orientación. En una comunicación de fecha 20 de febrero de 1973, la
Yema'a (Asamblea General) del Sahara Español pidió al Jefe del Estado
español que garantizara: a) que de forma continuada se impulsara el
proceso que asegurara en forma efectiva la posibilidad de decisión de su
futuro por parte del pueblo sahariano; b) que simultáneamente se
desarrollara en forma progresiva la institucionalización legal existente
para lograr una mayor participación del pueblo del Sahara Español en las
funciones y competencias de su administración interna; c) que la suprema
autoridad del pueblo sahariano continuara encarnada en el Jefe del Estado
español y que España, en nombre del pueblo, sahariano, siguiera ejerciendo
su representación internacional y garantizando la integridad de su
territorio y la defensa de sus fronteras; d) que España, de acuerdo con su
generosidad históricamente demostrada, continuara asumiendo la
responsabilidad para atender a la financiación y ayuda técnica necesarias
para el desarrollo político, social, económico y cultural del pueblo
sahariano. Corno conclusión, la Yema'a reiteró su convencimiento de
que la etapa de autodeterminación que se iniciaba con la mencionada
declaración conduciría a la definición del futuro del pueblo del Sahara
mediante un acto solemne y trascendental en la forma de referéndum
(A/9176, anexo I).
83. El 21 de septiembre de 1973, el general Francisco Franco, Jefe del
Estado español, dirigió una comunicación a la Yema'a cuyos ocho
aspectos esenciales eran los siguientes:
«1. El Estado español reitera que el pueblo sahariano, cuya convivencia
secular con el pueblo español es desde sus inicios absolutamente
voluntaria, es' el único dueño de su destino y nadie tiene derecho a
violentar su voluntad. El Estado español defenderá la libertad y la voluntad
de libre decisión del pueblo sahariano.
2. El Estado español garantiza la integridad territorial del Sahara.
3. El Estado español confirma su compromiso histórico de
proseguir con el mayor impulso posible el desarrollo económico y social del
territorio, reconociendo al pueblo sahariano la propiedad de sus recursos
naturales y los beneficios de su explotación, así como su voluntad de
promover la cultura, las formas de vida de la personalidad sahariana y el
florecimiento de su religión.
4. El Estado español reitera y garantiza solemnemente que la población del
Sahara determinará libremente su futuro. Esta autodeterminación tendrá
lugar cuando lo solicite libremente la población, de conformidad con lo
expuesto por la Asamblea General en su escrito, ya citado, del 20 de febrero
del corriente año.
5. Continuando el proceso de perfeccionamiento político del pueblo
sahariano, y como preparación de su futuro, se establecerá un régimen de
progresiva participación del mismo en la gestión de sus propios asuntos.
Dicho régimen entrará en vigor cuando se complete el proceso legislativo
que se consigna a continuación.
6. El Estado español presenta a la Asamblea General las bases siguientes
como principios en que ha de inspirarse In organización
político-administrativa del Sahara:
a) El pueblo sahariano es propietario
de sus riquezas y recursos naturales
b) Durante el período de vigencia de este Estatuto, los saharianos gozarán
de todos los derechos inherentes a la nacionalidad española.
c) El Jefe del Estado español encarna la comunidad existente entre España y
el Sahara. Será representado en el territorio por un gobernador general.
d) El Estado español garantizará la integridad territorial del
Sahara, lo representará en el ámbito internacional y asegurará su defensa.
Los asuntos internos serán de competencia de los órganos propios del
territorio.
e) A la Asamblea General del Sahara, como supremo órgano
representativo del pueblo sahariano, le corresponderá elaborar las
disposiciones de carácter general relativas, a los asuntos internos del
territorio, sin perjuicio de la sanción que corresponderá al gobernador
general. Podrá igualmente proporcionar las iniciativas y medidas que estime
convenientes sobre dichos asuntos.
f) Se confirmará e intensificará la
promoción de los usos y costumbres tradicionales, así como de la justicia
coránica.
7. Si la Asamblea General se manifiesta de acuerdo con estas bases, las
mismas serán desarrolladas en forma articulada en el correspondiente
Estatuto, que será aprobado por Ley
8. La aceptación por la Asamblea General del Sahara de estas bases no
sustituye ni menoscaba el derecho de la población sahariana a la
autodeterminación sobre su futuro, del que esta nueva etapa es preparación
necesaria» (n).
84. En julio de 1974, España anunció la promulgación de un nuevo Estatuto
político relativo al Sahara (A/9655; véanse también los párrafos 143 a 150
infra). Algunas semanas después, España anunció su intención de
organizar un referéndum en el curso del primer semestre de 1975, con los
auspicios de las Naciones Unidas (A/9714).
85. Haciendo uso de la palabra ante la Cuarta Comisión, el día 25 de
noviembre de 1974
(o), el representante de España declaró que la Potencia
administradora había creado las condiciones para una evolución política de
conformidad con la resolución 1514 (XV). Además, el representante de España
declaró que, aunque ese país estaba dispuesto a examinar todas las
propuestas relativas a los medios de lograr una descolonización pacífica del
Sahara Español, estimaba que su obligación primordial era respetar la
personalidad y la voluntad del pueblo del Sahara, y agregó que, si un día
el pueblo del Sahara Español deseaba unirse a otro país, sería libre para
hacerlo.
86. Después de la aprobación de la resolución 3292 (XXIX), España aplazó el
referéndum. Más tarde invitó a una Misión especial a visitar el territorio y
también envió un expediente a la Corte Internacional de Justicia.
87. Del total de nueve resoluciones aprobadas: por la Asamblea Genera] entre
1965 y 1974 sobre la cuestión del Sahara Español, España votó en contra de
las resoluciones 2072, (XX) Y 2229 (XX!), a favor de la resolución 2354 (XXII)
Y se abstuvo respecto del resto, incluida la resolución. 3292 (XXIX).
88. Como consecuencia del deterioro de la situación política y militar en el
territorio, el 23 de mayo de 1975 España dirigió una carta al secretario
general, cuyos puntos centrales eran los siguientes:
a) Consecuente con la aplicación de las resoluciones de las Naciones Unidas
sobre la descolonización del Sahara occidental, el Gobierno español había
hecho la declaración pública de su decisión de poner término a su presencia
en .el territorio por entender que había cumplido la misión que se había
impuesto al establecerse en él.
b) El Gobierno español deseaba que la terminación de su actuación
pudiera llevarse a efecto sin que produjera un vacío de poder,
transfiriéndolo a quienes hubieran de asumir la responsabilidad de la
administración del territorio como resultado de la descolonización.
c) A este efecto, con objeto de que no se agravaran
injustificadamente las responsabilidades de la Potencia administradora, el
Gobierno español estimaba que era urgente responsabilizar a las' partes
interesadas en el proceso de descolonización, a cuyo fin se proponía
invitarlas a armonizar sus respectivas aspiraciones e, en defecto de este
intento directo, convocarlas con igual propósito a una conferencia, bajo los
auspicios de las. Naciones Unidas, para hacer posible el desenvolvimiento
pacífico de ese proceso.
d) En el supuesto de que no fuera posible llevar a cabo uno u otro
intento por no avenirse a ello las partes interesadas, o. conseguir una
solución equivalente que persiguiera parecidos fines, el Gobierno español
se vería en la necesidad de poner término a su presencia y acción
administradora, fijando la fecha en que las autoridades españolas habrían
de transferir sus poderes, sin que por ello dejara de coadyuvar con las
Naciones Unidas para arbitrar los medios apropiados que permitieran llevar a
buen fin, en los mejores ,términos, su propósito descolonizador.
e) El Gobierno español estimaba que procedía el envío al Sahara
occidental de observadores de esa Secretaría para que pudieran comprobar
sobre el terreno la evolución de la situación y estar en condiciones de
informar oportunamente al secretario general de cuantos acontecimientos
aconsejaran la adopción de urgentes medidas para mantener la paz.
f) En todo caso, el Gobierno español, en cumplimiento de sus
responsabilidades como Potencia administradora, se reservaba el derecho de
informar al Consejo de Seguridad si estimaba a la vista de la evolución de
la situación que el mantenimiento de la paz en el territorio exigía
su convocatoria urgente, a fin de adoptar a tal efecto las medidas
pertinentes (A/10095)
2. Marruecos.
89. Desde que alcanzó la soberanía internacional en 1956, Marruecos planteó
sus reivindicaciones sobre el Sahara Español.
90. Ya en febrero de 1958, en ocasión de una ceremonia de juramento de
fidelidad de algunas tribus al trono alauita, celebrada en M'Hamid-El
Ghislane, aldea marroquí situada cerca de la frontera con el Sahara
Español, el anterior rey de Marruecos, Mohammed V, declaró que Marruecos
continuaría haciendo todo lo posible por recuperar el Sahara.
91. Para el Gobierno marroquí está confirmado el hecho de que el Sahara
Español pertenece a Marruecos: a) históricamente, por una presencia
continua de la autoridad de los soberanos de las dinastías que han reinado
en Marruecos; b) jurídicamente, por la concertación de gran número de
acuerdos y tratados de carácter internacional que prueban la solidez de la
soberanía imperial sobre todos los territorios del Sahara; c) en el
plano administrativo y religioso, por los actos administrativos de
nombramiento de cadís y de jefes religiosos, que eran designados por los
sultanes y que recibían de éstos sus poderes para gobernar estas regiones,
y también por el envío de delegaciones de estas regiones a la Corte Imperial
para expresar su adhesión a esta Corte y, finalmente, por la lectura de las
plegarias en las mezquitas de estas regiones, que se hacen en nombre del
soberano del Imperio; d) en el plano socioeconómico, por la mezcla de
las poblaciones imbuidas de la misma civilización y de las mismas
tradiciones; los intercambios económicos y comerciales entre esta región y
el Norte han sido muy activos e íntimamente complementarios; e) en el
plano cultural, se sabe que desde los tiempos más lejanos los habitantes de
Río de Oro y de Saguia el Hamra adoptaron el sistema de escritura que se usa
en África del Norte
(p).
92. Por tanto, desde su independencia, el Estado marroquí no ha
cesado de reclamar la restitución del Sahara Español como parte integrante
de su territorio.
93. Tal como se desprende de los debates celebrados en las Naciones Unidas,
la posición marroquí en lo que respecta al Sahara Español ha evolucionado
notablemente en las etapas siguientes.
94. De 1962 a 1966, Marruecos indicó que deseaba cooperar con la Potencia
administradora. Estimó que, teniendo en cuenta la buena disposición de
España y sus relaciones de amistad con Marruecos y con otros países de
África, sería conveniente que se pudiera entablar un diálogo sin las
«limitaciones que necesariamente imponen los organismos internacionales»
(q).
95. Sin embargo, en junio de 1966, el representante de Marruecos declaró en
una reunión del Comité Especial celebrada en Addis-Abeba que el territorio
marroquí que estaba aún bajo dominación española debía ser liberado de
cualquier forma y que, como el Gobierno de Madrid no parecía aceptar su
liberación por medio de negociaciones y según una fórmula de restitución
pura y simple a Marruecos, el Gobierno de Marruecos proponía que se le
otorgara la independencia en el plazo más breve posible (A/ AC.109/SR.436).
96. En octubre de 1966, el ministro de Relaciones Exteriores de Marruecos
declaró en la Asamblea General que su Gobierno no so oponía a la propuesta
española relativa a la aplicación al Sahara del principio de libre
determinación, a reserva de que esta propuesta fuera, acompañada de las
garantías siguientes: retirada de todas las tropas españolas del Sahara;
mantenimiento en el territorio de las fuerzas que las Naciones Unidas
consideraran indispensables para asegurar el orden público; retirada del
territorio de la administración española; libre retorno de los refugiados
originarios del territorio.
97. El ministro añadió que las negociaciones relativas al ejercicio del
derecho de la libre determinación no debían efectuarse directamente entre la
Potencia administradora y las poblaciones locales, sino según el proceso
ortodoxo experimentado por las Naciones Unidas en otros territorios y
gracias al cual las poblaciones interesadas podrían expresar su voluntad
bajo control internacional
(r).
98. En 1967, tras la aprobación por la Asamblea General de la resolución
2354 (XXII), el Gobierno de Marruecos interpretó el voto positivo de España
como una modificación de su política y rindió homenaje al Gobierno español.
Así, pues, Marruecos entabló una política de cooperación con España en el
marco de la cual los dos países encararon sus intereses comunes en la región
de manera complementaria.
99. La interrupci6n del diálogo entre Marruecos y España se hizo evidente
en marzo de 1969, cuando Marruecos informó a las Naciones Unidas de una
serie de medidas tomadas por el Gobierno español, incluido el aumento de
las fuerzas militares y el hecho de que se habían fomentado las inversiones
económicas.
100. Por último, en septiembre de 1974, el Gobierno de Marruecos invitó en
vano a España a unirse a él para presentar una solicitud a la Corte
Internacional de Justicia, «que pronunciara el derecho y arbitrara el
asunto» (A/9771, anexo). Como este procedimiento no fue aceptado,
Marruecos, de acuerdo con Mauritania, pidió a la Asamblea General que
solicitara a la Corte Internacional de Justicia su opinión consultiva sobre
la cuestión del Sahara occidental.
101. En consecuencia, según lo dispuesto en el párrafo 1 de la parte
dispositivo de la resolución 3292 (XXIX), mencionada en el párrafo 76
supra, la Asamblea General decidió pedir a la Corte Internacional de
Justicia su opinión consultiva.
102. Excepción hecha de la resolución 2983 (XXVII), Marruecos ha votado a
favor de todas las resoluciones aprobadas por la Asamblea General sobre la
cuestión del Sahara Español de 1965 a 1974.
3. Mauritania
103. El 1 de julio de 1957, el presidente Mokhtar Ould Daddah, entonces
vicepresidente del Consejo de Gobierno de Mauritania, declaró en un
discurso pronunciado en Atar que invitaba «a nuestros hermanos del Sahara
Español a que piensen en esa gran Mauritania económica y espiritual...»
(s).
104. Desde entonces, el Gobierno de Mauritania ha basado su política
relativa al Sahara Español en dos principios. Por un lado, fundándose en la
historia, la geografía y la población; Mauritania está convencida de que el
Sahara Español, o al menos la «Mauritania española», como se ha llamado, es
parte integrante de ella. Por otro lado, desde 1962 ha suscrito el principio
de la libre determinación de la población del Sahara Español. A ese
respecto, e1 representante de Mauritania en. la Cuarta Comisión declaró en
1972 que, para el Gobierno de Mauritania, la aplicación del principio de la
libre determinación únicamente incumbía a la población autóctona del Sahara,
ya que Mauritania no podría suscribir ninguna solución que se impusiera
directa o indirectamente, al territorio ya, su población, mediante la
intervención de elementos extranjeros
(t).
105. También es importante señalar que los representantes de Mauritania
siempre han expresado su convencimiento de que, si tuviera que decidir
unirse a otro país, el pueblo del Sahara Español optaría por unir su destino
al de Mauritania. Aparte de esa certidumbre, Mauritania siempre ha
reafirmado su «adhesión leal y sincera» al derecho de los pueblos a la
libre determinación, de conformidad con la Carta y la resolución 1514 (XV).
106. Además el Gobierno de Mauritania ha propugnado una acción conjunta
basada en el acuerdo y la cooperación, tanto entre los países que limitan
con el Sahara Español como con España, como medio de lograr la
descolonización del territorio.
107. Así, en septiembre de 1970, los tres jefes de Estado de los países que
limitan con el territorio se reunieron en Nouadhibou y decidieron como
resultado de la conferencia intensificar su cooperación de manera positiva
para acelerar la liberación del Sahara Español. Asimismo, Mauritania
expresó su deseo de que el proceso de descolonización del territorio se
iniciara en una atmósfera de amistad y cooperación con la Potencia
administradora de conformidad con las decisiones de las Naciones Unidas.
108. Finalmente, Mauritania se unió a Marruecos para proponer a la Asamblea
General que solicitara una opinión consultiva de la Corte Internacional de
Justicia (véase el párrafo 100 supra).
109. Entre 1965 y 1974, Mauritania votó a favor de todas las resoluciones
aprobadas por las Naciones Unidas con respecto al Sahara Español.
4. Argelia
110. El Gobierno de Argelia considera que el Sahara Español es uno de los
territorios no autónomos que, de conformidad con el capítulo XI de la Carta,
la Potencia administradora debe orientar hacia la independencia mediante el
ejercicio del derecho a la libre determinación de su población, y al que se
aplica la resolución 1514 (XV) (u).
111. El Gobierno de Argelia estima, en primer lugar, que la cuestión del
Sahara Español es ante todo un problema colonial que sólo puede resolverse
erradicando a la mayor brevedad esa dominación colonial. En consecuencia,
cualquier gestión encaminada a acelerar la descolonización del territorio
recibiría la aprobación y el apoyo total de Argelia.
112. En segundo lugar, el Gobierno de Argelia ha indicado en múltiples
ocasiones que no puede desentenderse del futuro de un territorio situado en
sus fronteras; ha declarado que su interés, basado en consideraciones
geopolíticas evidentes y en las exigencias de la unidad regional, no va más
allá de las preocupaciones nacionales legítimas de Argelia, pero no puede
ser dejado de lado en la búsqueda de una solución al problema del Sahara
Español.
113. El Gobierno de Argelia ha declarado en varias ocasiones que no tiene
pretensiones territoriales con respecto al Sahara Español y que seguirá
manteniendo esa posición
(v).
114. Por lo tanto, Argelia es partidaria, por una parte, de coordinar su
acción con la de los demás países que limitan con el Sahara Español, y por
otra, de entablar negociaciones con España a fin de hallar una solución
pacífica y satisfactoria que proteja los intereses de los saharianos.
115. Argelia secundó la propuesta de Marruecos y Mauritania de que se
solicitara una opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia
(w). No obstante, agregó que la importancia que el Gobierno de Argelia
atribuía a las consideraciones jurídicas relativas al Sahara Español no
disminuía su interés en los aspectos políticos de la cuestión. El Gobierno
de Argelia consideraba que la búsqueda de una solución al problema se vería
favorecida si se asociara a la población directamente interesada con las
garantías de una participación libre y total por medio de representantes
auténticos libremente elegidos
(x),
116. Entre 1965 y 1974, Argelia votó a favor de todas las resoluciones
aprobadas por la Asamblea General sobre la cuestión del Sahara Español.
III. EL TERRITORIO, SU GOBIERNO Y ADMINISTRACION
A. Información general
1. Descripción del territorio
117. El Sahara Español, situado en la costa atlántica del noroeste de
África, directamente enfrente de las islas Canarias, es la parte más
occidental del desierto del Sahara. Cubre una extensión algo mayor que la
mitad de España, con un área total de 266.000 kilómetros cuadrados
aproximadamente, y tiene 1.062 kilómetros de litoral. Limita al Norte y al
Nordeste con Marruecos y Argelia, y al Sur, y al Este, con Mauritania; sus
fronteras terrestres tienen una longitud total de 2.045 kilómetros. La
frontera con Mauritania tiene 1.570 kilómetros, y con la de Marruecos y
Argelia, 475 kilómetros
(y). Con excepción de una zona en que la
frontera hace un entrante para incluir en Mauritania el Koudiat de Idjil,
con sus importantes yacimientos de sal y mineral de hierro, las fronteras
actuales siguen líneas de longitud y latitud más bien que fronteras físicas
o étnicas. Dichas fronteras son resultado de una serie de acuerdos y
tratados internacionales celebrados entre 1900 y 1958; en este último año se
ajustó la frontera norte al transferirse a Marruecos la estrecha faja de
territorio comprendida entre el Wadi (cauce de río seco) del Dra'a y el
paralelo 27" 40', que constituye la frontera actual. Esta zona, que
constituyo la actual provincia de Tarfaia, había sido administrada
anteriormente como parte del antiguo protectorado de España en Marruecos.
118. El territorio, llamado también Sahara occidental e integrado por las
dos regiones de Saguia el Hamra y Río de Oro, forma parte integrante del
gran desierto del Sahara, que se extiende desde el océano Atlántico hasta el
Sudán y desde las estribaciones de las montañas del Atlas hasta el río
Senegal. La zona costera, que es sumamente llana y árida, con algunas zonas
de médanos, termina por el lado del mar, a lo largo de la mayor parte de su
extensión, en acantilados muy escarpados, interrumpidos en algunas zonas por
playas llanas y arenosas. Estos acantilados, junto con la escasa profundidad
de las aguas costeras, la presencia de múltiples barras arenosas y las
frecuentes y violentas tormentas producidas por la acción combinada de las
corrientes frías procedentes de las islas Canarias y los prevalecientes
vientos alisios, hacen que sea una costa sumamente peligrosa para la
navegación. Además, la falta de todo puerto o abrigo seguro, con excepción
de La Güera en el extremo Sur, ha impedido hasta la fecha que el territorio
participe en gran escala en la explotación comercial de los ricos recursos
pesqueros de su amplia plataforma litoral (véase el párrafo 171 infra),
e históricamente ha restringido la comunicación con el mundo exterior
119. Más allá de la zona costera baja, desolada y en gran parte
deshabitada, se extiende el desierto en una serie de penillanuras
cristalinas o zonas de terreno duro y llano con ondulaciones casi
imperceptibles, que hacia el Este se levantan en mesetas o colinas más
elevadas. Estas penillanuras están intercaladas por dunas arenosas, y en
algunas zonas son interrumpidas por cerros aislados o bajas crestas rocosas
y por wadis, como el de Saguia el Hamra, del que la región
septentrional toma su nombre. Debido a la ausencia de aguas superficiales
permanentes y a lo escaso de las lluvias, la vegetación se limita a los
matorrales y arbustos espinosos que pueden soportar la falta de agua y los
efectos de vientos fuertes y frecuentes, que en algunas épocas del año
provocan violentas tormentas de arena. El agua necesaria para .la vida se
obtiene cavando pozos para aprovechar los acuíferos subterráneos. El clima
del interior es seco, con enormes diferencias de temperatura entre el día y
la noche. En consecuencia, hay muy pocos cultivos, excepto cuando las zonas
de tierras bajas son inundadas por las lluvias esporádicas y, en algunas
localidades, particularmente en el Sur y cerca de la ciudad de Villa
Cisneros, donde hay un abastecimiento suficiente de aguas subterráneas para
cultivar y regar cereales y hortalizas.
120. Por carecer de recursos económicos explotables de importancia, durante
mucho tiempo el territorio dependió en gran medida de las subvenciones
financieras de España no sólo a los efectos del desarrollo, sino también de
los gastos ordinarios de su administración y de la prestación de servicios
sociales. Aunque este estado de dependencia ha subsistido hasta el presente,
el descubrimiento, hace algunos años, de ricos y extensos depósitos de
fosfato en una zona accesible a la costa ha modificado radicalmente las
perspectivas económicas del territorio. En 1974, tras largas y costosos
preparativos, comenzó la extracción y exportación en gran escala de fosfatos
y se prevé que con el tiempo el territorio figurará entre los mayores
exportadores de fosfato del mundo. Aparte de los fosfatos, que a los precios
actuales representan una gran riqueza para el territorio, el potencial
minero de la región es poco conocido, ya que hasta ahora no ha sido
explorado totalmente.
2. Población
121. Las características físicas de esta región desértica han determinado el
modo de vida tradicional de los habitantes autóctonos, que hasta hace poco
eran principalmente nómadas y pastores; los nómadas se desplazaban
constantemente, a lo largo de anchas zonas que rebasan las fronteras
internacionales, en busca de agua y pastos para sus rebaños de camellos,
cabras y ovejas. Ahora bien, desde 1968 el territorio ha sido víctima de la
pertinaz sequía que afectó a toda la región del Sahara, y se calcula que
actualmente la totalidad de la población, excepto un 18 por 100, se ha
asentado en los centros urbanos y comerciales y alrededor de ellos.
122. Considerando su tamaño, el territorio está muy escasamente poblado.
Según el censo levantado en 1974 por las autoridades españolas, la población
ascendía solamente a 95.019 personas, de las cuales 73.497 eran saharianos
autóctonos y 20.126 de origen europeo (en su mayoría residentes temporales,
con inclusión de trabajadores, comerciantes de España y las islas Canarias,
funcionarios, técnicos extranjeros y miembros de las fuerzas armadas, en su
mayoría oficiales y suboficiales acompañados por sus familias); 1.396
personas procedían de otros países de África y residían temporalmente en el
territorio por razones de trabajo. Del total citado, 41.207 vivían en las
tres ciudades siguientes: El Aaiún (actual capital administrativa del
territorio, con 28.499 habitantes), Smara (7.295 habitantes) y Villa
Cisneros (5.413 habitantes). De las demás localidades, solamente Guelta
Zemmur, cerca de la frontera de Argelia, y Ausert, en el Sur, tenían más de
2.000 habitantes. Estas cifras no comprenden el numeroso personal militar'
español, incluida la Legión Extranjera, cuya presencia en el territorio es
calificada por las autoridades de temporal por razones de defensa y
seguridad, ni tampoco comprenden a los saharianos naturales del territorio
que viven en los países vecinos como exiliados y refugiados políticos o por
razones puramente económicas y de otro tipo.
123. La población autóctona del territorio está integrada en su mayor parte
por personas de raza mora o beduina, unidas por un idioma común, el
hassania (un tipo de árabe) y por fuertes lazos culturales y
tradicionales. Aunque la Misión observó un conflicto considerable entre los
jóvenes y la estructura social tradicional, la sociedad sahariana continúa
siendo en cierta medida una sociedad patriarcal en que los jeques (chiuj)
y sus consejos tribales, o yema'as, desempeñan un papel
importante. En esta estructura social, la unidad social básica, la familia,
no se considera un grupo independiente, sino una parte integrante de un
grupo social (fracción) y de un grupo familiar (subfracción) de una tribu;
en la mayoría de los casos, la tribu rebasa las fronteras políticas del
territorio. Así, la mayoría de los saharianos se identifican estrechamente
con otros miembros de su tribu, por ejemplo los Ergueibat, los Ait Lahsen y
los Ulad Delim, para nombrar solamente tres, que se pueden encontrar también
en Mauritania, Marruecos y Argelia. Esto se ajusta a una antigua tradición,
según la cual los distintos grupos tribales han hecho vida nómada en zonas
muy extensas, haciendo caso omiso de las fronteras políticas impuestas por
los regímenes coloniales; en realidad, era un rasgo intrínseco del sistema
económico tradicional, basado en la búsqueda continua de pastos y agua, y
en el que se desconocía la propiedad de la tierra. Hoy en día, aunque el
nomadismo va disminuyendo, sigue habiendo un marcado sentido de parentesco
entre los miembros de las tribus y sus subdivisiones que viven a ambos lados
de las fronteras del territorio con sus vecinos, y muchos saharianos han
abandonado el territorio para vivir permanentemente con sus familiares y
parientes en los países vecinos, para asentarse allí temporalmente por
razones económicas (incluida la sequía) o porque son exiliados y refugiados
políticos. Por esta razón, y debido a la estrecha afinidad existente entre
los saharianos del territorio y los de la provincia marroquí de Tarfaia o
de las regiones fronterizas de Mauritania, por ejemplo, es sumamente
difícil determinar cuáles son saharianos nativos del territorio.
124. Los cálculos del número de saharianos autóctonos que viven
temporalmente en los países vecinos oscilan entre una cifra baja de 7.000 a
9.000, dada por las autoridades españolas y del Sahara español, y más
de 40.000 o 50.000, según los movimientos de liberación y los gobiernos de
los estados vecinos. Por ejemplo, aunque las autoridades españolas dijeron a
la Misión que, en su opinión, había aproximadamente 300 refugiados y
exiliados políticos en Marruecos, 600 en Mauritania y un número menor en
Argelia, las autoridades marroquíes han dado un cálculo oficial de 30.000 a
35.000 en la parte sur de Marruecos y han añadido que hay más que viven en
otras partes de este país. Las autoridades mauritanas no pudieron ofrecer
ningún cálculo porque no distinguen entre los saharianos que son refugiados
o exiliados procedentes del territorio y los que son nacionales mauritanos.
Sin embargo, estaban dispuestos a levantar un censo en caso necesario.
125. Evidentemente, levantar un censo de la población autóctona que vive
fuera del territorio sería una tarea formidable que, a juicio de las
autoridades españolas y de los representantes de los movimientos políticos
saharianos que están dentro del territorio, tendría que basarse en la
composición demostrada de los grupos familiares y sociales (fracciones y
subfracciones de tribus) que existen en el territorio.
B. Gobierno y administración
1. Evolución constitucional del territorio
126. La evolución de la política de España con respecto al Sahara español,
que la Misión ha resumido brevemente en los párrafos 79 a 88 (A/ AC.
109/L.1063) supra, se refleja en el desarrollo de la organización
política y administrativa del territorio. Desde el momento en que el
territorio dejó de ser administrado como parte del África occidental
española y fue declarado formalmente provincia española
(z), hasta
1966, cuando España anunció quo era partidaria do la aplicación del
principio de libre determinación, se insistió en incorporar más plenamente
el territorio a la estructura política y administrativa del estado español
y en crear una infraestructura de administración local. Así, una ley
promulgada en 1961
(aa) disponía, entro otras cosas, que las leyes y
decretos españoles se aplicarían al territorio, una vez publicados en el
Boletín Oficial; que el territorio se administraría a través de la
Presidencia del Gobierno; que el territorio tendría el mismo derecho que las
demás provincias españolas a estar representado en las Cortes y en otros
órganos del Estado español, y que estaría dotado de organismos municipales y
otros organismos de gobierno local, entre ellos un cabildo (consejo
provincial). Un decreto promulgado el 29 de noviembre de 1962 estableció la
composición, atribuciones y funciones de estos diversos organismos de
gobierno local, que en parte se derivan del sistema de gobierno local
existente en España y en parte se basan en las estructuras tradicionales de
la sociedad sahariana.
127. Tras haber anunciado España que estaba a favor de la aplicación del
principio de libre determinación en el territorio, se promulgó un decreto él
11 de mayo de 1967 por el que se creaba una Yema'a (Asamblea
General), que, según el decreto, tendría una doble función: por una parte,
sería el más alto organismo representativo de la administración local, y por
la otra, promovería, por iniciativa propia, los asuntos que considerara de
interés general del territorio. Aunque sus atribuciones se limitan a la
aprobación de resoluciones y propuestas, se la ha alentado a ocuparse cada
vez más de asuntos do carácter legislativo y presentar textos que, si son
promulgados por el gobernador general, pasan a ser «reglas» o normas que
tienen vigencia en el territorio.
128. Como ya se explicó en los párrafos 82 y 83 supra, la política
del gobierno español experimentó un cambio radical en 1973, a raíz de la
aprobación por la Yema'a de la declaración del 20 de febrero
(A/1976, anexo).
La declaración, que la Yema'a dirigió al Jefe del Estado español,
afirmaba el deseo de la población del territorio de avanzar hacia la libre
determinación mediante un referéndum y pedía que, entre tanto, se fueran
ampliando en forma progresiva las instituciones legales existentes para
lograr «una mayor participación del pueblo del Sahara en las funciones y
competencias de su administración interna».
129. En respuesta a las peticiones contenidas en esa declaración, que fue
posteriormente ratificada en julio por la Yema'a que se acababa de
elegir, el Jefe del Estado español contestó en una carta de fecha 21 de
septiembre de 1973
(bb) en la que hablando en nombre de su Gobierno,
garantizaba que la población determinaría libremente su futuro cuando así lo
solicitara y presentaba a la Yema'a, para su examen, una serie de
principios básicos (véase el párrafo 83 supra) para reorganizar la
estructura política y administrativa del territorio durante el período
previo a la libre determinación.
130. Los principios expuestos en la respuesta del Jefe del Estado español
fueron aceptados por la Yema'a e incorporados a un nuevo Estatuto del
territorio que recibió la aprobación de la Yema'a. Básicamente, el
Estatuto, cuyas disposiciones principales se esbozan a continuación,
establecería un régimen de autonomía interna con atribuciones legislativas y
ejecutivas ejercidas por una Yema'a reconstituida y un Consejo de
Gobierno (véanse los párrafos 143 a 148 infra).
131. Sin embargo, la Misión fue informada de que hasta el momento el
nuevo Estatuto todavía no había entrado en vigor a causa de la reacción
contraria del Gobierno de Marruecos, en particular respecto de la intención
reiterada del gobierno español de que la autonomía interna fuera una etapa
preparatoria para la libre determinación (cc). No obstante, si bien
los arreglos constitucionales existentes siguen en vigor, la Yema'a
ha adoptado ciertas medidas relativas a los cambios constitucionales
propuestos y otras medidas estaban en estudio en el momento de la visita de
la Misión.
132. Aunque acontecimientos ulteriores, entre ellos la decisión del
gobierno español de proceder a la celebración de un referéndum en el
territorio, hacen improbable que vaya a haber un período de autonomía
interna antes de que se decida de una u otra manera el estatuto futuro del
territorio, la Misión estima que su informe sería incompleto sin la
información que se expone a continuación sobre los arreglos políticos y
administrativos existentes y los dispuestos en el Estatuto Político de 1974.
Arreglos actuales
133. Constitucionalmente, el Sahara español sigue siendo administrado como
una provincia de España, y la autoridad suprema reside en el Jefe del Estado
español, asistido por el Consejo de Ministros de España. La administración
del territorio está a cargo del ministro de la Presidencia y, él nivel
ejecutivo, de la Dirección General para la Promoción del Sahara de ese
ministerio. Dentro del territorio el gobierno de España está representado
por un gobernador general, designado por decreto a propuesta del presidente
del Gobierno y a través de quien los órganos centrales del Gobierno español
ejercen la misma autoridad que en las provincias metropolitanas de España.
Concretamente las funciones del gobernador general son:
a) Publicar y ejecutar las leyes y otras disposiciones
aplicables en el territorio.
b) Dirigir los servicios de seguridad y mantener el orden
público en el territorio.
c) Inspeccionar y controlar todos los servicios públicos.
d) Adoptar medidas para el desarrollo del territorio en todos los
aspectos de la vida civil.
134. Colabora con el gobernador general un secretario general, también
designado por decreto a propuesta de la Presidencia del Gobierno, y que es
jefe de todos los servicios administrativos excepto el judicial y el
militar. Como segunda autoridad en importancia en el territorio, el
secretario general sustituye al gobernador general en casos de ausencia o
incapacidad de éste.
135. La Yema'a, según fue establecida en 1967, es básicamente un
órgano asesor y consultivo integrado por varios elementos de la sociedad
del Sahara. Sus funciones fundamentales, según fueron establecidas en el
decreto
(dd), son las siguientes:
a) Examinar y emitir su dictamen en todos los asuntos de interés
general del territorio, como los referentes a presupuestos, planes de obras
públicas, enseñanza, agricultura y ganadería, alumbramiento de aguas y, en
general, todos los que afecten al desarrollo económico y social.
b) Ser informada de las disposiciones con rango de ley o decretos que
deban regir en el territorio y formular las observaciones y sugerencias que
se consideren oportunas para su adaptación a las peculiaridades del
territorio.
c) Proponer al gobierno, por propia iniciativa, la adopción de medidas
jurídicas para la aplicación de las leyes del Estado.
136. En su composición actual, la Yema' a está integrada por
103 miembros
(ee):
a) El presidente del Cabildo, los alcaldes de El Aaiún y Villa Cisneros y
otros tres representantes, elegidos respectivamente por el Cabildo, y los Concejos Municipales de El Aaiún y Villa Cisneros.
b) Cuarenta jeques elegidos por las yema'as.
c) Cuarenta representantes elegidos por los saharianos varones de más
de veintiún años de edad de las distintas unidades familiares.
d) Dieciséis representantes de los grupos corporativos
(trabajadores, artesanos y otros grupos profesionales).
137. Todos los miembros de la Yema'a son saharianos; el presidente y
el vicepresidente son elegidos por la propia Yema'a de entre sus
miembros. El mandato de los miembros dura cuatro años; se realizan
elecciones cada dos años para renovar la mitad de los puestos que se
enumeran en el párrafo 136 supra.
138. La Yema'a celebra sus sesiones ordinarias dos veces al año, en
abril y en noviembre, y puede reunirse en sesión extraordinaria cuando hay
cuestiones de urgencia, ya sea por petición del gobernador general o por
decisión de su presidente, cuando lo han solicitado por lo menos dos
tercios de sus miembros.
139. Hasta tanto sea reorganizada en virtud del nuevo Estatuto Político, la
Yema'a seguirá siendo ante todo un órgano asesor, con atribuciones
para adoptar recomendaciones en forma de resoluciones o propuestas dirigidas
al gobierno español, y para aprobar reglamentos que, sujetos a ratificación
por el gobernador general en nombre del gobierno, puede hacen cumplir dentro
del territorio. Por ejemplo, por ahora, no controla el presupuesto del
territorio -aunque ello es función esencial de cualquier cuerpo
legislativo- que es aprobado por el Consejo de Ministros de España a
propuesta de la Presidencia, pero puede examinar el presupuesto y presentar
recomendaciones respecto de él. La Yema'a tiene, sin embargo,
atribuciones para iniciar debates y proponer las leyes que considere
necesarias. Así, en 1974, aprobó resoluciones legislativas sobre, entre
otras cosas, la condición del natural sahariano (véanse los párrafos 155 a
162 infra); la organización de la justicia alcoránica (véanse los
párrafos 164 y 165 infra), y el estatuto de la administración pública
territorial, todas las cuales recibieron sanción del gobernador general y
fueron publicadas como normas o reglamentos en el Boletín Oficial. En
su próxima sesión la yema'a tendrá ante sí propuestas relacionadas
con la ley fundamental de enseñanza y también relativas al establecimiento
del sufragio universal para los saharianos de ambos sexos de más de
dieciocho años de edad (véanse los párrafos 151 a 153 infra), medida
que, de ser aprobada, se aplicará tanto para la elección de los miembros de
los cuerpos del gobierno local como de la Yema'a cuando se
reconstituya con arreglo al nuevo Estatuto Político.
140. Debido al número de miembros que la componen y a lo poco frecuente de
sus reuniones, la Yema'a ha establecido once comisiones, entre ellas
un consejo político, con sectores especiales de competencia, que preparan
la labor de la Yema'a. y le presentan informes y proyectos de
resolución.
141. Previendo la entrada en vigencia del Estatuto Político del territorio,
aprobado en 1974 (véase más abajo), la Yema'a, en una sesión
extraordinaria celebrada en febrero de 1975, creó una comisión
permanente integrada por el presidente y otros quince miembros, que servirá
como mesa de la Yema'a entre las reuniones y como un vínculo
permanente entre ella y el poder ejecutivo. Entre las funciones de la
Comisión Permanente está la de asesorar al gobierno en todas las cuestiones
urgentes que puedan plantearse cuando la Yema'a no está sesionando y,
de considerarlo necesario, proponer la convocación de una reunión
extraordinaria de la Yema'a. Actualmente la Comisión permanente está
integrada por el jeque uld Said uld Yumani, presidente de la Yéma'a,
cinco diputados del Sahara en las Cortes Españolas, dos miembros del Consejo
de Gobierno propuesto (que fueron elegidos por la Yema'a en su
período de sesiones de febrero), y por otros siete miembros, tres de ellos
elegidos por los tres grupos principales de la Yema'a. (Véase el
párrafo 136 supra) y los dos miembros mayores y los dos miembros más
jóvenes de la Yema'a.
142. Debido a que es difícil reunir a 103 representantes de todas partes del
territorio, la Misión no tuvo oportunidad de reunirse con toda la Yema'a.
Pero se reunió dos veces con la Comisión Permanente bajo la presidencia
del Jeque uld Said uld Yumani. Las conversaciones versaron sobre todo
acerca del problema de la descolonización, pero también permitieron a la
Misión formular preguntas respecto de la función y las atribuciones de la
Yema'a. En estas conversaciones la Misión recogió la clara impresión de
que si bien los miembros expresaban sin ambages su deseo de que el
territorio avanzara hacia la libre determinación y la independencia, en su
carácter de miembros de la Yema'a hasta el momento habían tenido una
actuación limitada en cuanto a la verdadera conducción de los asuntos del
territorio. Sobre ciertos asuntos, tales como la cuestión de la nacionalidad
sahariana y la legislación para la introducción del sufragio universal para
los adultos, aún pendiente, expresaron opiniones concretas que demostraban
que habían discutido intensamente la cuestión entre sí; pero con respecto a
otras cuestiones, por ejemplo en lo referente a si la Yema'a tenía
voz en la elaboración del presupuesto territorial, sus respuestas fueron
menos precisas. Ello podio atribuirse a que la Comisión Permanente acababa
de constituirse, pero hizo pensar a la Misión que los miembros de la
Yema'a dependían en buen grado de la orientación que les brindaban las
autoridades españolas que constituían el nexo entre ella y Madrid, desde
donde se gobernaba el territorio. Además, la Misión tuvo la impresión de que
la Yema'a, tal como estaba constituida, era poco ágil y representaba,
sobre todo, al elemento de más edad y más conservador de la sociedad
sahariana, debido al sistema por el que se elegían sus miembros.
2. Estatuto político de 1974
143. De la descripción de los arreglos constitucionales existentes es
evidente que el territorio no ha llegado aún a la etapa de autonomía que
normalmente precedería a la independencia.
144. Las autoridades españolas explicaron a la Misión que, en realidad, se
había tenido la intención de que el referéndum fuera precedido de un período
transicional de autonomía, sobre la base del Estatuto Político aprobado en
1974, y que ello no había sido así exclusivamente a causa de las
complicaciones internacionales y del rápido curso de los acontecimientos. En
todo caso, se estaban introduciendo algunos de los cambios previstos y la Yema'a
había tomado ya algunas medidas al respecto, y estaba examinando otras.
145. Básicamente, el Estatuto Político prevé el traspaso de la
responsabilidad de la conducción de los asuntos internos del territorio a
un nuevo gobierno sahariano. Con arreglo al Estatuto, España seguiría
representando al territorio en el ámbito internacional y garantizaría su
integridad territorial, su defensa exterior y su seguridad interna. Sin
embargo, aparte de estas esferas reservadas, la responsabilidad por los
asuntos internos y la administración del territorio se traspasaría a una
nueva Yema'a, que ejercería el poder legislativo, y a un nuevo
órgano denominado Consejo de Gobierno, que constituiría la rama ejecutiva
del gobierno. Las competencias reservadas al Estado español se ejercerían,
igual que ahora, por conducto de un gobernador general, asistido por un
subgobernador, pero, al crearse el Consejo de Gobierno, se eliminaría el
cargo de secretario general.
146. La Yema'a, que se compondría en su totalidad de saharianos
autóctonos, estaría integrada por cuarenta miembros electivos y hasta doce
miembros designados por el gobernador general, ya sea para que
representaran intereses especiales o por sus particulares dotes personales.
La Yema'a estaría facultada para promulgar leyes relativas, entre
otras cosas, al presupuesto del territorio y al régimen tributario; a la
ordenación y explotación de los recursos naturales, los principios
fundamentales del derecho civil, penal y social, la administración local y
la organización de la justicia coránica. Los proyectos de ley aprobados por
la Yema'a serían promulgados por el gobernador general en nombre del
Jefe del Estado español. En la medida en que no afectaran a las competencias
reservadas a España, el gobernador general no podría negarse a promulgar los
proyectos de ley, si bien, en consulta con el Consejo de Gobierno, podría
devolverlos a la Yema' a para nuevas deliberaciones, sugiriendo
posibles modificaciones.
147. El Consejo de Gobierno, que estaría encargado de dirigir la política y
la administración del territorio, se compondría del gobernador general, como
presidente nato, de cuatro miembros elegidos por la Yema'a de entre
sus miembros y de tres miembros designados por el gobernador general. El
miembro electo que recibiera la mayor cantidad de votos ocuparía el puesto
de vicepresidente. Cada uno de los miembros tendría a su cargo un
departamento de la administración y todos los miembros podrían participar,
sin derecho de voto, en las deliberaciones de la Yema'a. Esta última
podría revocar en cualquier momento la designación de los miembros electos y
elegir otros en su reemplazo.
148. En otros artículos, el estatuto dispone: a) que España reconoce
al pueblo sahariano la propiedad exclusiva de las riquezas y los recursos
naturales del territorio y el disfrute de ellos; b) que sólo los
autóctonos del territorio tienen la condición de saharianos, y c) que
los saharianos tendrían nacionalidad española mientras siguiera en vigencia
el estatuto. Sólo podrían introducirse revisiones o enmiendas en el estatuto
una vez que fueran aprobadas por el pueblo sahariano en un referéndum.
149. Se informó a la Misión de que se habían tomado algunas medidas
iniciales encaminadas a poner en vigencia el estatuto. Entre otras cosas, la
Yema'a, en una reunión extraordinaria celebrada en febrero de 1975,
había aprobado la candidatura de los cuatro miembros electivos del Consejo
de Gobierno, cuyos nombres había propuesto una comisión especial designada
para esos efectos.
150. En su reunión de 1974, la Yema'a había aprobado también una
resolución legislativa sobre la condición jurídica del nacional sahariano
(véanse los párrafos 160 a 162 infra) y en su próxima reunión, en
1975, consideraría un proyecto de ley electoral, en que se dispone la
institución del sufragio universal de los adultos, que la comisión
pertinente había de presentar a la Yema'a en su reunión de junio de
1975.
Introducción del sufragio universal de los adultos
151. Aunque no está previsto de forma expresa en el Estatuto político del
territorio, la Misión fue informada durante sus conversaciones con la
Comisión Permanente (véase el párrafo 142, supra) de que existía el
propósito de reconstituir la Yema'a sobre la base del sufragio
universal de los adultos de ambos sexos, y de que los escaños electivos
representarían distritos geográficos en vez de los grupos tribales o
profesionales, como sucede en la actualidad. La comisión competente preparó
un proyecto de Ley Electoral para introducir el sufragio universal de los
adultos, proyecto electoral que iba a ser sometido a la Yema'a en su
próxima sesión. Si fuera aprobado y promulgado por el Gobierno, el
principio del sufragio universal de los adultos se aplicaría no solamente a
nivel territorial, sino también en la elección de miembros de los órganos
gubernamentales locales. Se explicó a la Misión que esta innovación era
posible debido a los significativos cambios sociales que en años recientes
se habían producido en la sociedad sahariana, particularmente en las
actitudes con respecto al papel de la mujer. Lo que más sorprendió a la
Misión fue que esta opinión era compartida por aquellos miembros de la
Comisión Permanente que, por ser jeques, cabría esperar que representaran el
elemento más conservador de la sociedad sahariana.
152. Naturalmente, el principio de las elecciones no es nuevo en la
sociedad sahariana, pero hasta ahora ha estado restringido a los adultos
varones y, más en general, a los jefes de familia. Desde 1973, cada
subfracción ha elegido a su jeque o jeques, así como a los miembros de su
Yema.'a, y los jeques de las subfracciones, que juntos forman la
Yema'a de cada fracción, han elegido al jeque de cada fracción. Aquellos
miembros de la Yema'a que no representan a órganos y grupos
corporativos han sido elegidos, bien por los adultos varones de las
distintas subfracciones o por las Yema/as de las fracciones. Como
consecuencia de ello, la Yema'a representa predominantemente el
elemento tradicional de la sociedad sahariana, ya que más de la mitad de sus
miembros son jeques.
153. La Ley propuesta introduciría el sufragio universal directo de los
adultos, mediante votación secreta, en todos los niveles del gobierno local
y territorial, concediendo a todos los saharianos mayores de dieciocho años
el derecho de voto y el derecho a presentarse como candidato en las
elecciones. Durante sus conversaciones con el secretario general del
territorio, la Misión fue informada de que la primera aplicación del
principio se haría en las elecciones para cubrir las vacantes de los
concejos municipales de El Aaiún y Villa Cisneros, producidas por la
eliminación de los no saharianos do esos órganos, de conformidad con una
decisión anterior de la Yema'a de limitar la condición de sahariano a
las personas autóctonas (véase infra).
154. El hecho de que el sufragio universal de los adultos de ambos sexos
parece ser no solamente aceptable, sino deseado por los miembros de la
Yema'a y, por tanto, cabe suponer que también por los grupos tribales
que los eligieron, prueba el gran cambio que se ha producido en la sociedad
sahariana. La Misión no duda de que sería una innovación sumamente
importante, que haría que la Yema'a y otras instituciones fuesen más
auténticamente representativas de la opinión pública de lo que parecen
serlo actualmente.
Condición de habitante autóctono
155. En vista de la estrecha afinidad que existe entre los saharianos que
viven dentro del territorio y los que se encuentran en países vecinos, y
también de su tradición nómada, la cuestión de determinar quién es y quién
no es habitante autóctono del territorio es un tanto complicada. Dado que
Marruecos y Mauritania afirman que los saharianos del territorio son sus
nacionales, hasta el presente no ha habido obstáculos a la libre
circulación, y muchos habitantes autóctonos del territorio viven permanente
o temporalmente fuera de éste. Algunos de ellos son considerados refugiados
políticos y exiliados. Otros se han asentado en otras partes por razones
económicas y pueden o no considerarse a sí mismos nacionales de alguno de
los países vecinos.
156. La complejidad de este problema puede apreciarse en las amplias
discrepancias que existen en los cálculos suministrados, a la Misión sobre
la cantidad de habitantes autóctonos que viven fuera del territorio. Las
autoridades de España creen que el total no excede de 9.000, de los que,
según se informa, unos 3.000 ó 4.000 están en Marruecos y, unos 4,000 ó
5.000 en Mauritania, y un número mucho menor en Argelia (véase también el
párrafo 124, supra). Esos cálculos incluyen alrededor de 300
refugiados políticos y exiliados en Marruecos y cerca del doble de esa
cantidad en Mauritania. Sin embargo, los dirigentes del Frente Polisario, al
igual que las autoridades de Marruecos, dan un cálculo mucho mayor
(ff).
Las diferencias pueden quizá explicarse por el hecho de que las
autoridades de Marruecos y el Frente Polisario incluyen en sus cálculos a
personas que tal vez hayan salido del territorio varios años antes de que se
introdujera el sistema de tarjetas de identidad (véase infra). En
realidad, los dirigentes del Frente Polisario creen que si a todos los
saharianos a los que, debido a su asociación histórica con el territorio,
se les da la opción de unirse a un Estado sahariano, el territorio puede
tener una posible población de hasta habitantes 750.000.
157. Es evidente por lo que antecede que si el territorio pasara a ser
independiente los criterios para determinar la nacionalidad serían
importantísimos. Análogamente, surgirían problemas para determinar el
derecho a participar en un referéndum.
158. Para la Potencia administradora y los saharianos en la Comisión
Permanente de la Yema'a, que representan las autoridades
tradicionales, el criterio para determinar si un sahariano es o no autóctono
del territorio es la pertenencia a un grupo familiar que exista en el
territorio. Se señaló a la Misión que todos los miembros de esos grupos se
conocen entre ellos y que .la autenticidad de una afirmación de pertenencia
a un grupo familiar puede ser verificada por los jeques y personalidades
importantes de ese grupo en consulta con sus miembros. Desde 1971, en virtud
de normas fijadas por una Comisión de la Yema'a, se han expedido
tarjetas de identidad, después de celebrar consultas con los jeques de los
grupos familiares, a todos los saharianos adultos del territorio. Estos
documentos están destinados a fines administrativos, sin embargo,
principalmente para indicar la residencia, y han sido expedidos, entre
otros, a nómadas que, debido a que habitualmente atraviesan las fronteras,
quizá también posean documentos de identidad de países vecinos. Esas
tarjetas de identidad también han sido expedidas a residentes no autóctonos,
aunque, según el Estatuto político, estos últimos no son nacionales del
territorio y no tienen derecho a votar en elecciones ni a ser elegidos para
ocupar cargos políticos.
159. En el Estatuto político figura una disposición que establece que sólo
los saharianos autóctonos del territorio poseerán automáticamente su
nacionalidad y que se promulgará una ley que determine las condiciones en
que esa nacionalidad podrá ser adquirida o perdida.
160. La Yema' a, aunque hasta la entrada en vigor del Estatuto
político no tiene autoridad para promulgar leyes, aprobó, no obstante, en su
reunión de noviembre de 1974, normas que rigen la expedición de documentos
de identidad a los saharianos, las cuales fueron promulgadas por el
gobernador general el 18 de diciembre de 1974 y podrían oportunamente
constituir la base de esa ley. Según esas normas, se considerarán
saharianos las personas siguientes:
a) Todas las personas nacidas de padres saharianos.
b) Las personas nacidas de madres saharianas y padres de
nacionalidad extranjera, siempre que las leyes del país de la nacionalidad
del padre no requieran que el hijo tenga la misma nacionalidad que el
padre
c) Las personas nacidas en el territorio de padres de nacionalidad
extranjera, siempre que éstos también hayan nacido en el territorio y sean
residentes de él en el momento del nacimiento.
d) Las personas nacidas en el territorio de padres desconocidos, con
la salvedad de que, si llega a conocerse la nacionalidad de los padres, se
aplicarán las disposiciones que anteceden.
161. En las normas se dispone además que las personas podrán optar por la
nacionalidad sahariana si: a) nacieron en el territorio, o b)
nacieron fuera del territorio de padres saharianos. En los casos de
matrimonio, la esposa de un sahariano adquiere automáticamente la
nacionalidad de su marido; lo contrario también se aplica, y los hijos
tienen automáticamente la nacionalidad del padre.
162. Finalmente, en las normas se dispone que a un no sahariano podrá
otorgársele la nacionalidad sahariana por recomendación de la Comisión
competente de la. Yema'a, siempre que el solicitante haya residido en
el territorio durante no menos de cinco años consecutivos inmediatamente
antes de la solicitud o, excepcionalmente, durante tres años si el
solicitante ha hecho una contribución importante al territorio, por ejemplo,
si ha introducido una industria importante o si es el director de una
importante empresa agrícola, industrial o comercial.
163. Esta última disposición, en opinión del Frente Polisario, podría
conducir a la adquisición de la condición de sahariano por un considerable
número de personas no autóctonas que en la actualidad ocupan la mayoría de
los puestos de categoría superior en la Administración y en la economía. Sin
embargo, en respuesta a preguntas que las formuló la Misión, los
representantes de la Potencia administradora dijeron que nunca había sido
la intención de las autoridades utilizar las normas para conferir la
condición de saharianos a grupos de nacionales españoles que, como resultado
de sus servicios en el territorio, llenaran los requisitos correspondientes
al período de residencia. Durante las deliberaciones de la Misión en Madrid
se señaló que en las normas figura una salvaguardia contra esa eventualidad,
puesto que la adquisición de la nacionalidad sahariana sobre la base de la
residencia no es automática, sino que requiere una decisión favorable de la
Comisión competente de la Yema'a en cada caso.
Poder judicial
164. La organización del poder judicial que está actualmente en el
territorio comprende un sistema dual de tribunales, uno de los cuales
aplica el Código de justicia de España y el otro el Derecho islámico y el
consuetudinario. Ambos tienen jurisdicción para entender en juicios civiles
y penales. No obstante, el primer tipo de tribunales, llamado de
jurisdicción ordinaria, no puede entender en casos en que una de las partes
o las dos sean saharianas autóctonas, salvo cuando la parte o partes se
sometan expresamente a la competencia del tribunal o cuando el caso se
relacione con una acusación que ataña a la seguridad y el orden públicos.
Todos los demás casos en que están involucrados saharianos autóctonos son
juzgados por coudats (tribunales) que aplican el Derecho islámico, y
los fallos de los tribunales menores están sujetos a la revisión del cadí
del territorio. En todos los casos, el derecho de apelación depende del
tribunal de apelaciones provincial de Las Palmas y, en última instancia, del
Tribunal Supremo de España.
165. Evidentemente, habría que cambiar este sistema si el territorio
alcanzara la libre determinación. De hecho, en el Estatuto político se
dispone que el territorio deberá tener un sistema judicial propio e
independiente. Previendo esto, en noviembre de 1974 la Yema´a aprobó
normas en las que se fijaban los principios en que debía basarse ese
sistema.
Según estas normas, la justicia en el Sahara Español estaría administrada
por coudats independientes e inamovibles, a los que correspondería
la jurisdicción en los juicios civiles, penales, contencioso-administrativos
y laborales. En las normas se dispone que la Ley Orgánica de Justicia del
Sahara Español sea redactada por una comisión de Justicia de la Yema'a
y sometida a ésta para su aprobación.
Servicios administrativos
166. Como el territorio se ha administrado como provincia de España, la
Administración pública, salvo el personal del gobierno local, es parte
integrante de la Administración pública de España y sus funcionarios
dependen de la Dirección General de Promoción del Sahara y, en el caso de
los especialistas, de distintos Ministerios. Los saharianos empleados en la
Administración pública son tratados de la misma manera. En su reunión de
noviembre de 1974, la Yema'a aprobó normas para un nuevo Estatuto
por el que se crearía una Administración pública distinta, que incluiría
todos los empleados del gobierno territorial, a excepción de los
funcionarios al servicio de la Administración de justicia, quienes, con
objeto de conservar su independencia, seguirían dependiendo del Ministerio
español de Justicia. La Administración pública incluiría también a los
empleados cuyos sueldos no se pagaran con cargo al presupuesto del
territorio. El personal del gobierno local empleado por las municipalidades
y otros concejos locales quedaría excluido, pero la Administración pública
comprendería grupos especializados, como el personal médico y el docente.
Una Comisión dependiente del Consejo de Gobierno fiscalizaría la
Administración pública. En el Estatuto también se pide la creación de un
Centro de Formación y Perfeccionamiento de Funcionarios para preparar a
éstos para su entrada y carrera en 1a Administración y para proporcionar
cursos de capacitación en el empleo.
167. Aunque la Misión no dispuso de datos completos con respecto al número
de funcionarios públicos empleados en el territorio, no pudo dejar de
observar que hay muy pocos saharianos que ocupen puestos por encima del
nivel técnico intermedio, salvo en esferas tales como los tribunales de
justicia islámicos y la educación islámica. De hecho, sólo hay un médico y
un abogado con títulos universitarios superiores y 12 saharianos con
diplomas técnicos avanzados, y no todos ellos están al servicio del
Gobierno. Salvo en las dos esferas mencionadas antes, la mayoría de los
saharianos que trabajan en la Administración pública ocupan puestos de
inspectores de salud pública, intérpretes y funcionarios de secretaría o de
oficina. Incluso en la Policía Territorial no hay más que dos saharianos con
rango de oficiales, y casi ninguno de los funcionarios médicos y maestros,
salvo en el caso de los estudios arábigos e islámicos, es autóctono.
168. Cuando la Misión planteó este asunto al secretario general del
territorio, se le informó de que las autoridades tenían plena conciencia de
este problema y de que se estaban creando centros de formación precisamente
para proporcionar cursos especiales para cubrir rápidamente los puestos
superiores. El secretario general dijo que, aunque ninguno de los 30
servicios gubernamentales estaba dirigido por un sahariano, en cinco de
ellos el jefe auxiliar era a la sazón sahariano y se esperaba nombrar pronto
a otros 20, básicamente mediante ascensos selectivos. Agregó que en el
pasado uno de los principales problemas había sido que un número excesivo de
saharianos a quienes se había enviado al extranjero para que cursaran
estudios superiores y de formación profesional no habían estado dispuestos a
regresar al territorio al terminar sus estudios.
160. La Misión observó que uno de los problemas parecía ser el número
relativamente pequeño de saharianos que terminaba la enseñanza secundaria y
que estaba calificado para iniciar estudios universitarios o profesionales.
De los 75 saharianos que estudiaban en el extranjero con becas
gubernamentales, sólo 52 estaban matriculados en instituciones de enseñanza
superior. Por consiguiente, parecía que hasta que esa situación se remediara
el territorio seguiría dependiendo considerablemente de fuentes externas
para obtener la mayor parte del personal con conocimientos técnicos y
profesionales que necesitare para administrar sus propios asuntos.
C. Condiciones económicas, sociales y culturales
1. Recursos y perspectivas económicas
170. Como la Misión ya lo ha señalado previamente en el presente informe, el
Sahara Español es un territorio vasto y árido, con escasa población y una
reducida variedad de recursos económicos conocidos, así como una limitada
infraestructura de caminos y otros medios de comunicación. A excepción de
los ricos depósitos de fosfato fácilmente extraíble que existen en la región
de Bu Craa, situada a 97 kilómetros de la costa y que, una vez que se los
aproveche plenamente, harán posible que el territorio produzca hasta 10
millones de toneladas de fosfato para la exportación, existen pocos recursos
que puedan aprovecharse sin dificultades. En la actualidad, las únicas
actividades económicas de importancia, además de la cría de ganado para el
consumo local, son una pequeña industria pesquera basada principalmente en
una planta de elaboración en La Güera, una producción muy limitada de
cultivos hortícolas y de cereales en los lugares en que se dispone de un
abastecimiento de aguas para regadío o en que se registran precipitaciones
ocasionales, y una industria turística pequeña, pero creciente.
171. Ello no significa que no existan otros recursos que, a la
larga, puedan aprovecharse. Hasta ahora sólo se han explorado parcialmente
los recursos minerales del territorio, pero se han encontrado depósitos de
hierro en diversas zonas y es posible que otras prospecciones indiquen la
existencia de yacimientos de otros minerales; e hidrocarburos, así como de
fuentes adicionales de aguas subterráneas. Aunque la prospección de petróleo
en la región septentrional del territorio efectuada a principios del decenio
de 1960 no dio resultados positivos, no se ha descartado por completo la
esperanza de encontrar petróleo, y en la actualidad cuatro empresas poseen
licencias de prospección en las aguas ribereñas. También cabe notar que la
extensa plataforma continental, que llega hasta las islas Canarias, es rica
en recursos pesqueros. Hasta ahora, por la carencia de puertos adecuados en
la costa, las peligrosas corrientes y las barras de arena que constituyen un
peligro para la navegación marítima, así como otros factores, el territorio
no ha desarrollado aún los medios para lograr un aprovechamiento en gran
escala de estos recursos pesqueros, que en la actualidad son explotados
principalmente por flotas pesqueras de las islas Canarias y de otros
países.
172. Como consecuencia, el territorio ha dependido en gran medida de
subsidios y subvenciones proporcionados por España para el financiamiento de
los gastos públicos, inclusive los gastos públicos periódicos y las
inversiones de capital en el sector público. En la sección siguiente
figuran los datos proporcionados a la Misión acerca del presupuesto del
territorio.
173. En el curso de las conversaciones celebradas en Madrid con
funcionarios españoles se informó a la Misión de que se preveía que los
ingresos del territorio por concepto de fosfato en 1975, primer año completo
de producción, ascenderían a 13.000 millones de pesetas
(gg), suma
que se utilizaría en su integridad para beneficiar al territorio en una u
otra forma, con excepción de un 12 por 100 que se emplearía para la
amortización de capitales y pago de intereses y de un 10 por 100 para las
reservas legales de le la empresa. Evidentemente, ello tendrá una
considerable repercusión en las finanzas del territorio, pues esa suma
equivaldrá a casi la mitad de los subsidios para el presupuesto que
proporciona España. Dado que en los planes de desarrollo se prevé que las
exportaciones se triplicarán para 1980, año en que las minas habrán llegado
a su producción máxima, su significación para el territorio es evidente. De
hecho, el ministro de la Presidencia señaló a la Misión que, sobre la base
de las estadísticas demográficas actuales, el pleno aprovechamiento de los
depósitos de fosfato proporcionaría un ingreso per cápita igual al de
algunos países desarrollados de Europa. El ministro manifestó que España
había reconocido la soberanía de la población sahariana sobre los recursos
naturales del territorio y que, aparte de la devolución de sus inversiones,
que el Gobierno de España procuraría negociar con cualquier Gobierno que le
sucediera en el territorio, España no efectuaba reivindicación alguna para
beneficiarse de los ingresos. En el curso de sus conversaciones con el
director general para la Promoción del Sahara y con otros funcionarios
españoles, también se aseguró a la Misión que el Gobierno de España no tenía
intención alguna por el momento de reducir el nivel de sus subsidios al
territorio, pese a los ingresos obtenidos por las exportaciones de fosfato.
2. Hacienda pública
174. Como ya ha explicado la Misión, de conformidad con los actuales
arreglos constitucionales, el presupuesto del territorio es preparado por el
Gobierno español y aprobado por el Consejo de Ministros de España después
del examen del proyecto por la Yema'a del territorio, que está
facultada para formular recomendaciones en relación con ese presupuesto.
Este procedimiento, que refleja el hecho de que en la actualidad la
Yema'a es un órgano consultivo con muy poco control efectivo sobre el
Gobierno del territorio, se cambiará una vez que se instituya la autonomía
interna.
175. En la actualidad, prescindiendo de los impuestos sobre la producción y
exportación del fosfato, los ingresos que obtiene el territorio,
provenientes básicamente de impuestos directos e indirectos, incluido el
impuesto sobre la renta, el impuesto sobre las importaciones y exportaciones
y los impuestos sobre las ventas y los servicios, son bastante reducidos y
en 1974 representaron menos de un tercio del presupuesto. En el cuadro
siguiente se indican las partidas de ingresos y gastos del territorio para
los años 1972 a 1974:
Millones de pesetas
..
1972
1973
1974
INGRESOS:
Ingresos territoriales.....................
280
'.
315
771
Subvenciones
proporcionadas
por
España.........................
..........
703
957
1.701
Fondos de reserva................
293
325
-
TOTAL..... ... . . .. . . . .. . ..... . ..
. . ... .
1.276
1.597
2.472
GASTOS:
Periódicos
....................................
575
909
1.150
De
capital....................................
702
690
1.310
TOTAL..... ...... ......
...............
1.277
1.599
2.460
Para 1975, el Gobierno de España ha aprobado una subvención inicial de 1.655
millones de pesetas.
176. Salvo los gastos de capital que efectúa el Instituto Nacional de
Industria de España (IND, institución paraestatal que, entre otras cosas,
proporcionó el capital de inversión para las minas de fosfato, casi todos
los fondos correspondientes a inversiones de capital los suministra el
Gobierno de España y se orientan hacia el sector público {véanse los
párrafos 185 y 186, infra). Ello constituye una medida de la ausencia
de inversiones privadas en el territorio.
3. Industria de los fosfatos
177. Debido a su función preponderante en la economía actual y futura del
territorio, la Misión estaba particularmente interesada en estudiar todos
los aspectos de la explotación minera de fosfatos en Bu Craa. Dedicó casi un
día completo a visitar las instalaciones y a reunirse con su director, así
como con representantes de los trabajadores saharianos.,
178. La mina, situada en el desierto, 107 kilómetros al sudeste de El Aaiún,
es una explotación sumamente moderna, y la Misión quedó bien impresionada
por las instalaciones y servicios proporcionados a sus trabajadores, tanto
europeos como saharianos. Básicamente es una explotación simple, ya que la
capa de fosfatos se halla situada horizontalmente a escasa profundidad y
puede extraerse por explotación a cielo abierto. Después de una trituración
preliminar para eliminar desechos, el fosfato es llevado por correa
transportadora con capacidad de 2.000 toneladas por hora a través de una
distancia de 97 kilómetros a un lugar de la costa cerca de El Aaiún, donde
se aumenta su concentración por medio de lavado, se le seca y se pone
en reserva en una zona de almacenamiento cubierta con capacidad de 300.000
toneladas. Debido a la poca profundidad de las aguas costeras se ha
construido un muelle de 3.100 metros de longitud, con tres dársenas de aguas
profundas con capacidad para recibir buques de hasta 100.000 toneladas. La
operación es mecanizada casi en su totalidad.
179. Los yacimientos de fosfatos fueron descubiertos en 1947, pero sólo en
1962 un estudio detallado del Gobierno reveló la magnitud de las reservas,
que ascienden a 1.700 millones de toneladas y producen un concentrado de
alta calidad; se estima que más del 60 por 100 tiene un contenido de más del
80 por 100 de trifosfato calizo y el resto tiene un contenido de más del 75
por 100. La presencia de cloro limita su uso para algunas finalidades.
Después de casi doce años de explotación, la producción comercial empezó
apenas en 1974, año en que se exportaron 2,1 millones de toneladas, pero se
espera que aumente a 3,7 millones de toneladas en 1975 y, conforme se vayan
añadiendo, nuevas instalaciones, a 6,0 millones de toneladas en 1976 y 10,0
millones de toneladas en 1980. Sobre la base de la producción mundial de
1974, esto convertiría al territorio en el segundo exportador de fosfatos,
después de Marruecos, país al que corresponde actualmente el 34 por 100 del
comercio mundial. A los actuales precios mundiales, que se han cuadruplicado
desde 1973, las exportaciones del territorio tendrían aproximadamente un
valor de 680 millones de dólares de los Estados Unidos en el mercado
mundial. Sin embargo, actualmente unas tres cuartas partes de los fosfatos
que se producen se venden a España con arreglo a un contrato a corto plazo
concertado antes del aumento de precios, por un precio considerablemente
inferior al actual nivel mundial. Las utilidades efectivas de la venta de
los fosfatos en 1974 se elevaron a 4.471 millones de pesetas. No obstante,
el director de la compañía dijo a la Misión que, dado que España tenía sus
propias fuentes tradicionales de fosfatos, en el futuro la mayor parte del
aumento de la producción se exportaría a países con los cuales la compañía
no tenía acuerdos de fijación de precios.
180. Las minas son explotadas por FOSBUCRAA, una compañía subsidiaria
actualmente registrada en El Aaiún, que pertenece en su totalidad al INI. El
capital invertido hasta la fecha para la primera fase del desarrollo
planificado, que prevé un nivel de producción de 3,7 millones de toneladas
anuales, ascendió a 24.476 millones de pesetas, suma suministrada en su
totalidad por el INI a un tipo fijo de interés anual del 6 por 100. En los
planes se prevé la amortización de esta inversión en un período de diez
años. Siempre que los precios mundiales de los fosfatos permanezcan en su
elevado nivel actual, los planes posteriores de desarrollo, en virtud de los
cuales la producción anual se incrementaría a 10 millones de toneladas,
podrían financiarse con las utilidades de la compañía.
181. Durante su primera serie de conversaciones en Madrid, se dijo a la
Misión que el Gobierno de España no se proponía tratar de retener el control
sobre los fosfatos los funcionarios españoles consideran que los términos
del contrato de la compañía con el Estado español son lo suficientemente
provechosos para el territorio para que cualquier nuevo Gobierno de un
Sahara independiente esté dispuesto a sucederlo. El ministro de Asuntos
Exteriores confirmó la declaración de los funcionarios de que el único
interés de España era recobrar el capital invertido. Declararon que España
no se proponía establecer ninguna condición a este respecto previa a la
obtención de la independencia, y que la cuestión tendría que ser objeto de
negociaciones con el futuro Gobierno del territorio después de la
independencia. Además, no existía ninguna razón por la que no pudiera
extenderse el plazo para el reembolso del capital. Posteriormente, cuando
la Misión volvió a Madrid después de visitar el territorio, se le dijo que
el Gobierno no insistiría en el reembolso.
182. Conforme al contrato actual, la compañía debe reembolsar el capital
invertido en un período de seis a diez años, junto con un interés del 6 por
100 sobre la cantidad adecuada, y, a su discreción, un dividendo sobre el
capital social que no puede exceder del 12 por 100. Las restantes
utilidades netas, después de las deducciones para reserva, vuelven al
territorio, ya sea en forma de impuestos o de otros beneficios. Se dijo a la
Misión que, aunque la compañía había estado en operaciones sólo unos cuantos
meses de 1974, y a un nivel muy reducido, su contribución al presupuesto del
territorio sería inferior solamente a la subvención del Gobierno de España,
y para 1975 sería considerablemente mayor. También se dijo a la Misión que
la Yema'a estaba representada en la Junta de Directores por dos
miembros natos.
183. la compañía emplea una fuerza de trabajo de 2.620 trabajadores, de los
cuales, según el director, actualmente alrededor del 45 por 100 son
saharianos. La política es emplear a tantos saharianos como sea posible.
Para tal fin, la compañía proporciona capacitación vocacional y de
especialización y alfabetización básica. Según datos proporcionados por la
compañía, están matriculados en cursos técnicos y vocacionales 1.164
saharianos, de los cuales 539 asisten a cursos proporcionados por la
compañía y 625 reciben capacitación vocacional proporcionada por el
Gobierno. Los cursos de alfabetización de adultos de la compañía tienen una
matrícula de 6-11 alumnos. No obstante, hasta ahora sólo el 19 por 100 de
los puestos de supervisión y técnicos son ocupados por saharianos y sólo dos
están en el segundo nivel en orden de importancia de ingeniero asistente,
pero se espera que la situación mejore cuando los estudiantes hayan
concluido su formación universitaria en España.
184. En sus conversaciones con un grupo de trabajadores en Bu Craa, la
Misión los halló en general satisfechos con las condiciones imperantes,
aunque existía descontento por el hecho de que el personal extranjero, que
recibía el mismo salario que los trabajadores saharianos, recibiera una
prima adicional como compensación por trabajar fuera de su país, así como
asignaciones familiares y viaje pago de vacaciones al país de origen.
También existía descontento por el número relativamente reducido de
saharianos en los puestos más altos, situación que la Misión espera sea
corregida rápidamente tan pronto como la población local pueda ser
capacitada. La Misión observó con agrado que, a pesar de la ausencia de
arreglos para negociaciones colectivas, las relaciones laborales parecían
ser buenas en general y no parecía existir ningún intento de limitar la
libertad de expresión de los trabajadores, que constituyen uno de los
grupos más activos políticamente en ,el territorio.
4. Programa especial de desarrollo
185. Aunque la economía del territorio es demasiado limitada para
justificar un plan de desarrollo completo, existe un programa de gastos de
capital para los años 1974 a 1978 que implica un gasto total de
aproximadamente 20.000 millones de pesetas. De esta suma, unos 8.300
millones de pesetas representan gastos del INI en instalaciones en FOSBUCRAA,
y casi todo el resto consiste en subsidios del Gobierno español. Del total,
alrededor de la mitad se destina al desarrollo de servicios sociales,
incluso vivienda, educación y sanidad (9.000 millones de pesetas), y el
resto, al desarrollo de la infraestructura económica, incluso carreteras y
comunicaciones, y al desarrollo industrial.
186. Las tres esferas en que las inversiones se refieren a proyectos
económicos específicos tienen que ver con la expansión de la industria
pesquera, los recursos hidráulicos y el turismo. Actualmente, por las
razones ya explicadas (véanse los párrafos 118, 170 y 171 supra), el
territorio posee una industria pesquera muy pequeña, que comprende unas 120
embarcaciones que operan frente a La Güera y Villa Cisneros, la mayor
parte; le cuyas capturas se venden para el consumo local. Una pequeña
fábrica en La Güera produce unas 9.000 toneladas anuales de harina de
pescado. El plan prevé el establecimiento de dos escuelas de adiestramiento
pesquero, en La Güera y Villa Cisneros; la ampliación de las instalaciones
portuarias en ambas ciudades y en El Aaiun y la construcción de una segunda
planta de elaboración en Villa Cisneros, con una capacidad de producción
anual de 22.000 a 27.000 toneladas de pescado y productos de pescado. El
programa de suministro de agua prevé principalmente un aumento del número
de pozos para abrevar ganado y el suministro para las crecientes
necesidades urbanas. Sin embargo, se están haciendo progresos en el
desarrollo de los cultivos de regadío a raíz del descubrimiento de amplios
acuíferos subterráneos cerca de la costa, donde se espera que se puedan
destinar a cultivos de regadío unas 4.000 hectáreas. La pequeña escala de
estos proyectos demuestra lo limitado de los recursos del territorio y su
dependencia de las ganancias que se puedan obtener de su fosfato.
5. El problema de la vivienda
187. Una de las cosas que llamaron la atención de la Misión durante su gira
por el territorio fue la aguda necesidad de aumentar la disponibilidad de
viviendas permanentes en la mayoría de los centros de población. El
secretario general del territorio explicó a la Misión que, hasta hace unos
siete años aproximadamente, el 70 por 100 de la población era nómada, vivía
en tiendas y se trasladaba constantemente en busca de agua y pastos para sus
rebaños. Sin embargo, la sequía que comenzó en 1968 diezmó su ganado y
obligó a la mayoría a abandonar su modo de vida nómada y a establecerse en
los centros de población y en sus cercanías a fin de buscar empleo. Tal como
pudo observar la Misión, esto llevó al crecimiento de los campamentos
adyacentes a los centros de población. Aunque las tiendas pueden ser
adecuadas para el desierto, en condiciones urbanas se deterioran
rápidamente, convirtiéndose en tugurios, y crean problemas de salubridad
pública.
188. Se dijo a la Misión que en 1971 se había iniciado un programa de
construcción de viviendas. Hasta fines del año pasado se habían construido
1.568 casas y se planeaba construir 10.000 dentro de los próximos cinco
años. Una parte de esta construcción es financiada por el Gobierno de
España, dentro del programa especial de desarrollo, y el resto se financiará
mediante subsidios presupuestarios. Las nuevas casas son asignadas por una
comisión de la Yema' a sobre la base de una distribución equitativa
entre los grupos familiares, dándose prioridad a las unidades familiares más
grandes. No obstante, la escasez de vivienda probablemente seguirá siendo
aguda durante algún tiempo, y en vista de la oferta limitada' de mano de
obra, la Misión se pregunta si se podría introducir un sistema de préstamos
y auto ayuda orientada.
6. Prácticas sociales
189. Durante las entrevistas celebradas con miembros del PUNS, el Frente
Polisario y otras personas, inclusive los dos estudiantes saharianos con los
que se entrevistó en Madrid (véase el párrafo 21 supra,
A/AC.109/L.1063), la Misión fue informada de que la esclavitud, que
había existido siempre en la sociedad sahariana, era aún practicada en el
Territorio. Los que hablaron con la Misión sobre esta cuestión consideraban
que, en general, eran solamente los jeques y jefes de tribus los que poseían
esclavos, pero dijeron que se habían dado algunos casos en los que estaban
involucrados' ciudadanos españoles. Se citaron casos concretos de
esclavitud y se entregó a la Misión una lista de jeques y otras personas,
incluso miembros de la Yema'a, que, según informaba, tenían
esclavos.
190. La mayoría de los informantes de la Misión dijeron que las autoridades
españolas siempre habían perseguido la práctica, pero no habían hecho nada
para erradicarla, aunque todos los españoles involucrados habían sido
expulsados rápidamente del territorio.
191. Se informó a la Misión de que se vendían y compraban esclavos, muchas
veces para que trabajaran como sirvientes domésticos, y que era muy común
que un amo arrendara los servicios de un esclavo por medio de un acuerdo
comercial, refrendado y registrado por las autoridades autóctonas locales.
Los descendientes de esclavos eran automáticamente esclavos del amo de los
padres.
192, La Misión se reunió con varias personas que afirmaron ser esclavos y
explicaron su situación a miembros de la Misión. La Misión también obtuvo
copias de documentos relativos a la compra, venta y manumisión de esclavos,
que pueden ser consultados en los archivos de la Secretaría.
193. La Misión estima que este problema debería ser puesto en conocimiento
de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
7. Educación
194. Según la potencia administradora, algo más del 16 por 100 de los
créditos presupuestarios territoriales para 1975 se dedica a la educación.
El sistema docente, que en su mayor parte depende del Estado, se basa en el
mismo principio que el sistema de España. Incluye un ciclo de educación
general básica para niños de seis a trece años de edad, que comprende cinco
años de educación primaria, seguidos de dos años de enseñanza media. La
enseñanza secundaria empieza a los catorce años y comprende tres cursos,
después de los cuales se obtiene el bachillerato, seguido en algunos casos
de un curso preparatorio para estudios superiores. Como no hay ninguna
universidad en el territorio, se envía a los estudiantes a España con becas
del Gobierno.
195. La educación general básica (cursos primarios y medios) se imparte en
escuelas gubernamentales situadas en todos los centros de población, y en el
caso de los hijos de los nómadas está a cargo de maestros que viven con el
grupo nómada. Aparte de los cursos académicos habituales, hay cursos de
árabe y de religión islámica. Al terminar su educación básica, los alumnos
que pasan el examen de aptitud pueden ingresar a las escuelas secundarias.
Para los que no lo pasan, hay centros de formación profesional.
196. En teoría, la asistencia escolar es obligatoria de los seis a los trece
años, pero en 1974, de una población total en edad escolar calculada en
8.415 muchachos y 8.044 muchachas, sólo un pequeño porcentaje de muchachos y
un porcentaje mucho menor de muchachas asistieron a la escuela
(hh).
La disparidad es aún mayor cuando se compara con el número de alumnos
europeos. En el cuadro siguiente se indica el número total de alumnos que
asistieron a las escuelas básicas y secundarias en 1974.
. SAHARA ESPAÑOL: MATRICULA ESCOLAR EN 1974
Muchachos Muchachas
Educación general básica:
Saharianos
5.150 909
Europeos
1.360
1.180
Educación secundaria:
Saharianos....................
108 3
Europeos...........................................................
333 209
197. La Misión, profundamente preocupada por el ínfimo número de muchachas
que asisten a la escuela y por el hecho de que sean muy pocos los saharianos
de ambos sexos que prosiguen sus estudios después del nivel básico, fue
informada por las autoridades españolas y por grupos de saharianos con los
que se reunió, de que los habitantes menos adelantados tenían aún en poca
estima la educación en general y la educación de las muchachas en
particular. De hecho, la Misión fue informada por dirigentes del Frente
Polisario y de otros grupos de que las cifras de los censos no reflejaban
de manera adecuada el número de niños que hay en el territorio, ya que
algunos padres, por ese motivo, habían decidido no informar a los agentes
censales de la existencia de sus hijos. Aún más lamentable es el ínfimo
número de saharianos que asisten a las escuelas secundarias. Aunque algunos
niños saharianos (124 muchachos y 70 muchachas) asisten a escuelas de
formación profesional, la proporción de niños que no prosiguen sus estudios
después del nivel básico es muy elevada. Indudablemente, esto explica el
pequeño número de saharianos que tienen calificaciones profesionales o que
ocupan posiciones de categoría superior en la administración pública. La
Misión observó también que, aparte de los maestros de estudios arábigos e
islámicos, que enseñan también otras asignaturas, casi ninguno de los
maestros (184 de enseñanza general básica y 60 de enseñanza secundaria) era
sahariano.
198. Cuando discutió estos asuntos con el secretario general del
territorio, la Misión fue informada de que una comisión de la Yema' a
había estudiado los problemas de la enseñanza y había preparado
propuestas para su examen por la Asamblea en su próximo período de sesiones.
En las propuestas se pide un aumento de los gastos por concepto de
educación al 20 por 100 del presupuesto, un aumento considerable del número
de escuelas y de la matrícula de muchachas y la creación de un instituto
politécnico avanzado. Se prevé construir 70 nuevas escuelas rurales en los
próximos meses.
199. Aparte de las escuelas primarias y secundarias a que se ha hecho
referencia, hay también un centro de estudios arábigos en el que están
matriculados 450 alumnos, así como los centros de formación profesional ya
mencionados.
200. La Misión fue informada de que actualmente había 75 saharianos
estudiando en España con bocas del Gobierno y de que 52 de ellos estaban
matriculados en universidades u otras instituciones de enseñanza superior,
la mayoría estudiando artes y humanidades. Además, los Gobiernos de Argelia
y Túnez ofrecen becas para el estudio del árabe y del derecho islámico. Las
autoridades españolas de Madrid señalaron que el número de becas
disponibles estaba limitado únicamente por el pequeño número de saharianos
que regresaba de las escuelas secundarias.
IV. LA SITUACION POLITICA EN EL TERRITORIO
A. Observaciones preliminares
20l. En la interpretación del mandato que le confirió el Comité especial,
la Misión visitadora consideró desde el comienzo que uno de sus principales
objetivos era tomar contacto con los sectores más diversos posibles de la
población con objeto de averiguar sus opiniones políticas y, en especial,
sus deseos y aspiraciones en cuanto al futuro del territorio. Por esta
razón, la Misión dedicó la mayor parte del tiempo a visitar la mayor
cantidad posible de localidades y, en cada uno de estos lugares, a reunirse
con los habitantes y a debatir con los grupos representativos. Contó para
ello tanto con el deseo abrumador de la población de entrar en contacto con
la Misión como con las seguridades que había recibido al comienzo de las;
autoridades españolas de Madrid, y que posteriormente reiteró el gobernador
general, de que ninguna persona sería detenida o molestada en modo alguno
por las autoridades por haber hecho alguna declaración a la Misión o por
haber organizado manifestaciones públicas o participado en ellas, siempre
que no cometieran actos de violencia ni alteraciones del orden público.
202. Gracias a la importante cooperación que recibió de las autoridades
españolas, la Misión pudo, pese a la brevedad de su permanencia en el
territorio, visitar prácticamente todos los centros principales de población
y determinar el parecer de la gran mayoría de sus habitantes. En todos los
lugares que visitó, la Misión fue recibida por manifestaciones
políticas muy numerosas y tuvo muchas reuniones privadas con representantes
de todos los sectores de la comunidad sahariana. En todos ellos resultó
evidente para la Misión que entre los saharianos del territorio había un
consenso abrumador un favor de la independencia y en contra de la
integración con cualquiera de los países vecinos. Las diferencias de opinión
que encontró la Misión guardaban relación no con el objetivo, sino con los
medios por los cuales debía conseguirse ese objetivo y con el apoyo que se
prestaba a los movimientos políticos rivales.
203. La Misión estima, a la luz de lo que observó en el territorio,
especialmente las manifestaciones masivas en favor de un movimiento, el
Frente POLlSARIO, que se describe más adelante, que su visita sirvió de
catalizador para hacer salir a luz fuerzas y presiones políticas que
anteriormente habían estado en gran medida sumergidas. Fue tanto más
significativo para la Misión que ello haya resultado una sorpresa para las
autoridades españolas, que hasta entonces sólo habían estado parcialmente
conscientes del profundo despertar político que había tenido lugar en la
población.
204. Cabe observar que la visita de la Misión al territorio se cumplió en
una atmósfera de considerable tirantez, que había aumentado antes de su
llegada a causa de varios incidentes fronterizos, así como de una serie de
bombardeos en El Aaiún y la detención y encarcelamiento de personas acusadas
o sospechosas de estar implicadas en esos bombardeos. Otro factor fue la
amplia publicidad que se dio a la visita de la Misión en la prensa
internacional.
205. En las secciones siguientes, la Misión ha expuesto la situación que
encontró durante su visita al territorio. Desde luego, estas conclusiones
deben leerse conjuntamente con los contactos que tuvo más adelante con
saharianos y otras personas en sus visitas ulteriores a los países vecinos.
B. Grupos políticos y movimientos de liberación
206. Antes de visitar el territorio, la Misión, durante las conversaciones
de Madrid, hizo algunas preguntas a las autoridades españolas respecto de la
situación política y los diversos grupos políticos y movimientos de
liberación que podría encontrar en el territorio. Las autoridades españolas
explicaron que el desarrollo de la vida política en el territorio había
sido obstaculizado en parte por lo fragmentado de la sociedad sahariana y
su forma nómada de vida y en parte por la influencia conservadora de su
estructura jerárquica tradicional. En opinión de esas autoridades, el
despertar político del grueso de la población era un fenómeno relativamente
reciente y había sido resultado de diversos factores, tanto externos como
internos; entre estos últimos se contaban la sedentarización gradual de la
población como consecuencia de la sequía, la aspiración de la generación
más joven al cambio social y una conciencia cada vez mayor de la riqueza que
el territorio obtendrá de sus recursos de fosfatos. Lo que era claro que no
se sabía en ese momento era el grado de ese despertar, que resultó, desde
luego, una sorpresa no sólo para las autoridades españolas, sino también
para muchos saharianos. La Misión desea subrayar este factor, porque su
visita al territorio brindó una oportunidad para que ocurrieran cambios en
la situación política, que en la actualidad sigue estando en una etapa muy
fluida y formativa.
207. En las secciones siguientes se describen los diversos grupos políticos
y movimientos de liberación que existen, o que se dice que existen, en el
territorio. La Misión desea señalar que la mayoría de ellos han sido
constituidos recientemente y que su dirección, orientación y seguidores
están aún sujetos a cambios.
1. Pal1tido de la Unión Nacional Saharaui (PUNS)
208. Este partido, que se formó en 1974 y se registró el 16 de
febrero de 1975, es el único movimiento político reconocido legalmente como
tal en el territorio; sostiene tener 15.000 afiliados
(ii). En el
programa del partido, aprobado en su primer congreso, celebrado en 1974, se
enumeran los 14 puntos siguientes:
a) Alcanzar la independencia sahariana mediante un proceso de
libre determinación acelerada.
b) Rechazar toda pretensión extranjera.
c) Conservar y reforzar las tradiciones religiosas y sociales,
adaptándolas a 1as instituciones de un Estado moderno.
d) Dotar al país de una economía moderna, explotando y
desarrollando la riqueza natural para elevar el nivel de vida de todos los
ciudadanos.
e) Promover la educación en todos los niveles, haciéndola
obligatoria y gratuita.
f) Reorganizar el sistema de justicia islámica, adaptándolo a
los tiempos actuales.
g) Considerar al Islam como religión oficial y al árabe como
idioma nacional.
h) Garantizar el pleno empleo a todos los ciudadanos.
i) Realzar la personalidad de la mujer sahariana, tanto en la familia
como en la sociedad, de manera que pueda participar activamente en la vida
política, cultural y económica del país.
j) Mantener relaciones de amistad y cooperación con todos los países,
especialmente con los países islámicos, y en especial con los de la misma
zona geográfica del Sahara.
k)} Mantener la amistad y la cooperación recíproca con España
en todas las esferas.
l) Dar a la juventud sahariana la oportunidad de desempeñar un papel
fundamental en la construcción de un Sahara moderno en sus aspectos
culturales, sociales y políticos.
m) Crear y administrar cooperativas agrícolas, donde sea
apropiado, en el país.
n) Seguir una política de seguridad social y asistencia en
cuanto a la salud para todos los ciudadanos.
209. El objetivo del PUNS, conforme a lo que sus representantes en el
territorio explicaron a la Misión, es el logro de la independencia plena.
Al igual que el Frente POLISARIO (véanse los párrafos 215 a 220 infra),
se opone a la integración con cualquiera de los países vecinos y a la
continuación de la dominación española, aunque es partidario de retener
vínculos de amistad con España después de la independencia. Se dijo a la
Misión que el partido se oponía a cambios sociales radicales. Aboga por una
forma constitucional de Gobierno basada en la separación de los poderes
legislativo, ejecutivo y judicial, y se esfuerza por establecer relaciones
pacíficas y de coexistencia con otros movimientos políticos.
210. La mayoría de los miembros de la Comisión Permanente de la
Yema'a se identificaron como miembros del partido y fue evidente para la
Misión que el PUNS obtenía gran parte de su apoyo del elemento tradicional
de la sociedad sahariana, incluso de la mayoría de los jeques y notables,
así como de la generación de mayor edad. Sin embargo, sus opositores, en
particular los miembros del Frente POLISARIO, sostienen que es una creación
de las autoridades españolas y lo acusan de recibir apoyo financiero de
ellas y de que ha podido aumentar sus miembros porque se da trato
preferencial a quienes están afiliados al partido al solicitar empleo. El
señor Duih Sidna Naucha, subsecretario general del PUNS, y otros
representantes del partido con quienes se reunió la Misión en el Territorio
niegan esas acusaciones, aunque reconocen que cuando se formó el partido,
sus organizadores, que eran estudiantes becados en Madrid, recibieron
cierta ayuda del Gobierno español en forma de subsidios de viaje que les
permitieron visitar otros países árabes y de Europa, y establecer contactos
en ellos.
211. Como se explicará seguidamente, aunque la Misión se reunió en privado
en la región septentrional con varios grupos que representaban al PUNS, no
presenció ninguna manifestación pública independiente en apoyo de ese
partido. Esto contrastó notablemente con el Frente POLlSARlO (véanse los
párrafos 215 a 220 infra), cuyos partidarios aparecieron en masa
desde el principio, portando las banderas y emblemas de su movimiento. Sólo
cuando la Misión visitó la región meridional, el PUNS, siguiendo el ejemplo
de sus adversarios, organizó manifestaciones masivas para recibir a la
Misión en cada lugar que visitaba. Se pudo observar que cuando ambos
partidos realizaban manifestaciones, los adherentes del PUNS se ubicaban
siempre cerca de la residencia o del lugar de reunión de la Misión, donde se
les pudiera ver más fácilmente.
212. Los dirigentes del PUNS dijeron a la Misión que el partido no había
organizado ninguna manifestación independiente en el norte porque creía que
se había llegado a un acuerdo en virtud del cual, a fin de evitar
conflictos, los dos movimientos se abstendrían de exhibir sus banderas en
manifestaciones independientes y, en vez de ello, realizarían
manifestaciones conjuntas en favor de la independencia, ya que ése era su
objetivo común. Sin embargo, los dirigentes del Frente POLISARIO negaron la
existencia de tal acuerdo (véase también el párrafo 232 infra).
213. El hecho de que el PUNS no exhibiera su fuerza en la región
septentrional fue, evidentemente, un error táctico que el señor Khali Hena
Al Rachid, secretario general del PUNS, dio como explicación por no haberse
reunido con la Misión durante su permanencia en El Aaiún. En una recepción
ofrecida por el gobernador general, dijo a la Misión que, a fin de corregir
ese error, se dirigiría a la región meridional para organizar las
manifestaciones del PUNS y que se reuniría con la Misión cuando llegase a
Villa Cisneros. Sin embargo, no acudió ni a ésta ni a otras citas
posteriores y su paradero se convirtió en un misterio hasta que la radio de
Marruecos anunció que había llegado a Marruecos acompañado de otros dos
saharianos y había proclamado allí su lealtad al trono marroquí.
Finalmente, la Misión se entrevistó con él durante su visita a Marruecos
(véanse los párrafos 238 a 243 infra).
214. Después de la partida del señor Khali Hena Al Rachid, que otros
miembros del PUNS calificaron de traición, el partido se reorganizó baja la
dirección del señor Duih Sidna Naucha y de un comité ejecutivo integrado por
seis miembros, presidido por el señor Mohamed Lamin, quien fue oficialmente
elegido para el cargo en el segundo congreso nacional, celebrado en El Aaiún
del 16 al 18 de agosto de 1975. El Partido ha iniciado un programa de mayor
actividad política que le ha puesto en conflicto con el Frente POLISAIRO,
lo que, según se dijo, dio lugar a desórdenes en El Aaiún a principios de
julio, entre sus respectivos partidarios (véase el párrafo 257 infra).
No obstante, el PUNS se adhiere al principio de la libertad de actividad
política y se ha informado de que trata de establecer relaciones pacíficas
y de coexistencia con sus opositores.
2. Frente Popular para la Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro
(Frente POLISARIO)
215. Formado también en 1973, el Frente POLISARIO se describe a sí mismo,
como un movimiento de liberación y como único representante auténtico del
pueblo sahariano que lucha por la independencia. El movimiento, cuya
dirección tiene su sede en Argelia (véanse los párrafos 361 a 373 ínfra,
A/AC. 109/L 1063/Add. 3), realizó su primer congreso el 10 de mayo de
1973, dos meses después de que la Yema'a aprobó su declaración
dirigida al Jefe del Estado español en que pedía que el territorio obtuviera
la autonomía interna como medida preparatoria para la libre determinación
(véase el párrafo 82 supra), propuesta que el Frente describe como
un intento de España por crear un régimen títere.
216. Los objetivos del Frente POLISARIO, expresados en sus manifiestos y en
declaraciones a la Misión, son la independencia inmediata del territorio y
la creación de un régimen republicano de características socialistas, con la
participación efectiva de las masas. Se opone a la continuación de la
presencia de España en el territorio en cualquier forma, así como a las
pretensiones territoriales de Marruecos y Mauritania. Se opone igualmente a
lo que llama el elemento feudal de la sociedad sahariana, a la Yema'a.
y al PUNS, que describe como instrumentos del colonialismo. Denuncia la
represión que, según dice, han practicado las autoridades coloniales y que,
según sostiene, ha dado por resultado el éxodo de refugiados del territorio
y el encarcelamiento de sus afiliados debido a sus actividades.
217. El programa a largo plazo del Frente POLISARIO, aprobado en su segundo
congreso, celebrado en 1974, incluye la nacionalización de todos los
recursos naturales y la distribución de sus beneficios en interés de todos
los sectores de la población, la reconstrucción y el desarrollo de la
economía y el mejoramiento de las condiciones sociales de los habitantes,
especialmente de la mujer, cuya situación sus representantes califican de
deplorable, así como la preservación de las instituciones religiosas
islámicas.
218. Según sus dirigentes, con quienes la Misión se reunió en Argelia, el
Frente POLlSARIO tiene una rama política y una rama dedicada él la
liberación armada. Los miembros del partido están organizados en secciones,
inclusive secciones de mujeres y secciones de trabajadores y de
estudiantes. Todos los años se organiza un congreso anual que fija las
directrices políticas y elige a los miembros de su Comité Ejecutivo
(encabezado por un secretario genera) y de su Dirección Política, Los
dirigentes sostienen que el Frente POLISARIO está bien organizado en la
región septentrional del territorio, pero menos en el sur. Dijeron además
que el partido, que tenía simpatizantes dentro de la Policía Territorial y
las Tropas Nómadas, había estado librando una lucha armada contra la
ocupación española desde mayo de 1973. Entre las principales operaciones del
partido se contaban la destrucción, en octubre de 1974, de una de las
centrales de energía de la cinta transportadora que une a la mina de
fosfatos de Bu Craa con la costa, lo que había interrumpido el transporte de
fosfatos durante algún tiempo. Durante la permanencia de la Misión en el
territorio, el Frente POLISARIO fue responsable del amotinamiento de dos
patrullas de las Tropas Nómadas y de la captura de sus oficiales y
suboficiales españoles. Más adelante, en el párrafo 261 se dan detalles de
estos incidentes por separado.
219. El Frente POLISARIO no dio a la Misión datos sobre el número de sus
miembros inscritos, a diferencia de sus simpatizantes. Según las
autoridades españolas, su principal fuerza se encuentra entre la generación
más joven, aunque la Misión comprobó que cierto número de personas de más
edad, incluidos jeques y notables, admitían ser simpatizantes del partido.
Por lo que se dijo a la Misión en sus entrevistas preliminares con
representantes del Gobierno español en Madrid, y por sus conversaciones con
los dirigentes del PUNS, parece que se ha subestimado la importancia
numérica del Frente POLISARIO. De hecho, la Misión comprobó que tenía un
apoyo considerable en todos los sectores de la población, especialmente
entre las mujeres quienes, junto con los jóvenes y los trabajadores, se
cuentan entre sus más activos partidarios.
220. Como se explica en otra parte del presente informe, las
manifestaciones públicas de masas en apoyo del Frente POLISARIO, que la
Misión presenció en todo el territorio, especialmente en la región
septentrional, incluido El Aaiún, constituyeron una sorpresa para las
autoridades españolas y para muchos saharianos, y han alterado
considerablemente la situación política en el territorio.
3. Movimientos partidarios de la .integración con Marruecos
221. Durante su visita al territorio, la Misión no se encontró con ningún
grupo que apoyara las pretensiones territoriales de los países vecinos y, en
consecuencia, la Misión no tuvo manera de estimar la magnitud del apoyo con
que contaban, que pareció haber sido eclipsado por las manifestaciones en
masa en favor de la independencia. La existencia de simpatizantes dentro del
territorio quedó demostrada por el hecho de que se entregaran en forma
subrepticia varios testimonios en apoyo de la integración con Marruecos a
los miembros de la Misión. Cuando la Misión llegó a El Aaiún, una persona,
dentro de la gran multitud de manifestantes que se había reunido para
saludarla, levantó la bandera marroquí, pero ésta le fue arrebatada
inmediatamente por otros manifestantes partidarios del Frente POLISARIO.
Asimismo, en La Güera, se acercó a la Misión una persona que, tras
identificarse como simpatizante marroquí, estimó que la multitud ponía en
peligro su seguridad y pidió la protección de la Misión. A solicitud suya,
esta persona fue escoltada hasta cruzar la frontera cercana con Mauritania.
Después, sin embargo, cuando la Misión visitó Marruecos (donde la opinión de
los refugiados saharianos parecía ser unánime en favor de la unidad con ese
país), la Misión se reunió con los dos movimientos de liberación que se
indican a continuación, que afirman que gozan de apoyo entre los
saharianos, tanto en Marruecos como dentro del territorio. Sin embargo, la
Misión no se reunió con un tercer movimiento, el Movimiento 21 de Agosto,
que las autoridades españolas de Madrid estiman ha sido formado
recientemente en Marruecos, pero que, a su juicio, tiene muy pocos miembros.
Front de Libération et de l'Unité (FLU)
222. Este movimiento, que goza de apoyo entre los refugiados y exiliados
políticos en Marruecos, declaró en un manifiesto presentado a. la Misión
durante su visita a Tantán, en el Marruecos meridional (véanse los
párrafos 329 a 331 infra, A/AC. 109/L. 1063/ Add. 3), que su objetivo
era restablecer la unidad nacional de Marruecos desde Ceuta y Melilla hasta
La Güera. Exigía que se pusiera término al dominio colonial de España, se
oponía a la creación de un Estado títere y denunciaba la explotación
extranjera, así como lo que llama «la confabulación hispanoargelina».
223. El FLU está dedicado principalmente a la lucha armada y afirma haber
sido responsable de una serie de explosiones en El Aaiún, algunas de las
cuales precedieron la visita de la Misión, así como de ataques armados
contra puestos militares españoles cerca de la frontera marroquí ocurridos
después de la partida de la Misión. Mientras se encontraba en Tantán la
Misión se reunió con una unidad armada y uniformada del FLU, reunión de la
cual se informa con mayor detalle en los párrafos 329 a 33l infra. El
jefe de esa unidad se describió a sí mismo como comandante del sector de El
Aaiún.
224. Según ese portavoz, el movimiento existe en todas las regiones del
territorio; éste se divide en sectores y cada uno de ellos tiene un
comandante. El portavoz dijo que el FLU estaba compuesto exclusivamente de
saharianos, muchos de ellos desertores de la Policía Territorial, de la
cual obtenían su equipo.
225. Sin embargo, tanto las autoridades españolas como el Frente POLISARIO,
consideran que el FLU es una creación del Gobierno de Marruecos, aunque esté
compuesto por saharianos. Las autoridades españolas estiman que el FLU tiene
unos 1.500 combatientes armados que, según sostienen, son saharianos que
prestan servicios en el ejército de Marruecos.
Mouvement de résistance pour la libération des territoires sous
domination espagnole (MOREHOB)
220. Este movimiento, conocido anteriormente como el Mouvement de
résistance des Hommes bleus, fue formado en Marruecos en 1971 por el
señor Edouard Moha, su presidente, con el propósito de unir al territorio
con Marruecos. Más adelante, no obstante, sus relaciones con el Gobierno de
Marruecos se deterioraron porque, según su presidente, el MOREHOB
consideraba que el Gobierno no prestaba apoyo suficiente a su causa.
Ulteriormente su sede fue trasladada primero a Argelia y luego a Europa. El
Partido regresó a Marruecos a comienzos de 1975.
227. Según el señor Moha, con quien la Misión se reunió durante su visita a
Marruecos (véanse los párrafos 327 y 328 infra, A/AC. 109/L. 10631
Add.3), el MOREHOB está dirigido por un consejo político y tiene un comité
central compuesto de tres personas. Tiene dos secciones, una de acción
política y otra de lucha armada.
228. Las autoridades españolas y los movimientos políticos encontrados
dentro del territorio consideran que el MOREHOB no tiene muchos miembros y
señalan que no hay pruebas de que haya realizado actividades armadas dentro
del Territorio. De hecho, la Misión no se encontró con otros miembros o
partidarios del MOREHOB en el territorio o fuera de él.
C. Deseos y aspiraciones de la población
229. La Misión sabía desde un comienzo que sería difícil obtener una
evaluación absolutamente exacta de la opinión sahariana, en vista del
carácter nómada de la población y su dispersión por los países vecinos.
Además, no hay acuerdo en cuanto al número de refugiados y exiliados
políticos. La tarea de la Misión resultó aún más complicada por la explosión
de una serie de bombas inmediatamente antes de su visita, lo que hizo
indispensable la adopción de medidas de seguridad. A pesar de estas
dificultades, tras su visita al territorio la Misión pudo llegar a la
conclusión de que la mayoría de la población del Sahara Español estaba
claramente a favor de la independencia.
230 Esta impresión de la Misión se basó en las manifestaciones públicas que
presenció y en el gran número de entrevistas que celebró con grupos y
personas que representaban diferentes matices de opinión. Todas las
entrevistas se celebraron en privado sin la presencia de representante
alguno de las autoridades españolas. También hubo conversaciones al azar con
integrantes de la población en general. Con ello, la Misión logró obtener
una muestra representativa de la opinión del territorio.
1. Manifestaciones públicas
231. Resultó evidente que la atmósfera emocional sumamente cargada
favorecía a los grupos de manifestantes más activos, mejor organizados y
capaces de movilizar el apoyo de las masas. El hecho de que no ocurrieran
choques graves entre los partidarios del Frente POLISARIO y el PUNS se debió
en gran medida a los esfuerzos de persuasión de las autoridades, y también a
la disciplina ejercida por los organizadores de las manifestaciones.
232. En la parte septentrional del territorio ello obró claramente en
beneficio del Frente POLlSARIO. Fuera porque sus partidarios eran
numerosos en el norte o porque, como sostienen los dirigentes del PUNS,
habían llegado a un acuerdo con el Frente POLISARIO en virtud del cual los
partidarios de ambos movimientos se abstendrían de exhibir banderas y
emblemas de los partidos con el fin de evitar el enfrentamiento (véase el
párrafo 212 supra), lo cierto es que durante las visitas de la Misión
a El Aaiún y otros lugares del nade, no presenció manifestaciones públicas
del PUNS. El portavoz del Frente POLISARIO reconoció que el PUNS había
hecho una propuesta de ese tipo, pero sostuvo que no había sido aceptada
por sus dirigentes; éstos admitieron abiertamente que sus partidarios
habían destruido banderas y emblemas del PUNS.
233. Por todas estas razones, la Misión tiene conciencia de que las
manifestaciones públicas no se pueden considerar como indicio exclusivo de
apoyo popular respecto de ningún movimiento político, especialmente en un
territorio en que toda organización política es nueva y se encuentra en una
etapa de formación y donde In mayoría de cuya población tiene relativamente
poca experiencia. No obstante, como las manifestaciones entrañaron la
participación de un gran número de personas, su importancia era clara.
234 Durante toda su visita al territorio, la Misión presenció
manifestaciones políticas muy numerosas que, en muchos centros urbanos,
ninguno de ellos grande, parecían abarcar a la mayoría de los residentes
saharianos. Así, por ejemplo, en El Aaiún, con una población de sólo 28.499
personas, la Misión fue recibida a su llegada por una multitud calculada en
varios miles de personas dispuestas a ambos lados del trayecto desde el
aeropuerto, una distancia de varios kilómetros. Asimismo, en el norte,
cuando visitó Semara, que cuenta con poco más de 7.000 habitantes, fue
recibida por una manifestación que parecía comprender a la mayoría de los
habitantes. Manifestaciones semejantes, aunque en menor escala, se
presenciaron en Daora, Mahbes y Guelta Zernmur, en tanto que en la mina de
fosfatos de la FOSBUCRAA parecía que toda la fuerza de trabajo sahariana, de
unos 2.500 empleados, hubiera salido a saludar a la Misión. En todas esas
manifestaciones en la parte septentrional del territorio, una mayoría
abrumadora de los manifestantes portaba banderas y emblemas del Frente
POLISARIO o había incorporado sus colores a su vestimenta. En todas partes,
la Misión vio carteles en que se exigía la independencia total del
territorio respecto de España y se rechazaba la integración con
cualquiera de los países vecinos. Los lemas característicos de esos
carteles, que se repitieron también verbalmente a la Misión, eran: “Exigimos
la independencia absoluta”, “No al colonialismo español, no a Marruecos y no
a Mauritania”, y “Sahara para los saharianos”. Muchos de los carteles del
Frente POLISARIO exigían también la libertad de los presos
políticos.
235. El 13 de mayo, en El Aaiún, la Misión asistió a la mayor de las
manifestaciones organizada por el Frente POLISARIO, y en la cual, según la
prensa, participaron 15.000 personas. Aunque ruidosa, la manifestación se
realizó con orden y los miembros de la Misión pudieron caminar
entre los manifestantes y escuchar sus opiniones.
236. Al llegar a Villa Cisneros, la Misión fue saludada de nuevo por miles;
de manifestantes situados a lo largo do su ruta desde el aeropuerto y en
toda la ciudad. Sin embargo, en esta ocasión hubo dos grupos grandes y
completamente independientes de manifestantes, uno que portaba banderas y
emblemas con los colores rojo, verde, blanco y negro del Frente
POLISARIO y otros que llevaba banderas y emblemas con los colores amarillo
y azul del PUNS. Sin embargo, sus carteles y lemas eran análogos, pues en
ambos casos se exigía la independencia completa del territorio y se
expresaba oposición a la integración con los países vecinos.
237. Posteriormente, en sus visitas a los centros meridionales -Ausert, El
Argub, Tichla y La Güera-, la Misión presenció manifestaciones análogas; en
todas las ocasiones, los partidarios del Frente POLlSARIO y del PUNS
formaban grupos separados, cada uno con sus banderas y emblemas bien a la
vista. Aunque ambos grupos contaban con un gran número de partidarios, era
evidente el predominio del Frente POLISARIO. Es difícil evaluar en
qué medida esas circunstancias refleja exactamente el equilibrio de opinión
en el territorio o refleja en parte la mejor preparación y la dirección más
dinámica del Frente POLlSARIO y sus jóvenes adherentes. Es seguro que la
campaña de éstos, realizada por grupos móviles integrados en su mayor parte
por estudiantes que precedían a la Misión, logró obtener un apoyo masivo de
la población muy superior al que preveían las autoridades españolas o el
PUNS.
2. Entrevistas con grupos representativos
238. Durante su visita de siete días al territorio, los miembros de la
.Misión mantuvieron entrevistas oficiales con no menos de 60 grupos de entre
10 y 30 personas cada uno, además de muchas entrevistas más con
particulares. El número de solicitudes para reunirse con la Misión fue tan
grande que en varias ocasiones los miembros se vieron obligados a realizar,
por separado, entrevistas en que participaba sólo uno de ellos. De esta
manera, y habida cuenta de que a ello dedicó la mayor parte de su tiempo, la
Misión considera que pudo entrevistarse con una amplia muestra
representativa de la población y recibir sus puntos de vista libremente
expresados en todas las ciudades y centros que visitó. Todas estas
entrevistas se realizaron en privado, sin que estuviera presente ningún
representante de las autoridades españolas; las medidas de seguridad
adoptadas para proteger, a la Misión permitieron que todos los que querían
ponerse en contacto con ella pudieran hacerlo. Por supuesto, además de
dichas entrevistas se realizaron reuniones con les miembros de la Comisión
Permanente de la Yema'a y se mantuvieron contactos con concejales de
El Aaiún y Villa Cisneros.
239. Entre los grupos entrevistados figuraron delegaciones del Frente
POLISARIO y el PUNS, consejos locales, jeques y notables, así como grupos
de mujeres, estudiantes y trabajadores y grupos de la población local
especialmente elegidos. En casi todos los casos, las expresiones
concordaron con la posición de uno u otro de los dos movimientos políticos
anteriormente mencionados, ya que los entrevistados pidieron unánimemente la
independencia total del territorio y manifestaron su oposición no sólo a la
continuación de la dominación colonial española, sino también a toda
reivindicación territorial de los países vecinos. Se insistió repetidamente
en ambos puntos ante la Misión. Las principales diferencias entre los
partidarios de los dos partidos se referían a su actitud con respecto a
España y a la forma de conseguir la independencia. Los que adoptaban la
posición del PUNS, así como muchos jeques y personas mayores que no
pertenecían a ninguno de los dos partidos, eran partidarios de la libre
determinación mediante un referéndum organizado por España y además
insistían en su deseo de que el Sahara independiente mantuviera relaciones
de amistad con España y con todos los países no alineados.
240. Los miembros o simpatizantes del Frente POLISARIO, entre los que se
contaban algunos jeques y notables, así como mujeres y estudiantes, y que
constituyeron aproximadamente las dos terceras partes de las personas
entrevistadas por la Misión, se oponían firmemente a la continuación de la
presencia de España en el territorio y a la realización de un referéndum por
ese país. Insistían en la evacuación inmediata de las tropas españolas y
acusaron al PUNS de ser un instrumento de España, que sospechaban había sido
creado con vistas a perpetuar la presencia española en el territorio.
241. Los grupos de mujeres que apoyaban al Frente POLISARIO también se
quejaron de las condiciones sociales, diciendo que la enseñanza era
inadecuada, que faltaba personal médico sahariano capacitado y que en los
servicios hospitalarios y en los sueldos se discriminaba entre los
saharianos y los europeos
(jj).
242 Muchos de los entrevistados dijeron que tenían parientes entre los
saharianos que vivían en los países vecinos, pero diferían en su estimación
de su número y del porcentaje de refugiados y exi1iaclos políticos entre
ellos. A ese respecto, se expresaron opiniones muy divergentes, con cifras
que iban de menos de 9.000 a 50.000
(kk), pero los representantes de
ambos movimientos políticos dijeron que cuando la Misión visitara esos
países sin duda encontraría personas que afirmarían fraudulentamente ser del
territorio.
243. Los movimientos políticos tenían opiniones contrarias sobre los medios
por los que la población debía ejercer su derecho a la libre determinación.
Por una parte, los representantes del PUNS dijeron que ese derecho se debía
ejercer mediante un referéndum con sufragio secreto. No eran partidarios de
que se plantearan varias opciones, pues consideraban que sólo se debía
preguntar a los electores si deseaban o no la independencia. Si la mayoría
rechazaba la independencia, se debía celebrar un segundo referéndum, en el
que debiera elegir entre las opciones restantes.
244. Los dirigentes del Frente POLISARIO consideraban que el referéndum no
era necesario. Sostenían la posición de que su movimiento representaba a la
población. Sin embargo, dijeron que aceptarían que se celebrara un
referéndum si las Naciones Unidas insistían en ello, con las siguientes
condiciones:
a) Retiro previo de la administración española y sustitución de ella
por una administración «nacional» provisional;
b) Retiro previo de todas las tropas españolas del territorio, de
cuya defensa y seguridad se encargaría el ejército de liberación del Frente
POLISARIO con garantías de las Naciones Unidas y la Liga de los Estados
Árabes (LEA);
c) Retorno de los exiliados y refugiados políticos.
245. Ambos movimientos estuvieron de acuerdo en que sólo se debía permitir
que votaran las personas que fueran nativas del territorio y que tuvieran la
intención de regresar y vivir en él permanentemente, independiente del
resultado de la votación. Los representantes del Frente POLISARIO dijeron
que su partido insistiría en formar parte de todo órgano que se creara para
investigar y determinar la autenticidad de dichas personas. Ambas partes
convinieron en que se debían aplicar los criterios siguientes: primero, su
pertenencia a un grupo familiar (subfracción de una tribu) del territorio,
lo que podrían atestiguar los jeques y notables del grupo familiar, y
segundo, su intención de regresar y vivir permanentemente en el territorio,
independientemente del resultado de la votación.
246. En relación con las preguntas que se deberían hacer a los electores,
los dirigentes del Frente POLISARIO consideraban que sólo debería ser una, a
saber: «¿desea o no continuar bajo la dominación española?". No debía haber
más que una pregunta, pues decían que de lo contrario se dividiría a los
electores y podrían prevalecer los deseos de una minoría.
3. Entrevista en Madrid con saharianos
247. Durante su primera estadía en Madrid y antes de visitar el Sahara
español, la Misión recibió a dos saharianos procedentes del territorio, que
estaban estudiando con becas financiadas por el Gobierno español.
248. Los dos estudiantes afirmaron que todos los movimientos políticos del
territorio eran hasta cierto punto creaciones de España o de los países
vecinos al Sahara español. Manifestaron que, como saharianos, ellos optarían
por la independencia si creyeran que el territorio pudiera constituir un
Estado viable. Sin embargo, estaban convencidos de que el territorio tenía
pocas posibilidades de sobrevivir como Estado independiente, por diversas
razones, entre ellas que la población había carecido siempre de sentido de
construir una nación separada. Estimaban que la única solución viable
consistiría en que el territorio se integrara con algún Estado vecino y
eran partidarios de la integración con Marruecos, que desde hacía largo
tiempo mantenía contactos con la población del norte del territorio.
D. Libertad para las actividades políticas
249. En sus entrevistas con grupos que representaban o apoyaban al Frente
POLISARIO, la Misión oyó repetidas veces denuncias de que las autoridades
habían cometido actos de represión contra sus militantes y que se había
arrestado, maltratado y encarcelado a algunas personas por haber participado
en manifestaciones y otras actividades políticas. Varios de los grupos
proporcionaron a la Misión los nombres de las personas que, según dijeron,
estaban detenidas en calidad de presos políticos. Se hicieron repetidas
referencias a un señor Mohamed Basiri, quien, dijeron, había sido detenido
en 1970, después de lo cual nada se sabía sobre su suerte (véanse los párras.
254 y 343 infra, documento A/AC.109/L .1063/Add.3). Después de
interrogar detalladamente a estos grupos, entre los que había mujeres que
decían ser esposas o hijas de los presos, la Misión obtuvo una lista de 21
nombres, entre los que figuraban ocho miembros del ejército de liberación
del Frente POLISARIO, capturados en encuentros armados con fuerzas
españolas.
250. Además de estas denuncias de malos tratos y encarcelamientos
anteriores, algunos miembros del Frente POLISARIO expresaron repetidamente
su temor de ser objeto de represalias después de la partida de la Misión; de
hecho, los representantes del partido, especialmente los estudiantes,
aparecieron con frecuencia ante la Misión con sus rostros cubiertos,
explicando que lo hacían para evitar ser identificados. Estos temores no
impidieron, sin embargo, que 103 partidarios del Frente POLISARIO realizaran
manifestaciones en masa ante la. Misión.
251. Como se indica más arriba, la Misión, antes de llegar al territorio,
había recabado y obtenido seguridades formales de las autoridades españolas
de que nadie sería molestado ni castigado por haber expresado cualesquiera
opiniones a la Misión o por haber participado en manifestaciones pacíficas
durante su visita. El gobernador general y los más altos representantes del
Gobierno español repitieron estas seguridades en varias ocasiones. De hecho,
la Misión no fue testigo de ninguna detención ni vio pruebas de intimidación
por parte de las autoridades durante su permanencia en el territorio.
252. La Misión trató las denuncias concernientes a los presos políticos en
sus reuniones con el gobernador general y con el secretario general del
territorio y con representantes del Gobierno español en Madrid. Se le dijo
que no había presos políticos como tales, ya que en el territorio no era
delito propugnar la independencia de España, poro que había varias personas
que cumplían penas de prisión por delitos de violencia vinculados con la
política, entre los que figuraban actos de sabotaje y la colocación o la
tentativa de colocación de bombas. Se había ordenado la prisión preventiva
de algunos durante la visita de la Misión, por habérselos descubierto en
posesión de explosivos. Estas medidas habían sido tomadas para proteger a la
Misión. El gobernador general informó a la Misión de que se concedería
amnistía a todos aquellos cuyos delitos no fueran de carácter
extremadamente grave.
253. Por propia iniciativa, las autoridades españolas presentaron una lista
con los nombres de las personas que estaban cumpliendo penas de
prisión, de las cuales sólo dos aparecían en la lista que había
proporcionado el Frente POLISARIO, en tanto que los demás nombres eran
desconocidos para las autoridades del territorio. No obstante, la Misión
sabía que varios representantes del Frente POLISARIO habían declarado que
algunos de sus combatientes armados capturados en relación con el ataque
contra el sistema de transportadores de fosfato habían sido enviados a las
islas Canarias para cumplir sus sentencias
254. En lo que respecta al señor Mohamed Basiri, cuya suerte tenía especial
interés para la Misión, dado el gran número de denuncias recibidas de los
partidarios del Frente POLISARIO, quienes lo consideraban como héroe del
movimiento de liberación, las autoridades españolas dijeron que había sido
detenido durante los desórdenes ocurridos en El Aaiún en 1970 y que
inmediatamente después había sido deportado a Marruecos, de donde había
venido. Dijeron que no habían tenido noticias del señor Basiri desde
entonces. Sin embargo, se preguntaban si podía ser la misma persona
que un tal señor Mohamed Boshir, quien, según la información que poseían,
había sido acusado más tarde en un intento de derrocar al Gobierno de
Marruecos y condenado en ese país por traición. Más tarde, durante su visita
a Tantán, en Marruecos, la Misión se reunió con miembros de la familia del
señor Basiri, incluso con tres de sus hermanos. La familia no había tenido
noticias de él desde 1970 y pidió que las Naciones Unidas, por conducto de
la Misión, investigaran su desaparición.
255. Durante su permanencia en El Aaiún, la Misión visitó la cárcel, donde
sostuvo entrevistas privadas con varios saharianos que habían sido
sentenciados o estaban a la espera de juicio por diversos delitos, tales
como colocación de bombas o actos de sabotaje. Algunos presos dijeron que
habían sido maltratados cuando fueron detenidos, pero no desde su llegada a
la cárcel. Después de entrevistar a los presos, la Misión se reunió con los
jueces civiles y militares. Se le dijo entonces que ya se había excarcelado
a 11 personas, pero que, conforme a la ley, los que se encontraban en
espera de juicio no podrían recibir amnistía hasta que hubieran sido
condenados.
256 Al partir del territorio, la Misión publicó una declaración que se leyó
por radio. En su declaración, la Misión se refería a las seguridades dadas
por las autoridades españolas de que no se detendría ni molestaría a nadie
por haber expresado sus opiniones a la Misión o participado en
manifestaciones políticas pacíficas. Expresó la esperanza, de que las
actividades políticas del territorio continuaran siendo pacíficas y se
caracterizaran por un espíritu de tolerancia y respeto de las
opiniones de los demás.
257. Según la información que recibió posteriormente la Misión, éste no
parece haber sido el caso. Por el contrario, representantes de la Potencia
administradora y la prensa internacional informaron de que la atmósfera
política del territorio después de la partida de la Misión había sido de
tensión y confrontación entre el Frente POLISARIO y el PUNS. Según la
prensa española, el 6 de julio ocurrieron en El Aaiún graves desórdenes
entre miembros de ambos movimientos después de una manifestación pública del
PUNS el día anterior. Partidarios del Frente POLISARIO atacaron dos
oficinas del PUNS, una de las cuales resultó destruida por un incendio. Se
informó de que la lucha había durado tres horas antes de que la Policía
Territorial dominara la situación y detuviera a varias personas. También
hubo varios lesionados. Otra versión del incidente figura en un manifiesto
del Frente POLlSARIO, en el cual éste declara que el 6 de julio efectuó
manifestaciones simultáneas en todo el territorio, que sus partidarios
fueron atacados por la policía y por partidarios del PUNS y que muchos de
sus miembros fueron detenidos.
E. Cuestiones relativas a la seguridad
258. Las fuerzas de seguridad y de defensa del territorio están formadas en
primer término por la Policía Territorial, que es una fuerza paramilitar, y
los Tropas Nómadas, ambas formadas por saharianos, y en su mayor parte
dirigidas por oficiales y suboficiales españoles
(ll). Se trata de
unidades que poseen armamento ligero y que tienen gran movilidad; la Policía
Territorial se encarga principalmente de la seguridad interna, en particular
en las ciudades y los centros rurales, mientras que los Tropas Nómadas, que
incluyen unidades motorizadas y de camelleros, son una fuerza de defensa que
patrulla las fronteras y el desierto del interior. Estas fuerzas, cuyo
número es de solamente unos cuantos miles, apenas alcanzan para vigilar una
frontera terrestre de más de 2.000 kilómetros de longitud y una superficie
de 266.000 kilómetros cuadrados. Por ello, están apoyadas por unidades
regulares del ejército, la fuerza aérea y la marina españolas y la Legión
Extranjera. Estas fuerzas de la metrópoli, que están bien entrenadas y
equipadas y son de una gran movilidad, también patrullan las fronteras y las
zonas costeras, aunque en su mayor parte están concentradas en grandes
unidades como reserva en emplazamientos estratégicos. En el momento de la
visita de la Misión, gran parte de las tropas estaban en los cuarteles de El
Aaiún y Semara. Durante sus visitas a los centros próximos a la frontera
septentrional, la Misión observó la ausencia de grandes concentraciones de
tropas. Las que vio, aparte de pequeñas unidades de la Policía Territorial y
Tropas Nómadas, se encontraban estacionadas en posiciones defensivas.
259. Debido a las informaciones que habían circulado sobre el volumen de las
fuerzas militares españolas en el territorio y la exigencia de los
dirigentes del Frente POLlSARIO de que fueran evacuadas antes de la
celebración de cualquier referéndum, la Misión planteó estas cuestiones en
las conversaciones mantenidas con el gobernador general y, posteriormente,
con los representantes del Gobierno español en Madrid. Se le contestó
a la Misión que los efectivos de las fuerzas armadas españolas eran
considerablemente inferiores a los que se había dado a entender, y la cifra
real fue comunicada con carácter confidencial a la Misión. Se explicó a la
Misión que los efectivos de las fuerzas armadas variaban de un momento a
otro, según se considerara oportuno, y que se podían enviar rápidamente
refuerzos de las reservas emplazadas en las islas Canarias si las
circunstancias así lo exigían. Se dijo a la Misión que las fuerzas de la
metrópoli tenían el único objetivo de defender el territorio de un posible
ataque armado, incluidas incursiones de guerrillas de los distintos
movimientos clandestinos de liberación. Refiriéndose a las declaraciones
que, según informaciones, habían hecho importantes personalidades de la vida
pública marroquí en relación con las reivindicaciones de ese país sobre el
territorio, el gobernador general dijo que la situación en la frontera
septentrional era tensa. Los informes militares indicaban la existencia de
un fuerte contingente de tropas marroquíes en la región de Tarfaia, de las
cuales, dijo, tres batallones se habían adelantado recientemente hasta la
frontera, donde también se encontraban varias unidades del FLU, con un total
de unos 1.500 hombres, con el presunto objetivo de realizar incursiones de
guerrillas en el territorio. Las fuerzas españolas de la metrópoli eran
necesarias para la defensa mientras esa situación continuara. Añadió que esa
amenaza no existía en las fronteras de Mauritania y Argelia y que, aunque el
Frente POLISARIO había realizado varios ataques de guerrillas desde
campamentos situados en ambos países, principalmente contra puestos
fronterizos, no se habían producido muchas bajas.
260. La Misión estaba enterada de que, antes de su llegada al territorio, se
habían producido varios incidentes de atentados con bombas en El Aaiún,
atribuidos a personas partidarias de la unificación del territorio con
Marruecos. Habían ocurrido varios incidentes de ese tipo, afortunadamente
sin muchas bajas, inmediatamente antes de la llegada de la Misión. También
habían tenido lugar varios ataques de guerrillas, al parecer del FLU y del
Frente POLISARIO, en su mayoría contra puestos y patrullas fronterizos, y,
aunque habían tenido relativamente poca importancia, ambos lados habían
registrado bajas.
261. El 10 y el 11 de mayo, mientras la Misión se encontraba reunida
con funcionarios españoles en Madrid antes de visitar el territorio, se
amotinaron dos patrullas separadas de las Tropas Nómadas de servicio en la
frontera y, después de hacer prisioneros a los oficiales y suboficiales
españoles, además de varios soldados españoles que formaban parte de las
patrullas, se pasaron al Frente POLISARIO con sus armas y equipo. Durante
esos motines, uno de los soldados españoles resultó muerto y los 14
restantes, incluidos dos heridos, fueron hechos prisioneros
(mm). Se
informó de que en otro incidente posterior ocurrido el 14 de junio, después
de la visita de la Misión, una unidad del Frente POLISARIO había ocupado el
puesto de la Policía Territorial de Guelta Zemmur, había hecho prisionero
al jefe de puesto y a otro miembro de la tropa, ambos saharianos, y se había
apoderado también de las armas y el equipo del puesto.
262. Las autoridades españolas han informado de una serie de incidentes en
la frontera con Marruecos, algunos de los cuales ocurrieron mientras la
Misión se encontraba en el territorio, pero la mayor parte después de
su partida. Consistieron principalmente en intercambios de fuego y ataques
contra fuertes. El 8 de junio, una unidad formada por 44 hombres, bajo el
mando de un capitán, todos ellos saharianos, fue, según informes, capturada
por tropas españolas cuando intentaba ocupar el puesto de Mahbés. Las
autoridades españolas declararon que los documentos hallados en su poder
indicaban que esa unidad era una de cuatro compañías del ejército marroquí
a las que se había ordenado que ocuparan cuatro puestos próximos a la
frontera, pero el Gobierno de Marruecos lo negó, afirmando que se trataba de
una unidad del FLU.
263. El 24 de junio, un vehículo, en el que viajaban un oficial y cuatro
soldados españoles, fue destruido por una mina cerca del puesto de Tah,
situado a tres kilómetros de la frontera y a 27 kilómetros de Daora. Todos
los ocupantes resultaron muertos. El puesto de Tah había sido atacado en
varias ocasiones anteriores.
264. Entre fines de junio y mediados de agosto se produjo una serie de
incidentes en la frontera con Marruecos o en sus cercanías. Entre ellos,
hubo ataques armados contra el puesto de Tah y otro puesto de Hausa, así
como varios choques con patrullas militares españolas. El 22 de julio, un
destacamento armado formado por un sargento y 15 soldados fue capturado por
una patrulla española en las proximidades de Hagunia. También se informó de
nuevos incidentes de colocación de bombas en El Aaiún.
V. CONVERSACIONES CON EL GOBIERNO DE ESPAÑA
A. Reuniones celebradas en Madrid
265. La Misión celebró no menos de ocho reuniones con representantes del
Gobierno de España antes y después de visitar el territorio. La mitad de
éstas consistieron en reuniones de trabajo con una delegación de altos
funcionarios, entre los que se contaban los jefes de los departamentos y
servicios interesados, reuniones que fueron presididas por el señor Juan J.
Rovira, Secretario de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores. En estas
reuniones, cada una de las cuales duró varias horas, la delegación de España
no escatimó esfuerzos para suministrar a la Misión toda la información
solicitada y explicar las políticas de Gobierno y los problemas con que se
tropezaba respecto de la descolonización del territorio.
266. Además de estas reuniones de trabajo, la Misión fue recibida por el
señor Pedro Cortina Mauri, ministro de Asuntos Exteriores, antes y después
de su visita al territorio, y por el señor Antonio Carro, ministro de la
Presidencia del Gobierno, quien está a cargo del Sahara español. Finalmente,
después de regresar del territorio, la Misión tuvo una audiencia con el
señor Arias Navarro, presidente del Gobierno, en la que estuvo presente el
ministro de la Presidencia. En todas estas reuniones, el presidente y los
ministros discutieron con franqueza con la Misión la política de su Gobierno
respecto de la descolonización del territorio. Pusieron de relieve el deseo
de su Gobierno, por una parte, de aplicar las decisiones de las Naciones
Unidas, y por otra, de retirarse del territorio completamente y lo más
pronto posible.
267. Cabe observar que la posición del Gobierno de España respecto del
momento de su retiro cambió entre la primera y la segunda visita de la
Misión a Madrid, como resultado de la tirantez cada vez mayor reinante en la
frontera septentrional del territorio y los incidentes que ocurrieron
mientras la Misión estaba en el territorio. Si bien mantenían su posición de
principio, especialmente respecto del derecho de la población a la libre
determinación, los representantes del Gobierno manifestaron claramente a la
Misión su profunda preocupación por lo que consideraban como un rápido
empeoramiento de la situación. Informaron a la Misión que sí la situación
empeoraba aún más, hasta el punto en que el Gobierno considerara que ya no
podía administrar el territorio inmediatamente. El Gobierno de España ha
reiterado esto en declaraciones públicas y en sus comunicaciones dirigidas
al secretario general.
268. En los párrafos siguientes se enuncia la posición del Gobierno de
España, tal como fue explicada a la Misión antes y después de su visita al
territorio y tal como fue expresada en respuestas escritas a las preguntas
presentadas por la Misión y en declaraciones posteriores de representantes
del Gobierno.
B. Posición del Gobierno de España respecto de los principios que rigen
la descolonización del territorio
1. Aplicación de las resoluciones de la Asamblea General
269. Se explicó a la Misión, durante sus conversaciones en Madrid, que la
Potencia administradora apoyaba plenamente la opinión de que la base para la
descolonización del Sahara español debía ser libre ejercicio por la
población autóctona de su derecho a la libre determinación, de conformidad
con los principios que figuran en la Declaración sobre la concesión de la
independencia a los países y pueblos coloniales, enunciada en la resolución
1514 (XV). Su demora en aplicar las resoluciones de la Asamblea General, en
las que se pide la celebración de un referéndum en el territorio, obedecía
al hecho de que la población no estuviera preparada y sus dirigentes no
quisieran actuar precipitadamente. Sin embargo, después de recibir la
comunicación del 20 de febrero de 1973, de la Yema´a ( A/9176 anexo I; véase
también el párr. 82 supra), reafirmada posteriormente por la Yema´a recién
elegida, en la que se expresaban claramente los deseos del pueblo sahariano,
el Gobierno de España había accedido a las solicitudes que figuraban en ella
y había puesto en movimiento un proceso constitucional por el cual la
población del territorio, después de una breve experiencia de gobierno
propio interno, ejercería su derecho a la libre determinación en un
referéndum celebrado bajo los auspicios de las Naciones Unidas.
270. Al proceder de esta manera, el Gobierno de España estaba actualmente de
conformidad con los deseos de la población del territorio y en cumplimiento
de las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas respecto
del territorio. Así, el Estatuto Político, en el que se disponía el gobierno
propio interno, había sido aprobado por la Asamblea Territorial en 1974.
Unos meses después, en una carta de fecha 20 de agosto de 1974, dirigida al
secretario general, el Gobierno de España había anunciado que, de
conformidad con la resolución 3162 (XXVIII) de la Asamblea General,
celebraría un referéndum, bajo los auspicios y garantía de las Naciones
Unidas, dentro del primer semestre de 1975, a fin de que los habitantes
autóctonos del Sahara pudiera ejercer su derecho a la libre determinación
(A/9714). El Gobierno tenía la esperanza de que el referéndum pudiera
celebrarse en junio de 1975, pero lo aplazó en cumplimiento de la solicitud
que figuraba en la resolución 3292 (XXIX) de la Asamblea General. El
Gobierno había considerado esa solicitud como un paso atrás. Había invitado
al Comité Especial a enviar una misión visitadora al territorio para que
pudiera observar el despertar político que había tenido lugar en el
territorio y con la esperanza de que, como resultado del informe de la
Misión, la Asamblea General pudiera acceder a la celebración del
referéndum.
271. La posición del Gobierno de España era que el estatuto futuro del
territorio debía ser decidido libremente por la población autóctona
interesada, y que correspondía a ésta determinar si optaría por la
independencia o por la integración con un Estado vecino.
272. El Gobierno de España había cumplido en la medida de sus posibilidades
con las disposiciones de la resolución 3162 (XXVIII). Había creado una
atmósfera de libre expresión política en el territorio e iniciado consultas
con los otros gobiernos interesados o con las partes interesadas respecto
de la descolonización del territorio. Después de anunciar su decisión de
principio de celebrar un referéndum, el Gobierno de España, de conformidad
con el párrafo 4 de la resolución 3162 (XXVIII), había invitado a las partes
a celebrar consultas sobre las modalidades del referéndum, Lamentablemente,
el Gobierno de Marruecos se había opuesto a la celebración de un referéndum
y, por consiguiente, no se habían celebrado más consultas sobre ese
tema. No obstante, el Gobierno de España estaba dispuesto a celebrar esas
consultas en cualquier momento.
2. La cuestión de quién debe participar en un referéndum
273. El Gobierno de España consideraba que sólo los saharianos debían tener
derecho a votar en un referéndum y que el derecho debía limitarse a los
saharianos oriundos del territorio. Esto debía incluir a los exiliados y
refugiados políticos y a todas las otras personas que vivieran fuera del
territorio por cualquier motivo.
274. El Gobierno reconoció que surgirían dificultades para
determinar quién era o no oriundo del territorio, especialmente entre las
personas que se encontraban en los países vecinos, pero consideró que la
prueba de la autenticidad debía ser la pertenencia a un grupo familiar (subfracción)
existente en el territorio que pudiera ser verificada por los miembros del
grupo consultados por conducto de sus jeques.
3. Retiro de las fuerzas militares de España
275, El Gobierno de España subrayó que sus fuerzas militares se encontraban
en el territorio únicamente para mantener la seguridad y proteger sus
fronteras. En tanto que existiera tirantez en las fronteras del territorio,
esa protección era necesaria. El Gobierno estaría dispuesto a retirar esas
fuerzas durante un referéndum, siempre que fueran reemplazadas por fuerzas
de las Naciones Unidas, y que las Naciones Unidas asumieran la
responsabilidad de garantizar la seguridad del territorio.
4. Modalidades de un referéndum
276. El Gobierno estaba dispuesto a considerar cualquier sugerencia de las
Naciones Unidas respecto de la forma en que debía realizarse un referéndum
y la función de las Naciones Unidas en ese referéndum. El Gobierno opinaba
que debía haber lugar de votación y colegios electorales en todos los
centros de población y colegios electorales móviles para registrar a los
nómadas. Estos Últimos podrían votar en el centro más próximo.
277. El Gobierno no había formulado las preguntas que se someterían a los
votantes porque no había podido llevar a cabo consultas con las demás partes
interesadas mencionadas en las resoluciones pertinentes de las Naciones
Unidas. Si se celebrara un referéndum, las preguntas podrían formularse
sobro la base de una decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidos.
5. Relaciones entre España y el territorio después de la descolonización
278. Se le recalcó a la Misión que la única preocupación del Gobierno de
España era que el territorio quedara descolonizado tan pronto como fuera
posible, de manera ordenada y sobre la base de los deseos libremente
expresados de la población. Una vez cumplidas esas responsabilidades,
España deseaba retirarse completamente del territorio.
279. El Gobierno de España había reconocido oficialmente la soberanía de los
habitantes autóctonos del territorio sobre sus recursos naturales. Por
supuesto, esto incluía la mina de fosfato, que, cuando se explotara
plenamente, daría a los habitantes un ingreso medio per cápita comparable
al de muchos países desarrollados. En el curso de las conversaciones que
precedieron a su visita al territorio, se comunicó a la Misión que el
Gobierno de España esperaba que el futuro Gobierno del territorio estuviera
dispuesto a negociar el reembolso del capital que España había invertido en
el desarrollo de la industria del fosfato. Posteriormente, cuando la Misión
regresó del territorio, el Gobierno de España dejó en claro que no
insistiría en la celebración de esas negociaciones.
C. Posible retiro de Espai1a del territorio antes de la libre
determinación.
280. La creciente tirantez en la frontera con Marruecos y la
agitación política existente en el territorio, que coincidieron con la
visita de la Misión, suscitaron profunda preocupación en el Gobierno de
España. Durante su segunda serie de conversaciones en Madrid, se dijo a la
Misión con gran franqueza que si la situación en la frontera empeoraba o la
oposición interna a la continuación de su presencia en el territorio
adquiría proporciones tales que ya no pudiera administrar el territorio
eficazmente o garantizar su seguridad, el Gobierno de España consideraría
la posibilidad de retirarse completamente del territorio sin esperar al
referéndum. Las autoridades españolas explicaron a la Misión que el
aplazamiento del referéndum en respuesta a la solicitud de la Asamblea
General contenida en su resolución 3292 (XXIX) había contribuido en gran
medida al aumento de la tirantez. Aunque el Gobierno reconocía y aceptaba su
responsabilidad de descolonizar el territorio lo más rápidamente posible,
no se sentía obligado a aceptar las responsabilidades adicionales
resultantes de la demora impuesta por la Asamblea General. Si, como
resultado de esa demora, la posición de España en el territorio se volvía
insostenible, el Gobierno no tendría otra alternativa que retirar sus
fuerzas administrativas y militares y pedir a las Naciones Unidas que las
reemplazaran.
281. Desde que la Misión terminó su visita a Madrid, el Gobierno de
España ha mantenido su posición. En una carta de fecha 23 de mayo de 1975
(A/10095), dirigida al secretario general por el representante
permanente de España ante las Naciones Unidas, el Gobierno de ese país
declaró, entre otras cosas, que la incertidumbre causada por el aplazamiento
del referéndum era «el motivo determinante de que los factores políticos
que convergen en el Sahara Occidental, internos unos y externos otros,
traten de hacerse presentes apremiantemente con serio riesgo de que
degeneren en una situación violenta». En opinión del Gobierno de España, la
presencia de la Misión visitadora de las Naciones. Unidas en el territorio
había dado ocasión a que la población sahariana exteriorizara su inequívoca
voluntad de independencia. En consecuencia, el Gobierno de España comunicó
al secretario general que entendía que había cumplido su misión y que
deseaba que la terminación de su actuación pudiera llevarse a efecto sin que
se produjera un vacío de poder, transfiriéndolo a quienes hubieran de asumir
la responsabilidad de la administración del territorio como resultado de la
descolonización.
282. El Gobierno de España estimaba que era urgente responsabilizar a las
partes interesadas en el proceso de descolonización, a cuyo fin se proponía
invitarlas a armonizar sus respectivas posiciones o, en defecto de este
intento directo, convocadas con igual propósito a una conferencia bajo
los auspicios de las Naciones Unidas para hacer posible el
desenvolvimiento pacífico de ese proceso.
283. Si no fuera posible llevar a cabo uno u otro intento por no avenirse a
ello las partes interesadas o conseguir una solución equivalente que
persiguiera parecidos fines, el Gobierno español se vería en la necesidad
de poner término a su presencia y acción administradora, fijando una fecha
para la transferencia de poderes, sin que por ello dejara de coadyuvar con
las Naciones Unidas para llevar a buen fin, en los mejores términos, su
propósito de descolonizar el territorio.
284. El Gobierno de España sugirió que se enviaran al territorio
observadores de la Secretaría de las Naciones Unidas. En todo caso, en
cumplimiento de sus responsabilidades como potencia administradora, se
reservó el derecho de informar al Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas si estimaba -a la vista de la evolución de la situación- que el
mantenimiento de la paz en el territorio hacía necesaria esa medida.
VI. VISITA A MARRUECOS
A. Generalidades
285. La visita a Marruecos, que incluyó conversaciones con Su Majestad el
Rey Hassan II y con las autoridades marroquíes bajo la dirección del primer
ministro y entrevistas con los representantes del pueblo marroquí y de los
refugiados, dirigentes de los partidos políticos y de movimientos de
liberación, no puede comprenderse bien si no se tiene en cuenta el ambiente
en que se desarrolló.
286. En todo su recorrido, tanto en Agadir, donde algunos movimientos
políticos marroquíes habían organizado una manifestación popular, como en
Tantán, Zag o el campamento de refugiados de Amakroud, situado a 25
kilómetros de Agadir, la Misión recibió una acogida calurosa de la
población, que, juntamente con los medios de comunicación masiva y el
Gobierno de Marruecos, manifestó en forma inequívoca sus sentimientos con
respecto al carácter marroquí del Sahara occidental (Español) y su
reunificación con Marruecos.
287. Las premisas fundamentales de la posición marroquí con respecto a la
cuestión del Sahara. Español, de que fue informada la Misión durante su
estancia en Marruecos, fueron claramente expuestas por el Rey, por una
delegación gubernamental dirigida por el primer ministro y por el
comandante en jefe de las tropas marroquíes en las provincias del Sur.
288. Más tarde, los fundamentos de la posición marroquí fueron expuestos en
las respuestas al cuestionario que la Misión dirigió al Gobierno de
Marruecos.
289. Así, pues, la Misión tuvo ocasión de discutir libremente y de recoger
fielmente las opiniones de Marruecos con respecto a las exigencias de
descolonización, los métodos y medios de descolonización y la situación
militar en la región fronteriza.
B. Entrevistas con las autoridades marroquíes
1. Las reivindicaciones de Marruecos
290. Los fundamentos de la posición de Marruecos con respecto al carácter
marroquí del Sahara occidental y a sus reivindicaciones sobre el territorio
se han expuesto anteriormente en el presente informe (véanse los párrafos 89
a 102 supra, A/AC.109/L.1063L).
291. Bastará recordar que, para el Gobierno de Marruecos, el hecho de que el
Sahara occidental pertenece a Marruecos está demostrado tanto en los planos
histórico y jurídico como en los planos administrativo, socioeconómico y
cultural. Por ello Marruecos ha pedido su reintegración al territorio
marroquí.
292. En el curso de las conversaciones que mantuvieron con la Misión, las
autoridades marroquíes señalaron en primer lugar que Marruecos no sólo había
conocido la colonización bajo la forma habitual de ocupación de una sola
potencia extranjera, sino que había sido víctima de una verdadera
desmembración colonial: una parte, bajo el protectorado de Francia; una
zona, llamada internacional, en Tánger, bajo la administración de 13
potencias, y una parte, bajo protectorado español, que comprendía una zona
al norte y una zona al sur (Tarfaia, Saguia el Hamra y Río de Oro) y algunos
enclaves. En consecuencia, según las autoridades marroquíes, aunque grandes
partes del suelo marroquí ya estaban liberadas, vastas regiones y enclaves
de Marruecos seguían bajo la ocupación de España.
293. En segundo lugar, las autoridades marroquíes dijeron que la política
española de penetración en el Sahara occidental no se había llevado él cabo
con la violencia propia de otras ocupaciones en África del norte. España se
había dedicado a apropiarse del territorio trozo por trozo. Esa política
había resultado aún más eficaz por la falta de medios de comunicación. De
todos modos, el Gobierno marroquí reconocía que España no se había atrevido
a separar el territorio de Marruecos; siempre se había esforzado por
gobernar y legislar con la colaboración del representante del sultán, que
era entonces vasallo del Rey.
294. En consecuencia, las autoridades marroquíes declararon que Marruecos
no era ni había sido jamás anexionista no hacía más que reivindicar sus
derecho al defender la integridad de su territorio.
295. Para el Gobierno de Marruecos la integridad territorial mencionada en
el párrafo 6 de la parte dispositiva de la resolución 1514; (XV) se
aplicaba a la integridad de un país que ya existía y estaba constituido
como un Estado. Para convencerse de ello, el párrafo 6 se debía leer junto
con los párrafos 4 y 7 de esa resolución. Se hizo referencia también a la
resolución 2625(XXV) de 24 de octubre de 1970 de la Asamblea General en que
figuraba la Declaración sobre los principios de Derecho internacional
referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación entre los
Estados, de conf0rmidad con la Carta de las Naciones Unidas, en particular a
las disposiciones sobre el principio de igualdad de derechos y de la libre
determinación de los pueblos.
296. A juicio del Gobierno de Marruecos, sus reivindicaciones sobre el
territorio, anunciadas oficialmente en 1956, eran muy anteriores al
descubrimiento e incluso a la prospección de los fosfatos en la zona.
Además, para Marruecos, los recursos de fosfatos del territorio sólo tenían
importancia secundaria pues tenía ya reservas de tal magnitud que su
explotación podía proseguir durante ocho siglos al ritmo actual, sin contar
los yacimientos descubiertos recientemente, que aún no se estaban
explotando. Por Último. Marruecos había reivindicado y recuperado las
provincias de Tarfaia y de Ifni, pese a que eran y seguían siendo regiones
muy pobres. Así, pues, las reivindicaciones del Gobierno de Marruecos sobre
el territorio no tenían nada que ver con existencia de riquezas minerales en
la región.
2, Descolonización del territorio
297. Al explicar su posición sobre la cuestión de la descolonización, el
Gobierno de Marruecos recalcó que desde un principio había iniciado y
propiciado medidas para que la cuestión del Sahara Español se incluyera en
el programa de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Por otra parte,
Marruecos no sólo había votado a favor de todas las resoluciones de la
Asamblea General sobre la cuestión, a excepción de la resolución 2983 (XXVII),
sino que además había originado y patrocinado los proyectos de resolución
correspondientes. Eso quería decir que el Gobierno de Marruecos no veía
ninguna contradicción entre la doctrina de las Naciones Unidas en materia de
descolonización en general y con respecto al Sahara occidental en
particular y la política que Marruecos preconizaba para liberar al Sahara
occidental del yugo colonial. Como prueba de ello, se citaron la historia de
la descolonización de Marruecos y su proceso de descolonización.
298. Las autoridades marroquíes declararon que la lucha por la liberación
no había terminado mientras hubiese zonas del territorio marroquí-como el
Sahara occidental- que siguiesen bajo el yugo colonial. Así, pues, para
Marruecos el problema de la descolonización de la zona se confundía con el
del retorno al seno del Estado marroquí de los territorios y poblaciones que
le había arrancado la usurpación colonial. En una palabra, la
descolonización del Sahara occidental suponía ipso facto su
reintegración al Estado marroquí.
299. Para el Gobierno marroquí la autodeterminación o el derecho del Sahara
occidental a la libre determinación, principio que había apoyado siempre, no
había significado nunca el abandono de una parte de su territorio. Al
contrario, cualesquiera que hubieran sido los procedimientos previstos por
las Naciones Unidas desde 1965, la única preocupación de Marruecos, que
había participado en la elaboración de esos procedimientos, había sido la
liberación del Sahara occidental y su reintegración al Estado marroquí.
300. En opinión del Gobierno de Marruecos, esta política se derivaba de las
resoluciones de las Naciones Unidas sobre la cuestión del Sahara Español y,
en especial, de las disposiciones de la resolución 2072 (XX), en que la
Asamblea General había pedido encarecidamente al Gobierno de España que,
como potencia administradora, adoptara inmediatamente todas las medidas
necesarias para la liberación del territorio de la dominación colonial y
que, con este fin, emprendiera negociaciones sobre los problemas relativos a
la 'soberanía que planteaba ese territorio.
301. A juicio del Gobierno de Marruecos, el hecho de que las Naciones Unidas
hubiesen preconizado negociaciones con objeto de resolver el problema de la
soberanía había puesto de relieve el carácter específico de la
descolonización del Sahara occidental. Con respecto a estas negociaciones,
nadie dudaba, dijeron las autoridades marroquíes, de que la otra parte en
este asunto, aparte de España, era Marruecos, que había tomado la
iniciativa de solicitar que la cuestión se incluyera en el programa del
vigésimo período de sesiones de la Asamblea General.
302. Según el Gobierno marroquí, la cuestión del Sahara seguía sin
resolverse porque España se negaba a entablar negociaciones con respecto al
problema de soberanía que planteaba el territorio. La negativa de España de
aplicar la resolución 2072 (XX) había llevado a la Asamblea General no sólo
a mantener esta cuestión en su programa, sino, además, a aprobar
posteriormente varias resoluciones en todas las cuales se hacía referencia a
la resolución inicial 2072 (XX).
303. Gobierno de Marruecos consideraba que el punto muerto en que se
encontraba esta cuestión desde 1966 a causa de la actitud de España había
nevado a la Asamblea General a aprobar, en 1974, la resolución 3292 (XXIX),
por la que las Naciones Unidas habían emprendido un nuevo examen do la
cuestión, cuyos aspectos jurídicos relativos al problema de la soberanía
volvían a estar en primer plano.
304. Para completar la exposición de su tesis con respecto al problema de la
descolonización, según 10 preveía la doctrina de las Naciones Unidas, las
autoridades marroquíes citaron las disposiciones de los principios V y VI de
la resolución 1541 (XV), de 15 de diciembre de 1960, de la Asamblea General.
"Principio V. Una vez establecido que se trata a primera vista de un
territorio distinto desde el punto de vista geográfico y étnico o cultural,
se pueden tener en cuenta otros elementos. Esos elementos podrán ser, entre
otros, de carácter administrativo, político, jurídico, económico o
histórico...
"Principio VI. Puede considerarse que un territorio no autónomo ha
alcanzado la plenitud del gobierno propio:
a) Cuando pasa a ser un Estado independiente y soberano;
b) Cuando establece una libre asociación con un Estado
independiente; o
c) Cuando se integra a un Estado independiente.»
305. Para Marruecos, la aplicación correcta e ideal de los principios de la
descolonización y de la autodeterminación no conduce necesaria ni
automáticamente a la condición de Estado independiente; es decir, que todo
depende de la situación concreta de cada territorio.
306. El Gobierno marroquí opina, pues, que la aplicación correcta de la
resolución 1514 (XV) y de las demás resoluciones pertinentes reside en una
prudente combinación de los principios de la descolonización y del respeto
de la unidad y la integridad territorial de los Estados soberanos.
3. Métodos y medios de descolonización
Negociaciones
307. Marruecos estaba convencido de que si la potencia administradora
hubiera tenido en cuenta el principio del respeto de la integridad
territorial, su aplicación al Sahara occidental no habría supuesto ninguna
dificultad insuperable.
308. Con la aplicación de este principio se habría podido poner en marcha el
mecanismo de negociaciones relativas a la soberanía, de acuerdo con lo
dispuesto en el párrafo 2 de la resolución 2072 (XX); de ese modo, se habría
llegado al procedimiento de transferencia de administración, como sucedió
con el enclave de Uní. Marruecos declaró que la negativa de España a
entablar negociaciones había llevado al pedido de una opinión consultiva de
la Corte Internacional de Justicia, de conformidad con la resolución 3292 (XXIX).
309. En opinión del Gobierno de Marruecos, si la opinión de la Corte
Internacional de Justicia fuese favorable a la posición de Marruecos y
aportase todas las aclaraciones que ha solicitado la Asamblea General con
respecto a los problemas relativos a la soberanía presentados por el
territorio, nadie tendría derecho a esperar de Marruecos que colaborara con
cualquier otro Estado en el desmembramiento de su unidad nacional y de su
integridad territorial, que el Derecho internacional-basado en el principio
de la igualdad de derechos de los Estados- no admite respecto de ningún otro
Estado. Asimismo, las autoridades marroquíes adoptan la misma posición
respecto del procedimiento de traspaso de la administración por vía de
negociaciones.
Referéndum
310. El Gobierno de Marruecos hizo notar que habían transcurrido siete años
desde que se pidió por primera vez a la Asamblea General la organización de
un referéndum. De ahí que el Gobierno de Marruecos rechace el referéndum por
la simple razón, según dice, de que las condiciones del procedimiento de
descolonización por medio de un referéndum han sido destruidas por la
potencia administradora, a la que acusa de haber implantado en el
territorio una política basada en los elementos siguientes. España se ha
negado a toda negociación o consulta con respecto al problema de soberanía
presentado por el territorio. El silencio con que había respondido desde
1966 a las instancias de las resoluciones de la Asamblea, incluso,
entre otras, el envío de una Misión visitadora de las Naciones Unidas, era
tanto más inquietante cuanto que durante este tiempo la potencia
administradora había tomado unilateralmente medidas por las que se había
puesto en práctica un dispositivo político-militar que regía los sectores
conexos de la seguridad, la administración, la justicia, la economía y la
educación.
311. En primer lugar, según Marruecos, había una ocupación militar, cuyos
efectivos se habían calculado entre 70.000 y 80.000 hombres. En segundo
lugar el Gobierno de Marruecos ha denunciado lo que llama “una pretendida
asamblea”, facultada para hablar en nombre de la población del Sahara
occidental y que, en realidad, según dice Marruecos, no hace más que apoyar
las decisiones tomadas por las autoridades coloniales. En tercer lugar,
Marruecos señaló la situación de los refugiados, a quienes la potencia
administradora había prohibido regresar a sus hogares.
312. Según las autoridades marroquíes, pese a que la situación imperante en
el territorio no era propicia para que se creara el clima político favorable
previsto en la resolución 2229 (XXI), Marruecos estaba dispuesto una vez más
a dar prueba de buena voluntad. Así, pues, si se dieran todas las
condiciones enumeradas en las resoluciones pertinentes de la Asamblea
General, lo que las autoridades marroquíes dudaban mucho, Marruecos
aceptaría que se organizara un referéndum acompañado de las condiciones
complementarias siguientes:
a) Retiro do las tropas y de la administración españolas;
b) Presencia de tropas de las Naciones Unidas en el territorio;
c) Una administración de las Naciones Unidas en el territorio;
d) Un período de transición de seis meses, luego de la salida de las
tropas y de la administración españolas.
313. Por Último, la única pregunta del referéndum que contaría con la
aquiescencia del Gobierno marroquí era la siguiente:
« ¿Quiere usted seguir bajo la autoridad de España o unirse a
Marruecos?»
4. La situación militar en la región fronteriza
314. Durante su estancia en Agadir, la Misión trató de informarse de la
situación militar que existía en la región fronteriza, así como del número
de las fuerzas allí presentes.
315. Las autoridades marroquíes describieron la situación calificándola de
tranquila en la provincia de Tarfaia, que limita con la frontera que separa
Marruecos del territorio. A este respecto, las autoridades declararon que
nunca se había registrado el menor incidente en el territorio marroquí,
donde estaban estacionadas unidades de las Reales Fuerzas Armadas. También
aclararon que, desde que Marruecos era independiente y desde que la
provincia de Tarfaia se había reintegrado a Marruecos, siempre había habido
unidades del ejército marroquí estacionadas en la región.
316. Sin embargo, según las autoridades marroquíes, como consecuencia de la
decisión tomada por España de crear un Estado en el Sahara occidental, que
Marruecos consideraba como parte integrante de su territorio, el Gobierno
marroquí había decidido reforzar las fuerzas estacionadas en la región. De
todos modos, este refuerzo, calificado de simbólico, no so había efectuado
en absoluto obedeciendo a un espíritu de enfrentamiento, sino que más bien
con ello se había tratado de indicar la determinación de Marruecos de no
permitir que España llevara a cabo el plan que había previsto para el
Sahara occidental.
317. El Gobierno de Marruecos no tenía intención alguna de cambiar
unilateralmente la situación actual del territorio, ya que había sido
Marruecos quien había iniciado el proceso de someter la cuestión a la Corte
Internacional de Justicia.
318. Marruecos acusó a España de tratar de obstaculizar el procedimiento
previsto por las Naciones Unidas al proclamar su intención de «retirarse
inmediatamente» del Sahara occidental y de «traspasar el poder». En opinión
de Marruecos, tal medida crearía un vacío peligroso en la región y no haría
más que comprometer la paz en ella. El Gobierno marroquí ha declarado que si
España llega a tomar en el territorio semejante iniciativa, que Marruecos
ha calificado de irresponsable, Marruecos está firmemente resuelto a asumir
sus responsabilidades históricas y jurídicas en el Sahara occidental, ya
que, según dice, «la moral, la historia y el Derecho constituyen para
Marruecos una obligación de actuar, por grandes que sean los sacrificios que
le exija esa medida».
C. Entrevistas con dirigentes de partidos políticos y de movimientos de
liberación y con representantes de grupos de notables
319. Durante su estancia en las provincias meridionales de Marruecos, la
Misión pudo visitar campamentos de refugiados situados en Tantán, Zag y
Amakroud. De esta manera la Misión se puso en contacto con refugiados y
celebró conversaciones con sus representantes. Además, la Misión se pudo
entrevistar con el señor Khali Hena Al Rachid, secretario general del PUNS;
con el señor Edouard Moha, presidente del MOREHOB con un grupo de militares
del FLU; con un grupo de saharianos expulsados del territorio; con una
delegación del Comité Ejecutivo del partido ISTIQLAL; con grupos de
representantes de los refugiados; con saharianos residentes en Marruecos y
con notables marroquíes.
320. Durante esas entrevistas, todas las personas y grupos a. quienes
escuchó la Misión sostuvieron su origen marroquí, ya fueran del Sahara o de
otras partes, expresaron su adhesión al Rey Hassan II, afirmaron el hecho de
que el Sahara Español pertenecía a Marruecos y declararon su firme voluntad
de hacer reintegrar el Sahara occidental al territorio marroquí.
1. Reuniones con el señor Khali Hena Al Rachid, secretario general del
Partido de La Unión Nacional Saharaui (PUNS)
321. En el párrafo 213 supra (A/ AC.109/L.1063/ Add.2), la Misión ha
descrito ya las circunstancias que rodearon la desaparición del territorio
del señor Khali Hena.
322. La Misión celebró conversaciones con el señor Khali Hena los días 23 y
26 de mayo en Agadir. El señor Khali Hena dijo que sus declaraciones no
reflejaban sus verdaderos sentimientos, ya que en el territorio era
peligroso hablar en favor de Marruecos. Añadió que él siempre había sido
leal a Marruecos y que otros miembros del Comité Central del PUNS
compartían su opinión, aunque muchos de los miembros habían sido
mantenidos en la ignorancia de esto y se les había inducido a creer que el
PUNS era lo que pretendía ser. Al explicar la situación en el territorio y
su papel como dirigente del PUNS, dijo que desde 1958, cuando las tropas
españolas habían reprimido por la fuerza los primeros levantamientos en
Villa Cisneros y en Semara, con lo que empezó la lucha por la liberación,
las autoridades españolas habían venido maniobrando hábilmente para socavar
la lealtad de la población a Marruecos al tratar de hacer del territorio una
entidad política separada. Por una parte, esta política había consistido en
crear una Yema´a títere y, por la otra, en promover un movimiento artificial
a favor de la independencia. Esto se había hecho en parte para que España
pudiera continuar controlando la riqueza económica del territorio y en parte
para que España pudiera justificarse ante los ojos del mundo. Sólo cuando
esta política parecía estar empezando a dar frutos, el Gobierno español
pidió a las Naciones Unidas que enviaran una Misión visitadora al
territorio.
323. El señor Khali Hena dijo que las autoridades españolas
lo habían elegido para que dirigiera el PUNS con la promesa de que pasaría a
ser jefe de gobierno después de la independencia, porque se había educado en
España y estaba casado con una española. El había aceptado la oferta y
aparentado estar a favor de la independencia desde dentro. Dijo que la única
manera de mantener la paz en la región consistía en reintegrar el
territorio a Marruecos. En su opinión, no había motivo para celebrar un
referéndum.
324. El señor Khali Hena creía que las autoridades
españolas habían creado una demanda de independencia entre un sector de la
población con la promesa de que el territorio se haría rico debido a sus
recursos de fosfatos.
325. Refiriéndose a las manifestaciones públicas masivas
organizadas por el Frente POLISARIO y por el PUNS que la Misión había
presenciado en el territorio, el señor Khali Hena dijo que ambas habían sido
organizadas por España y que no reflejaban los deseos de la mayoría de la
población, que era leal a Marruecos. Insistió en que el Frente POLISARIO en
el territorio era, al igual que el PUNS, una creación española, y tenía poco
o nada que ver con el Frente POLISARIO de Argelia. Dijo que, de hecho,
había tres movimientos que llevaban el nombre de Frente POLISARIO: uno en
Argelia, que servía intereses argelinos; otro en el territorio y un tercero
en Mauritania.
326. El señor Khali Hena afirmó que los miembros del Comité Central
del PUNS que habían decidido trasladarse con él a Marruecos dos meses antes
de la llegada de la Misión compartían su opinión; no obstante, los otros
miembros no habían podido marcharse con él. El Comité Central no había
juzgado necesario informar de su decisión a todos los 20.000 miembros del
PUNS. De hecho, añadió, los partidarios del PUNS en la parte meridional del
territorio no estaban bajo control del Comité Central.
2. Entrevistas con el señor Edouard Moha, presidente del Mouvment de
Résistance pour la. Libération des Terrtoires sous Domination Espagnole (MOREHOB)
327. El señor Moha habló a la Misión de sus jornadas a Marruecos, Argelia,
Libia, Bélgica y. de nuevo, a Marruecos. Dijo que el MOREHOB se había visto
obligado a trasladar constantemente su centro de operaciones por las
dificultades políticas con que había tropezado dondequiera que había estado.
Creado en Marruecos en 1961, el MOREHOB se había visto obligado a
trasladarse de Rabat a Argel en 1973 porque Marruecos, que el MOREHOB
consideraba como su país de origen, no lo defendía suficientemente.
Despojado de su pasaporte marroquí, el señor Moha se había trasladado a
Argelia munido de un «documento de viaje de las Naciones Unidas». En Argel
el señor Moha se dio cuenta de que el Gobierno de Argelia no sólo había
firmado con España acuerdos relativos al gas y a las minas, sino que
también se negaba a ponerle en contacto con los jefes de las tribus
saharianas. Además, Argelia había decidido limitar las actividades del
MOREHOB. Por esta razón, el señor Moha se vio obligado a ir a Libia, donde
permaneció poco tiempo antes de instalarse en Bruselas. El MOREHOB había
vuelto a Rabat porque se había comprobado una movilización en favor de la
liberación del Sahara occidental y de su integración al territorio
marroquí.
328. El señor Moha declaró que había por lo menos dos partidos políticos
denominados Frente Polisario. El primero, que había sido creado por
Mauritania y el MOREHOB, desapareció porque Mauritania, por intermedio de
su embajador en Madrid, había pedido que se le traspasara a. Mauritania la
soberanía sobre el Sahara occidental a cambio de monopolios económicos
.allí existentes, de los que España seguiría beneficiándose. Estas
propuestas, según el señor Moha, fueron rechazadas por España, que
probablemente consideró que podría conseguir «otras concesiones más
importantes». Según el señor Moha, el segundo Frente Polisario había sido
creado en Argelia en 1974. En cuanto al PUNS, el señor Moha declaró que
había sido creado por España. A este respecto precisó que, en el momento de
la creación de este partido, “personas influyentes en Madrid” le habían
pedido que formara parte del movimiento. En lo que respectaba al futuro
político del Sahara occidental, el señor Moha consideraba que, si la Corte
Internacional de Justicia reconocía el fundamento de la solicitud marroquí,
no había ya necesidad de consultar a los habitantes con un referéndum. El
señor Moha estimaba que la población que vivía en el interior del territorio
solamente constituía la sexta parte de la población sahariana en conjunto.
Pese a todo, de celebrarse un referéndum debería ir acompañado de las
condiciones siguientes: retiro de los militares y de la administración
española del territorio, regreso de los refugiados al territorio,
responsabilidad de las Naciones Unidas. El contenido de las preguntas del
referéndum sería discutido por Marruecos y España.
3. Entrevistas con soldados del Front de Libération et de l'Unité (FLU)
329. La Misión no se entrevistó con dirigentes del FLU. Se reunió en cambio
con un grupo de soldados del FLU. Creado en febrero de 1975, el FLU tiene
por objeto la liberación del Sahara Español ocupado y su integración en
Marruecos. En defensa de esa causa, los soldados del FLU con quienes se
reunió la Misión afirmaron que llevarían a cabo la lucha armada hasta la
liberación total del territorio o hasta la muerte.
330. En el territorio, el FLU dijo que basaba su acción en una organización
dividida en siete grupos, de los cuales cuatro actuaban en la región del sur
Río de Oro) y tres en la región del norte (Saguia el Hamra) El FLU informó
de que se habían efectuado operaciones armadas en Hagunia, Semara, El Aaiún,
Hausa y Echderia.
331. La mayoría de los soldados del FLU eran desertores de las Tropas
Nómadas y de la Policía Territorial. Así, pues, la mayor parte del armamento
utilizado, incluso el jeep empleado para trasladarse al hotel en que estaba
la Misión, provenía del ejército español. Por otra parte, el FLU afirmaba
que no ha recibido ninguna ayuda de Marruecos. El FLU no reconocía al PUNS,
que, según decía, era una creación española, ni al Frente Polisario,
«compuesto de niños», a quienes combatiría sin cesar. En cuanto al MOREHOB y
al señor Moha, el FLU declaró que ignoraba incluso su existencia.
4. Entrevista con presos expulsados del territorio
332. El 25 de mayo de 1975 la Misión se reunió en Tantán con un grupo de
presos saharianos que habían sido expulsados del territorio en la región de
Tarfaia. Los seis miembros del grupo declararon que habían sido detenidos el
19 de mayo de 1975 y acusados de haber lanzado bombas en El Aaiún.
Declararon también que habían sido torturados y encerrados durante tres
días sin comer ni beber. Uno de ellos, un señor Abay Mohamed, había muerto
como consecuencia de las torturas a que lo había sometido la Policía
Territorial. Las seis personas mostraron a la Misión huellas visibles de los
tratos de que habían sido objeto. La Misión hizo arreglos para que los
examinara el médico marroquí que la acompañó durante su estancia en
Marruecos.
5. Reunión con el secretario general y miembros del Comité Ejecutivo del
Partido ISIQLAL
333. A su llegada a Añadir, la Misión fue testigo de
una manifestación masiva organizada por el ISTIQLAL de Marruecos y otras
organizaciones marroquíes en apoyo del argumento de este país de que el
territorio era parte de Marruecos y debía ser reintegrado a éste.
334. Las opiniones del ISIQLAL fueron explicados a la Misión
en una reunión que se celebró en Añadir el 26 de mayo. El ISTIQLAL estuvo
representado por una delegación compuesta del señor M´Hammed Boucetta,
secretario general del partido, y cuatro miembros de su Comité Ejecutivo.
335. El señor Boucetta dijo que la frontera divisoria entre
la provincia marroquí de Saguia el Hamra y Río de Oro y la madre patria era
una frontera artificial que separaba a la población a cada lado de sus
familiares. Consideraba que era esencial para el mantenimiento de la paz que
el territorio se reintegrara a Marruecos lo antes posible. El pueblo de
Marruecos estaba unido en su determinación de hacer todo lo posible para
lograr este objetivo.
336. El señor Boucetta dijo que las reivindicaciones de
Marruecos concordaban plenamente con la resolución 1514 (XV), en cuyo
párrafo 6 se establecía el principio del respeto de la unidad y la
integridad territorial de los países. Este principio, que figuraba también
en la Carta de las Naciones Unidas, se había aplicado con respecto a la
descolonización del Irián Occidental y de algunos otros territorios que
antes estaban bajo dominación colonial como Ifni. El principio de la libre
determinación no se podía aplicar en el caso del Sahara occidental, porque
la población del territorio era parte de la nación marroquí. La aplicación
del principio en este caso no iba a ser un acto genuino de libre
determinación, ya que la población estaba sujeta a la presión de las
autoridades coloniales.
337. El secretario general del ISTIQLAL dijo que la Misión
no debía dejarse influir por las manifestaciones públicas en apoyo de la
independencia que había presenciado en el territorio. Debía preguntarse por
qué una potencia colonial, que anteriormente había negado libertad de
expresión a los habitantes bajo su dominación, iba a cambiar su política y a
permitir que el pueblo pidiera su retiro.
338. El señor Boucetta estimaba que, si la población hubiera
estado realmente en libertad de expresar sus deseos, muchas personas
hubieran participado en manifestaciones a favor de la integración con
Marruecos. Dijo que había habido filiales del ISTIQLAL en el territorio
hasta que fueron clausuradas por las autoridades españolas. Desde entonces,
el ISTIQLAL había seguido actuando clandestinamente en la zona.
339. Al terminar la entrevista, la delegación del ISTIQLAL
entregó a la Misión el texto de un manifiesto.
6. Entrevistas con grupos que representaban a los refugiados saharianos y
a los saharianos residentes en Marruecos.
Generalidades
340. Para informarse objetivamente de los deseos y
aspiraciones del pueblo, la Misión quiso recibir al mayor número posible de
sus representantes, designados sobre el terreno por el propio pueblo, para
conversar con ellos lejos de la atmósfera ruidosa de las manifestaciones.
Con este propósito, los miembros de la Misión formaron en cada oportunidad
tres grupos, cada uno de los cuales se reunió por separado con portavoces de
la población local, quienes fueron recibidos por turno, sin la presencia de
autoridades marroquíes. Durante su estancia en la región de Agadir, la
Misión se entrevistó con una treintena de grupos compuestos de 20 a 50
personas cada uno. Todas las declaraciones formuladas por esos grupos ante
la Misión giraron fundamentalmente en torno a tres ideas: el carácter
marroquí del Sahara occidental, su liberación de la dominación española y
su reintegración a Marruecos.
Declaraciones de los refugiados
341. Los portavoces de los refugiados dijeron a la Misión básicamente que
los refugiados venían de todas partes del Sahara occidental y que
habían sido expulsados del territorio u obligados a salir de éste por haber
expresado su adhesión a Marruecos. Varios de ellos declararon que se habían
marchado del territorio como consecuencia de la detención de un miembro de
su familia. Todos ellos lamentaban el desarrollo insuficiente del territorio
en todos los aspectos, de lo que acusaban a España, pero sólo
algunos manifestaron haber salido del territorio por motivos económicos. Los
refugiados declararon que preferían vivir en el Sahara occidental a
permanecer en Marruecos. Todos ellos expresaron el deseo de regresar a su
patria tan pronto como el territorio se hubiese liberado. Los refugiados
expresaron su voluntad de combatir hasta la muerte para la liberación del
territorio. Todos ellos estaban en contra del referéndum.
342. Los refugiados declararon que no tenían ningún problema ni con las
poblaciones marroquíes de la región, ni con las autoridades marroquíes, ni
con los soldados de las Reales Fuerzas Armadas. Si no se habían
integrado en la población local era, según decían, porque querían conservar
su identidad sahariana. Si no habían tomado un empleo permanente en
Marruecos era porque deseaban evitar la tentación de vivir definitivamente
allí. Tampoco se dedicaban a los trabajos del campo porque no querían atarse
sentimentalmente a la tierra. La esperanza de regresar algún día al Sahara
era lo que les alentaba a vivir en «jaimas» (tiendas) en vez de construir
viviendas permanentes.
Entrevistas con miembros de la familia del señor Mohamed Basiri
313. En Tantán la Misión se entrevistó con un grupo de personas que se
presentaron como miembros de la familia del señor Basiri, el héroe sahariano
cuya suerte preocupa a la inmensa mayoría de los saharianos y cuyo caso se
menciona en el párrafo 254 supra. Este grupo comprendía tres personas
que se presentaron como hermanos del señor Basiri. Sus tarjetas de
identidad llevaban los nombres de señor Basir Moulay Larbi, nacido en
Marrakech en 1925 y domiciliado en Rabat; señor Basir Mokhtar, nacido en
1935 en Tadla, y señor Basir Mohamed, nacido en 1949 en Beni Ayatt. Los tres
hermanos pidieron a las Naciones Unidas, por intermedio de la Misión, que
iniciaran una investigación para ayudarles a aclarar el misterio de la
desaparición de Basiri.
344. Los miembros del grupo se declararon a favor de la liberación
del Sahara y de su integración en Marruecos.
VII. VISITA A ARGELIA
A. Opiniones del Gobierno
345. Al llegar a Argel, el 28 de mayo, la Misión tuvo una audiencia con el
presidente Houari Boumediene, luego de la cual partió hacia las zonas
fronterizas a fin de visitar los campamentos de refugiados procedentes del
Sahara Español (véanse los párrafos 361 a 363 supra). A su
regreso a Argel el 31 de mayo, en ausencia del ministro de Relaciones
Exteriores, la Misión celebró una reunión con el señor Abdelmalek Benhabyles,
el secretario central del Ministerio de Relaciones Exteriores, señor
Abdesselam Zemined, y otros altos funcionarios del Gobierno argelino. Al
final de la visita de la Misión, el 1 de junio, la Misión tuvo una
breve audiencia concedida por el presidente. Las opiniones expresadas
a la Misión durante estas reuniones fueron más tarde complementadas por
respuestas a las preguntas presentadas previamente por escrito al Gobierno.
En los párrafos siguientes se expone en forma resumida la posición del
Gobierno argelino, según fuera explicada a la Misión.
1. Principios básicos
346. Se explicó a la Misión que la política del Gobierno se basaba en tres
elementos. En primer lugar, el Gobierno no tenía reivindicaciones
territoriales sobre el Sahara occidental; en segundo lugar, era partidario
de una auténtica y total descolonización, y, en tercer lugar, apoyaba los
principios establecidos por las Naciones Unidas para la descolonización del
territorio.
347. Con respecto al primero de estos elementos, el Gobierno consideraba
que, aunque no tenía reivindicaciones territoriales, estaba de todos modos
directamente interesado porque tenía una frontera común con el territorio, y
la agitada situación que allí imperaba afectaba su seguridad, así como la
seguridad de la región de la cual Argelia forma parte. Por esa razón,
Argelia buscaba una verdadera solución que tomara en cuenta todos los
intereses, especialmente los de la población cuyo futuro se estaba
debatiendo.
348. El Gobierno argelino consideraba que el fundamento de la
descolonización estaba en el ejercicio por los pueblos bajo dominación
colonial de su derecho a la libre determinación, opinión que, según
afirmaban sus representantes, se ajustaba a los principios de la Carta de
las Naciones Unidas y de la Carta de la Organización de la Unidad Africana
(OUA), y además, concretamente, al procedimiento establecido para la
descolonización del Sahara occidental en sucesivas resoluciones de la
Asamblea General. La resolución 3292 (XXIX) difería de las resoluciones
anteriores sólo en la medida en que recababa de la Corte Internacional de
Justicia que emitiera una opinión consultiva y pedía que se aplazara
provisionalmente la celebración del referéndum mediante el cual la población
ejercería su derecho a la libre determinación. Sin embargo, como la Asamblea
General había especificado en el párrafo 1 de la resolución que la decisión
de recabar una opinión consultiva de la Corte se adoptaba “sin perjuicio de
la aplicación de los principios contenidos en la resolución 1514 (XV) de la
Asamblea Genera”, el Gobierno argelino consideraba que la resolución 3292 (XXIX)
no alteraba en manera alguna el procedimiento de descolonización aprobado
por las Naciones Unidas. El principio de que los pueblos bajo dominación
colonial tenían el derecho inviolable de determinar por sí mismos su
condición política había, sido reiterado en muchas declaraciones y
resoluciones, y especialmente en la resolución 2625 (XXV), que contiene la
declaración sobre los principios de Derecho internacional referentes a las
relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados de conformidad
con la Carta de las Naciones Unidas. El mismo principio se encontraba en la
resolución 1541 (XV) que, en rigor, no trataba el tema de la
descolonización, ya que sólo enunciaba las maneras cómo un territorio no
autónomo podía alcanzar la plenitud del gobierno propio. Según esta
resolución, un territorio no autónomo puede establecer una libre asociación
con un Estado independiente, o integrarse a un Estado independiente, sólo
como resultado de la libre decisión del pueblo del territorio. Por lo tanto,
en opinión del Gobierno argelino era evidente que la doctrina de las
Naciones Unidas sobre la descolonización se basaba ante todo en la voluntad
libremente expresada de la población que había que descolonizar.
349. El Gobierno argelino señaló que en sus resoluciones sobre el Sahara
occidental, la OUA y el grupo de países no alineados habían adoptado la
misma posición que las Naciones Unidas.
350. El Gobierno subrayó también que los tres países limítrofes del
Territorio -Argelia, Marruecos y Mauritania- habían compartido, por lo
menos hasta julio de 1973, esta misma actitud, como lo ponían en evidencia
los comunicados conjuntos publicados después de las reuniones que tuvieron
lugar vanas veces entre sus Jefes de Estado. El último de esos comunicados,
publicado al finalizar la reunión celebrada en Agadir el 23 y el 24 de
julio de 1973, contenía una declaración en la cual los Jefes de Estado
reafirmaban su resuelta adhesión al principio de la libre determinación y su
interés en asegurar que el principio se aplicara en el Sahara Español en un
marco que garantizara a los habitantes la libre y auténtica expresión de su
voluntad, de conformidad con las decisiones de las Naciones Unidos sobre
esta cuestión.
351. Se señaló a la Misión que la posición del Gobierno argelino sobre el
particular no había cambiado. El Gobierno argelino estimaba que negar la
universalidad del derecho de todos los pueblos coloniales a la libre
determinación sería atacar por la espalda a todos los movimientos de
liberación. Argelia no se opondría a una solución fundada en la división del
Territorio conforme a las reivindicaciones de Marruecos y Mauritania,
siempre que se hubiera consultado apropiadamente a la población y ésta
hubiera optado libremente por esa solución. De hecho, toda solución era
posible s era posible si la población
2. Modalidades de un acto de libre determinación
353. El Gobierno argelino señaló que, a partir de la resolución 2229 (XXI),
la Asamblea General había especificado y repetidamente reafirmado que el
ejercicio del derecho a la libre determinación debía hacerse mediante la
celebración de un referéndum, cuyos procedimientos debían ser determinados
por la Potencia administradora en consulta con los Gobiernos de Marruecos y
de Mauritania y con «cualquier otra parte interesada». La Asamblea también
había especificado que ese referéndum debía celebrarse bajo los auspicios
de las Naciones Unidas y que una misión de las Naciones Unidas debía
participar activamente en la organización y celebración del referéndum. Las
resoluciones en las cuales se enunciaba este procedimiento habían recibido
la aprobación de la abrumadora mayoría do los Estados Miembros de las
Naciones Unidas, inclusivo Argelia, Marruecos y Mauritania.
354. El Gobierno argelino estimaba, por lo tanto, que un referéndum
preparado cuidadosamente, controlado y garantizado por las Naciones Unidas,
seguía siendo el mejor medio, a pesar de las dificultades quo pudiera
entrañar su organización, para permitir que la población ejerciera su
derecho a la libre determinación.
355. El Gobierno argelino subrayó que el papel de las Naciones Unidas debía
ir más allá que el de un mero observador ya que, en su opinión, las Naciones
Unidas, por su propio carácter y por su vocación, eran las únicas que podían
dar las garantías necesarias de imparcialidad para una auténtica consulta de
la población. Además de controlar y garantizar el referéndum, las Naciones
Unidas debían decidir los términos de la pregunta o las preguntas sobre las
que se había de votar, a fin de asegurar que fuesen de un carácter tal que
suscitaran respuestas inequívocas que permitieran determinar la voluntad
real de la población.
356. El Gobierno estimaba que, si hubiera que considerar otras soluciones
distintas de la independencia lisa y llana del Territorio, debería tenerse
en cuenta que la Asamblea General, en la resolución 1541 (XV), al examinar
la posibilidad de que un territorio alcanzara el gobierno propio mediante su
integración a un Estado independiente, había especificado en el principio IX, a) lo siguiente:
“a) El territorio que so integra debe haber alcanzado un estado
avanzado de autonomía y poseer instituciones políticas libres, de modo que
sus pueblos estén en condiciones de decidir, en forma responsable, con
conocimiento de causa y por procedimientos democráticos.”
357. Habido cuenta de lo que antecede, el Gobierno argelino estimaba que
sería necesario asegurarse en primer lugar de la voluntad de la población
de liberarse de la dominación colonial, y, si se sintiese necesidad de ello,
no sería hasta, una segunda etapa, y después de que el Territorio se hubiera
dotado de instituciones políticas libres, que podría plantearse la cuestión
de la asociación o integración a otro Estado independiente.
358. El Gobierno argelino estimaba, además, que el derecho de votar en el
referéndum debería limitarse a los saharianos autóctonos del Territorio. La
tarea de identificar a los refugiados que vivían fuera del Territorio podría
confiarse a una comisión especial de las Naciones Unidas integrada por
representantes de la Potencia administradora, de los países de asilo de los
refugiados y de los movimientos políticos del Sahara, así como por expertos
en ciencias sociales que pudieran ayudar a definir objetivamente los
criterios científicos y los procedimientos adecuados para determinar
quién era sahariano autóctono del Territorio. Los representantes del
Gobierno argelino coincidían con la opinión, que había sido expresada a la
Misión durante sus discusiones en el Territorio, de que la organización de
la sociedad sahariana en grupos familiares (subfracciones) podía en cierto
sentido ayudar a la comisión a determinar quién era autóctono del Territorio
y quién no lo era.
3. Posición de Argelia respecto de los movimientos de liberación nacional
359. El Gobierno argelino dijo que se había abstenido de intervenir en los
asuntos de la población del Territorio y que la acusación de haber
creado el Frente POLISARIO no tenía ningún fundamento. El Gobierno se había
limitado a ayudar al movimiento de liberación que desarrollaba mayor
actividad, de la misma manera que ayudaría a cualquier movimiento de
liberación qua se opusiera a la colonización y no procurara derrocar un
Gobierno independiente.
360. El Gobierno dijo que su posición a este respecto era bien conocida y
había sido constante en todo momento. Argelia, basándose en su propia
experiencia, abogaba por el derecho de todos los pueblos coloniales a
liberarse de la dominación colonial y estaba siempre dispuesta a recibir y
ayudar a los movimientos de liberación de esos pueblos. Con sujeción a la
condición antes mencionada, el Gobierno argelino no favorecía a ningún
movimiento de liberación en detrimento de otro.
B. Visita a las zonas fronterizas
1. Contactos con refugiados saharianos
361. La Misión, acompañada de representantes del Gobierno argelino, viajó
por avión a Tindouf, en el sudoeste de Argelia, a unos 50 kilómetros de la
frontera del Sahara Español. Aunque se trata de una pequeña aldea, Tindouf
es la sede administrativa de la región con una mina de hierro importante y
una feria anual a la que acuden visitantes procedentes de países tan lejanos
como Malí.
362. En los dos días que permaneció en Tindouf, la Misión visitó tres
campamentos que, según se le informó, alojaban a unos 7.000 refugiados
saharianos del Territorio. Los dos primeros campamentos, visitados el 29 de
mayo, estaban situados en Oumm el Assel, a unos 180 kilómetros de Tindouf, y
en Sebicha Abdallah, a unos 30 kilómetros de Tindouf. El tercer campamento,
que la Misión visitó en la mañana del 30 de mayo, estaba situado en las
afueras de Tindouf. En los tres campamentos la Misión fue recibida por
grandes y ruidosas manifestaciones de varios miles de personas, que desplegaban
en forma prominente las banderas del Frente POLISARIO y llevaban muchos
carteles con lemas tales como “El pueblo del Sahara exige la independencia
total”, “Decimos no al colonialismo español y no a Marruecos” y “Nuestro
Único representante legítimo es el Frente POLISARIO”. Era evidente que, aun
cuando no todos los manifestantes fuesen miembros del Frente POLISARIO, por
lo menos lo apoyaban. Esto fue confirmado en las muchas entrevistas que la
Misión celebró con personas y grupos de entre los manifestantes casi todos
los cuales dijeron que habían huido de la represión, tanto dentro del
Territorio como en la región de Tarfaia, Marruecos, habitada por saharianos.
Muchos dijeron que habían estado en los campamentos desde 1973, cuando se
formó el Frente POLISARIO, aunque otros sostuvieron que habían abandonado el
Territorio después de la visita de la Misión. La Misión oyó varias denuncias
de carácter general relativas a detenciones y malos tratos aplicados por
las autoridades, tanto en el Territorio como en Marruecos, a saharianos que
propugnaban la independencia, tema que los representantes del Frente
POLISARIO repitieron con frecuencia a la Misión. Muchas personas del
Territorio dijeron que habían sido obligadas a partir sin ninguno de sus
bienes. Manifestaron su reconocimiento a las autoridades argelinas por
haberles suministrado alimentos, dispensarios médicos y escuelas.
363. Entre las personas que la Misión entrevistó en los campamentos
figuraban varias que dijeron que habían abandonado el Territorio ya en 1970,
cuando se produjeron los primeros disturbios en pro de la independencia. La
mayoría de los entrevistados procedían, al parecer, de la región
septentrional del Territorio. Se dijo a la Misión que la mayoría eran
refugiados pero que entre ellos había miembros del ejército de liberación
del Frente POLISARIO, que recibían adiestramiento militar mientras estaban
en los campamentos. Entre ellos, la Misión observó la presencia de unos 30
que todavía llevaban el uniforme de las Tropas Nómadas del Sahara Español y
que, según se dijo, eran ex miembros de dos patrullas que se habían
amotinado en una fecha anterior del mismo mes (véase el párr. 261 supra,
A/AC.109/L.1063/Add.2), y se habían unido al Frente POLlSARIO con sus
armas y equipo. La Misión observó que las condiciones de vida de los
campamentos no parecían ser muy buenas, aunque todos los refugiados
manifestaron su satisfacción por la asistencia que recibían.
2. Reunión con los dirigentes del. Frente POLlSARIO
364. Durante su visita al Territorio la Misión había encontrado gran número
de partidarios del Frente POLISARIO y se había reunido con muchos grupos de
entro sus miembros, incluso representantes locales. Sólo al llegar a
Argelia el 28 de mayo la Misión tuvo contacto por primera vez con los
dirigentes del movimiento, que enviaron a un representante para que se
entrevistara con la Misión en Argel.
365. Las conversaciones oficiales de la Misión con los dirigentes del
Frente POLISARIO tuvieron lugar en Tindouf el 30 de mayo. La delegación
estaba encabezada por el señor Sayed Louali, Secretario general del Frente,
e integrada además por los dos miembros de su Comité Ejecutivo, el señor
Ornar Mohamed Ali y el señor Mahfoud Ali Bayba, y los señores Brahim Gali
Moussa y Ahmed Kaid, miembros de su Dirección Política. Las conversaciones,
que se prolongaron durante varias horas, fueron francas y cordiales. La
delegación explicó que celebraba la oportunidad de hacerse conocer y de dar
a conocer sus actividades al mundo, puesto que carecía de medios para emitir
comunicados o desarrollar actividades de publicidad.
366. Gran parte de lo que el Secretario general relató a la Misión sobre sus
objetivos, organización y actividades ya se ha enunciado antes en el
presente informe (véanse los párrs. 215 a 218 y 244 a 246 supra,
A/AC.109/ L.1063/ Add.2). El Secretario general afirmó que el Frente
POLISARIO era una fuerza nacional que representaba las aspiraciones de la
población del Territorio y que no había sido creado por ninguna Potencia
exterior; sin embargo, agradecía la asistencia que recibía de Argelia y
Libia. Su meta era la independencia completa del Territorio y la creación de
un nuevo orden democrático que sirviese a los intereses de todo el pueblo.
Dijo que el Frente POLISARIO se oponía a toda reivindicación territorial del
Sahara occidental por parte de sus vecinos y, al mismo tiempo, no reclamaba
la devolución de las zonas (en los tres países vecinos) que, según dijo,
habían sido cedidos por España, aunque estuvieran habitadas por saharianos.
367. El señor Louali dijo que la estructura orgánica del Frente POLISARIO se
enunciaba en un estatuto aprobado durante su primer congreso, celebrado en
1973. El congreso, que se reunía cada año y en el que estaban representadas
todas las secciones del movimiento, era el órgano normativo supremo y el
único que tenía facultades para modificar el estatuto, formular la política
general y decidir el curso de la acción que debía seguirse durante el año
siguiente. El congreso elegía asimismo anualmente a los miembros del Comité
Ejecutivo y de la Dirección Política. El primero estaba integrado por cuatro
miembros militares y tres políticos. Uno de los miembros militares era el
Secretario general, quien tenía a su cargo la dirección del movimiento y,
en su carácter de Presidente del Comité Ejecutivo, la ejecución de las
decisiones del congreso. La Dirección Política se componía de 21 miembros.
368. Cada uno de los miembros militares del Comité Ejecutivo estaba
encargado de la lucha armada por la liberación en un sector militar. El
único sector donde no había lucha armada era la parte meridional del
Territorio, donde el movimiento existía pero no estaba bien organizado. La
cuestión de la lucha armada se discutía todavía en esa parte del Territorio.
El secretario general aludió con orgullo a las actividades de los
movimientos guerrilleros, que la Misión ya ha descrito.
369. El señor Louali dijo que los estudiantes desempeñaban un papel de
avanzada en la lucha por la liberación, aunque había algunas divergencias y
contradicciones entre los miembros del movimiento y aquellos estudiantes que
proseguían sus estudios para su beneficio personal y no para contribuir al
bienestar del pueblo del Sahara. Los dirigentes del Frente POLISARIO creían
que cada uno debía sacrificar sus intereses privados en beneficio del pueblo
y, por su parte, habían dejado los estudios para consagrar todos sus
esfuerzos a la lucha por la liberación. Sin embargo, el Secretario general
no sentía rencor por esos estudiantes, porque la mayoría de ellos había
ayudado a la causa despertando a la opinión pública y, especialmente,
ayudando a los militantes del Frente POLISARIO a contrarrestar los esfuerzos
de España por establecer el PUNS como tercera fuerza. Muchos se habían unido
para quemar las banderas del PUNS e impedir que realizase manifestaciones
durante la visita de la Misión.
370. Las opiniones de los dirigentes del Frente POLISARIO respecto de la
celebración de un referéndum en el Territorio se han enunciado en los
párrafos 244 a 246 supra (A/AC.109/L.1063/ Add.2) En general,
el Secretario general no creía necesario celebrar un referéndum ya que, a su
juicio, la población había dado a conocer sus deseos a la Misión mediante
las manifestaciones masivas que ésta había presenciado durante su visita al
Territorio. Sin embargo, el Frente POLISARIO aceptaría un referéndum siempre
que España retirase primero su administración y sus fuerzas armadas y éstas
fueran reemplazadas por el ejército de liberación del Frente POLISARIO y,
además, siempre que se permitiese el regreso de los exiliados y refugiados a
fin de que pudieran participar en la votación. Subrayó que debía hacerse una
sola pregunta a los votantes, a saber, si deseaban ser libres o permanecer
bajo la dominación española.
371. Durante las entrevistas de la Misión con el Gobernador general del
Territorio en El Aaiún, éste había pedido a la Misión que comunicase a los
dirigentes del Frente POLISARIO que estaba dispuesto a reunirse con ellos en
cualquier parte y sin condiciones, en la esperanza de que podría inducir al
movimiento a abandonar su lucha armada y aceptar el papel de partido
político lícito. Cuando la Misión transmitió ese mensaje a la delegación, el
señor Louali dijo que el Frente POLISARIO lo examinaría y daría su
respuesta más adelante. Añadió que el movimiento estaría dispuesto a
iniciar un diálogo con las autoridades españolas siempre que éstas se
aviniesen a hacer concesiones reales.
372. También durante la estancia de la Misión en El Aaiún, se había puesto
en contacto con ésta la familia de un ciudadano español, el señor Antonio
Martín, propietario de una compañía privada de transportes, que había sido
raptado por el Frente POLISARIO y era mantenido en cautiverio. Cuando la
Misión planteó esta cuestión a los dirigentes del movimiento, se le aseguró
que el prisionero gozaba de buena salud y recibía un buen trato. El
Secretario general dijo que el Frente POLISARIO era contrario al racismo y
daba a sus cautivos un trato humanitario. Esto se aplicaba igualmente a los
oficiales y efectivos militares españoles que el Frente POLISARIO tenía
prisioneros (véase el párr. 261 supra, A/AC.109/L.1063/ Add.2).
373. En cuanto a los prisioneros militares, el Frente POLISARIO había
informado ya a la Cruz Roja Internacional de que observaría las
disposiciones del Convenio de Ginebra relativo al trato de los prisioneros
de guerra, de 12 de agosto de 1949
(nn). Cuando la Misión sugirió que
el movimiento considerase la posibilidad de liberar a los dos prisioneros
heridos, como gesto humanitario, el Secretario general preguntó si las
autoridades españolas liberarían a los guerrilleros del Frente POLISARIO a
quienes habían capturado
(oo). En la sección siguiente se informa
acerca de la entrevista de la Misión con los prisioneros militares.
3. Entrevistas con prisioneros españoles
374. En la noche del 29 de mayo, la Misión, acompañada de algunos
periodistas, fue conducida por miembros del Frente POLISARIO a un sitio en
el desierto, a unos 80 kilómetros de Tindouf, a donde se había trasladado a
los 14 españoles prisioneros, entre quienes figuraban oficiales,
suboficiales y soldados, para que se reunieran con la Misión. Los
prisioneros habían formado parte de las dos patrullas antes mencionadas, en
cuya oportunidad Tropas Nómadas saharianas se habían amotinado y los habían
tomado prisioneros. Durante los motines, un soldado español había
resultado muerto y otros dos, que estaban entre los prisioneros, habían sido
heridos. Los nombres de los prisioneros eran los siguientes:
Oficiales (tenientes)
Juan Alvarez
Antonio Fandiño Navarro
José Sánchez Venega
Francisco Lorenzo Vásquez
Otras graduaciones
Antonio Moras Benito
Jacinto Escalante Caldito
Antonio Bausa Demain
Daniel Fuentes Garrote
Vicente Blanco García
Pedro Mateos Medino
Mateo Heredia Pérez
José Manuel Collado Piñero
José Sobrino Ríos
José Lara Romero
375. A solicitud de la Misión, ésta entrevistó a los prisioneros en privado,
donde no podían ser oídos por ninguno de sus captores ni por los periodistas
que acompañaban a la Misión. Así, los prisioneros pudieron hablar
libremente con la Misión. Luego de dar sus nombres y rangos, cada uno de
ellos aseguró a la Misión que ciertamente habían recibido buen trato de su
captores. La Misión se complació en poder transmitir esas seguridades al
Gobierno español y a las familias de los prisioneros por conducto del
Embajador de España en Argel.
VIII. VISITA A MAURITANIA
A. Opiniones del Gobierno
376. La Misión, después de viajar desde París con escala en Dakar, llegó a
Noualkchott en las primeras horas de la mañana del 4 de junio, donde fue
recibida por representantes del Gobierno mauritano. Más tarde ese mismo día,
la Misión se reunió con el Presidente Moktar Ould Daddah en una audiencia a
la que habían precedido reuniones de trabajo con una delegación de altos
funcionarios del Gobierno encabezada por el señor Hamdi Ould Mouknass,
Ministro de Relaciones Exteriores, y el señor Ahmed OuId Mohamed Salah,
Ministro del Interior. Integraban además la delegación las siguientes
personas: señor Abdullah Ould Cheikh, Ministro de Comercio y Transportes;
señor Bal Mohamed El Bechir, Subsecretario general de la Oficina de la
Presidencia de la República, señor Mohamed Ould Sidi Aly,
Director de Asuntos Políticos del Ministerio de Relaciones Exteriores; señor
Moulaye El Hassen, representante permanente de Mauritania ante las Naciones
Unidas; señor Taki Ould Sidi, Director de Protocolo, y señor Mohamed Mahmoud,
Consejero en el Ministerio del Interior.
377. Posteriormente, tras haber visitado en el norte de Mauritania varios
centros adyacentes a la frontera del Sahara Español, lo que le permitió
establecer contacto con las poblaciones interesadas, el 8 de junio la Misión
celebró nuevas conversaciones con el Presidente y el Ministro de Relaciones
Exteriores. Estas conversaciones, que luego fueron complementadas con las
respuestas del Gobierno a las preguntas escritas que la Misión le había
presentado previamente, permitieron a la Misión poner en claro las opiniones
del Gobierno de Mauritania acerca de la descolonización del Sahara Español.
En los párrafos siguientes se expone la posición del Gobierno de Mauritania,
tal como fue explicada a la Misión.
1. Fundamentos de la reivindicación territorial de Mauritania
378. Según el Gobierno de Mauritania, las fronteras políticas establecidas
para el Territorio durante el período colonial eran límites artificiales que
no guardaban relación alguna con la historia ni con la realidad etnográfica.
Antes del dominio español, toda la región, desde el río Senegal hasta Saguia
el Hamra, que comprendía a Mauritania y la mayor parte del Sahara
occidental, era conocida como el país (bilad) de Chinguetti, siendo
éste el nombre de la entidad mauritana, región ocupada por tribus mauritanas
de pastores nómadas que tenían idioma (Hassania), cultura, costumbres y
tradiciones comunes Debido a las características físicas de la región, entre
ellas las escasas lluvias y pastos, estas tribus habían desarrollado hacía
mucho tiempo un sistema socioeconómico basado en el nomadismo dentro de
zonas migratorias tradicionalmente reconocidas. Estas zonas migratorias
tradicionales, que con frecuencia se superponían, se extendían por lo que en
la actualidad era la República de Mauritania y el Sahara occidental hasta el
límite meridional de influencia marroquí. El sistema socioeconómico nómada
se había mantenido durante todo el período colonial hasta el día de hoy, sin
tener en cuenta las fronteras puramente administrativas impuestas por los
regímenes coloniales. En consecuencia, las poblaciones en ambos lados de la
frontera eran idénticas, ya que se trataba de miembros de las mismas tribus
mauritanas y, a menudo, de los mismos grupos sociales y familiares.
379. Tanto desde el punto de vista de la geografía física como del de
la población, el Sahara occidental era un enclave dentro de la entidad
mauritana mayor, separado de ella por una frontera que no tenía otra
justificación que la dominación colonial. La perpetuación de esta división
arbitraria mediante la creación del Estado artificial independiente del
Sahara occidental ocasionaría graves problemas. No sólo dividiría al pueblo
mauritano y separaría a miembros de las mismas familias, sino que también
seccionaría las zonas migratorias tradicionales que, el Gobierno de
Mauritania insistía, eran esenciales para la vida económica de las tribus
nómadas, con lo que todo un pueblo quedaría privado de sus medios de
subsistencia.
380. Se le explicó a la Misión que, desde que la población mauritana que
había estado previamente bajo la dominación colonial francesa había obtenido
su independencia, los mauritanos habían sostenido su demanda en relación con
la descolonización y la reintegración del resto de su país que permanecía
bajo dominio español. De hecho, el Presidente Ould Daddah había expresado
esa posición ya en 1957, y desde entonces se había reiterado en muchas
ocasiones la posición de Mauritania.
381. Al preguntar la Misión si esta posición era compatible con la de
Marruecos, se le dijo que el Gobierno de Mauritania no veía en realidad
contradicción alguna entre las reivindicaciones territoriales de ambos
países. Marruecos tenía una frontera común con el territorio y existía una
afinidad incontestable entre las tribus del norte del territorio y las del
sur de Marruecos, afinidad análoga a la que vinculaba a la población de la
mayor parte del territorio con Mauritania. Por consiguiente, Marruecos tenía
razones objetivas para reivindicar una parte del territorio y Mauritania
apoyaba esta reivindicación. Cada uno reconocía los derechos del otro dentro
de su respectiva zona de influencia. La mayor parte del territorio
pertenecía a Mauritania, en tanto que la parte septentrional pertenecía a
Marruecos.
382. A la luz de la posición anteriormente descrita, el Gobierno de
Mauritania, al preguntársele sí había refugiados procedentes del
territorio, dijo que, coma los saharianos y los mauritanos eran un mismo
pueblo, no había campamentos de refugiados ni era posible distinguir a. los
que venían de la zona bajo dominio español de los demás mauritanos. Si
bien era posible que hubiera unas cuantas personas que no pudieran
regresar al Sahara occidental por una u otra razón, no se las podía
considerar como refugiados porque eran, ante todo mauritanos que vivían en
su propio país y entre su gente. En circunstancias normales, había un
movimiento constante y continuo a través de la frontera en ambas direcciones
al desplazarse los nómadas según las estaciones; por ejemplo, muchas tribus
tenían sus palmares datileras en la parte meridional de Mauritania y los
visitaban para la cosecha.
383. El Gobierno de Mauritania explicó que uno de sus propósitos al invitar
a la Misión a visitar ciudades ubicadas cerca de la frontera era permitir a
los miembros de la Misión comprobar por sí mismos que las poblaciones eran
idénticas a ambos lados de la frontera, que había una constante penetración
recíproca entre esas poblaciones y que todos los habitantes, tanto los del
territorio como los de Mauritania, se consideraban así mismos como un sol
pueblo.
384. Se le dijo n la Misión que el Gobierno de Mauritania no veía
incompatibilidad alguna entre su posición y los principios de las Naciones
Unidas con respecto a la descolonización o las disposiciones de las
resoluciones de la Asamblea General relativas a la cuestión del Sahara
Español.
385. En primer lugar la declaración que figuraba en la resolución 1514 (XV)
establecía una serie de principios de igual importancia. De este modo, si
bien reconocía el derecho de los pueblos coloniales a la libre
determinación y la independencia, también afirmaba, en el párrafo 6, que
todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional
de un país era incompatible con los propósitos y principios de la carta.
Además, según la resolución 1541 (XV), la libre determinación podía
realizarse de diversas maneras, una de las cuales era la integración en un
Estado independiente. Así pues, las resoluciones de la Asamblea General
preveían varias maneras posibles de llevar a cabo la descolonización y la
cuestión consistía en determinar a qué principio habría de darse prioridad.
En la práctica, la Asamblea General había tenido siempre en cuenta las
circunstancias concretas de cada caso, y en muchos de ellos había dado
prioridad al principio de que debían mantenerse la unidad nacional y la
integridad territorial de los países interesados.
386. El Gobierno de Mauritania señaló que, en el caso del Sahara
occidental, la Asamblea General había reconocido el derecho de la población
a la libre determinación, sin exclusión del principio antes mencionado.
Ciertamente, al establecer los procedimientos para la descolonización del
territorio, en las resoluciones de la Asamblea General se había insistido
repetidamente en dos elementos: primero, que debía celebrarse un referéndum
libre, democrático e imparcial; y segundo, que el referéndum debía basarse
en consultas con los Gobiernos de Mauritania, Marruecos y cualquier otra
parte interesada. Si el referéndum se hubiera celebrado antes, como
había pedido la Asamblea, sus resultados hubiesen sido sin duda más
fácilmente conciliables con el principio del respeto a la unidad nacional y
la integridad territorial de los países interesados. Sin embargo, la
Potencia administradora había tardado nueve años en cumplir con la
solicitud de la Asamblea General. El Gobierno mauritano estimaba que era
preciso llegar a la conclusión de que la Potencia administradora había
aprovechado esta demora para cambiar las estructuras sociopolíticas del
Territorio a fin de transformarlo en una entidad separada de su medio. En
resumen, el Gobierno mauritano creía que la situación había sido manipulada
y la opción orientada de tal manera que un referéndum sólo podría dar un
resultado, a saber, el deseado por la. Potencia administradora.
387. El Gobierno mauritano estimaba que la Asamblea General, al decidir la
política que habría de aplicarse en la descolonización del territorio, debía
tener en cuenta las consideraciones que anteceden y llegar a una solución
viable que favoreciera la paz y la armonía en la región. En su opinión, los
principios que rigen la descolonización, enunciados en las resoluciones de
la Asamblea General, ofrecían una gama de opciones entre las que la Asamblea
podría elegir. Esta podría ver facilitada su elección si reconocía los
respectivos sectores de influencia en el Territorio de las partes afectadas
e interesadas. El de Mauritania correspondía a la zona tradicional de
migración de la población mauritana, que se extendía hasta Saguia el Hamra.
Al unirse a Mauritania, la población de esa zona alcanzaría la libre
determinación y la independencia.
388. Los representantes del Gobierno mauritano dijeron que, si la Asamblea
General decidiera organizar un acto de libre determinación en el
territorio, debería tenerse en cuenta las consideraciones enunciadas en la
sección que aparece a continuación.
3. Modalidades de un referéndum
389. Si bien los representantes del Gobierno de Mauritania no consideraban
que un referéndum fuera requisito previo indispensable para determinar los
deseos de la población del Territorio en lo que respectaba a su estatuto
futuro, creían que, si la Asamblea General decidiese que era necesario,
dicho referéndum no debía ser organizado por las autoridades españolas.
Dijeron que España iba en pos de la independencia del territorio y podría
influir fácilmente sobre la población por conducto de sus jeques
tradicionales. Sin embargo, habida cuenta de las condiciones prevalecientes
en el territorio, en particular la falta de personal calificado y el
carácter nómada de la población, el territorio, pese a su riqueza económica,
no podía ser viable como Estado independiente. Por consiguiente, existía el
peligro de que el colonialismo fuese reemplazado por una forma de
neocolonialismo.
390. A su juicio, una condición previa indispensable para el ejercicio de la
libre determinación era el retiro de la administración española y su
sustitución por una administración provisional de las Naciones Unidas, a la
que no podría acusarse de parcialidad y que gozaría de la confianza de todas
las partes.
391. La segunda condición sería una estrecha asociación de los países
interesados, esto es, Mauritania y Marruecos, cada uno de ellos en su
respectiva zona de influencia, en la preparación y realización del
referéndum.
392. Toda la población sahariana autóctona del territorio debería
participar en el acto de libre determinación mediante un referéndum, basado
ya fuera en el sufragio universal de los adultos, o bien, como en el caso
del Irián Occidental, en el voto de sus representantes. Sería sumamente
difícil determinar, en la población de Mauritania, quiénes podrían ser
considerados habitantes del territorio, pero el Gobierno de Mauritania
estaba dispuesto a levantar un censo si las Naciones Unidas decidieran que
era necesario. Sin embargo, este censo sería puramente administrativo y no
se ajustaría a la realidad, ya que presupondría la división de familias.
393. En opinión del Gobierno mauritano, la tarea de determinar quién tendría
derecho a votar en un referéndum debería encargarse a un órgano compuesto
por representantes de las Naciones Unidas, de los países interesados y de
las propias poblaciones. También correspondería a tal órgano formular las
preguntas que fueran a someterse a votación, teniendo en cuenta las
realidades objetivas de la situación y la necesidad de respetar la unidad
nacional y la integridad territorial de los Estados.
394. Los representantes del Gobierno de Mauritania aseguraron a la Misión
que las Naciones Unidas podían contar con la plena colaboración de su
Gobierno.
B. Contactos con la población
395. Del 5 al 7 de junio de 1975, la Misión, acompañada del Ministro
de Comercio y Transportes, el representante permanente de Mauritania ante
las Naciones Unidas y otros altos funcionarios gubernamentales, visitó los
centros de población próximos a la frontera del territorio. La primera
localidad visitada fue Atar, que está situada en la región del Adrar, a unos
80 kilómetros al sur de la frontera; después la Misión visitó Fdérik,
Zouerate y Bir Moghrein, todas las cuales están cerca de la frontera
oriental del territorio, siendo la última de las nombradas, situada
aproximadamente al norte y enfrente de Guelta Zemmur, un centro comercial
para los nómadas. Finalmente, el 7 de junio, la Misión visitó Nouadhibou,
puerto y ciudad pesquera que, por su magnitud, es el segundo centro de
población de Mauritania, situado en la costa atlántica, justamente en la
frontera y frente a La Güera.
396. Al igual que en otras partes, la Misión fue recibida en cada lugar que
visitó por grandes grupos de manifestantes alineados a lo largo de los
caminos, que al paso de la Misión la saludaban con banderas y pancartas. Sin
embargo, en estos casos casi todas las banderas eran mauritanas y en casi
todas las pancartas aparecían escritos lemas en los que se pedía la
reintegración del territorio a Mauritania o se denunciaba el colonialismo
español. Ejemplos típicos eran pancartas en que se leía: “Pedimos la
liberación del Sahara mauritano” o “Proclamamos la unidad del pueblo
mauritano”. Sin embargo, en entrevistas privadas, casi todos los grupos,
excepto los de Nouadhibou (véase más adelante), dijeron que reconocían el
derecho a la libre determinación de los saharianos dentro del territorio,
así como su derecho a optar por la independencia si así lo deseaban. No
obstante, la opinión general era que el territorio no podía subsistir como
Estado viable debía integrarse con Mauritania.
397. En cada uno de los lugares visitados, y especialmente en Bir Moghrein
y Nooadhibou, la Misión encontró también grupos de manifestantes que
ostentaban las banderas y los emblemas del Frente POLISARIO y llevaban
pancartas
en las que se pedía la independencia del territorio y se expresaba
oposición a su anexión a Marruecos o Mauritania. La presencia de estos
manifestantes, evidentemente una minoría, confirmó lo que habían dicho las
autoridades mauritanas a la Misión en el sentido de que no se impondrían
restricciones al derecho de la población de expresar libremente sus deseos
a ésta, aun en los casos en que no coincidieran con la posición del
Gobierno.
398. Al igual que en los otros países que visitó, la Misión entrevistó a
muchas personas y grupos representativos de cada uno de los lugares
visitador, sin que estuviera nunca presente ningún representante del
Gobierno de Mauritania.
399. Atar, el primero de los lugares visitados, es un importante
centro de cultivo de dátiles al cual, según las autoridades mauritanas,
acuden muchos grupos nómadas propietarios de palmares de datileras que se
establecen ahí durante parte del año. En Atar la Misión fue recibida .por
varios miles de manifestantes en una de las manifestaciones más numerosas
observadas en Mauritania. Durante una estada comparativamente breve de sólo
algunas horas, la Misión pudo entrevistar a cuatro grupos representativos y
a varias personas, casi todos los cuales manifestaron claramente a la Misión
que eran mauritanos y que, sin embargo, tenían parientes muy próximos, en
algunos casos familiares inmediatos, que vivían en el Sahara occidental.
Insistieron en que, para ellos, los habitantes del otro lado de la frontera
eran su propia gente, con la que deseaban reunirse. En Atar la Misión
encontró también a un grupo de varios cientos de manifestantes, casi todos
mujeres, que apoyaban al Frente POLISARIO y que luego protestaron ante la
Misión porque algunas de ellas habían sido detenidas a la llegada de ésta y
acusadas de desorden y de obstaculizar la marcha de la Misión. Una vez
solucionado este pequeño incidente, dijeron a la Misión que eran las esposas
de miembros del ejército de liberación del Frente POLISARIO.
400. En Fdérik y Zouerate, la situación fue muy parecida. En Zouerate, junto
con gran número de personas que pedían la unificación del Sahara occidental
con Mauritania, la Misión encontró también a un pequeño grupo de miembros
del Frente POLISARIO, que en ese caso estaba compuesto por jóvenes o
estudiantes. Estos afirmaron que había en Zouerate muchos refugiados
políticos, pero que las autoridades les impedían ver a la Misión porque
habían limitado el número de manifestantes a cien. Sin embargo, cuando se
les pidió que probaran su afirmación, tan sólo pudieron organizar una
pequeña manifestación de unos 300 partidarios. Los que comparecieron ante
la Misión declararon ser refugiados y dijeron que preferían la independencia
para el Sahara occidental, pero que si ésta no resultara viable, desearían
unirse a Mauritania.
401. En Bir Moghrein, localidad adyacente a Saguia el Hamra en la región
septentrional del territorio, donde el Frente POLISARIO tiene su mayor
fuerza, la Misión encontró dos grupos numerosos de manifestantes, uno a
favor de la integración con Mauritania y el otro a favor de la
posición del Frente POLISARIO. El Cadí y otros notables de Bir Maghrein
dijeron a la Misión que, en lo que a ellos concernía, su primera prioridad
era que la población del Sahara occidental obtuviera su independencia de
España. Una vez lograda ésta, creían que «sus hermanos», del antiguo
territorio probablemente decidirían unirse a Mauritania.
402. En Nouadhibou, la Misión fue recibida por varios miles de
manifestantes que pedían la integración del territorio en Mauritania y por
una pequeña, pero vociferante, minoría de varios cientos de partidarios del
Frente POLISARIO. La presencia de estos últimos ocasionó algunas
dificultades momentáneas cuando la Misión comprobó que el programa dispuesto
por las autoridades municipales eran una reunión organizada en un cine por
dirigentes del partido político nacional de Mauritania con una serie de
discursos preparados en apoyo de la posición oficial del Gobierno. Sin
embargo, posteriormente la Misión pudo celebrar entrevistas privadas con
varios grupos, entre ellos representantes del Frente POLISARIO. A excepción
del Frente POLISARIO, cuya posición ya se ha explicado con detalle, todos
los grupos entrevistados dijeron que consideraban a los pobladores del
Sahara occidental como mauritanos y que deseaban quo el territorio se
volviera a unir a Mauritania. Sin embargo, pusieron de relieve que su primer
objetivo era liberar al territorio de la dominación colonial.
IX. OBSERVACIONES GENERALES Y CONCLUSIONES DE LA MISION
403. Al preconizar en la resolución 2072 (XX) negociaciones sobre los
problemas relativos a la soberanía sobre el Sahara Español, al
afirmar de manera constante en sus resoluciones subsiguientes el derecho
inalienable de la población del Sahara Español a la libre determinación y a
la independencia, al pedir, en virtud de la resolución 3292 (XXIX), una
opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia sobre los aspectos
jurídicos de la cuestión, la Asamblea General ha hecho aparecer el carácter
específico de la descolonización del Sahara Español.
404. Aparte de la complejidad del problema, la tarea de la Misión se ha
hecho difícil porque la resolución 3292 (XXIX), que pedía el envío de una
misión de visita al Territorio no precisaba su mandato.
405. La Misión ha considerado, por consiguiente, que su mandato derivaba
del mandato del Comité Especial. La Labor de la Misión consistía en ayudar
al Comité en la tarea que le había confiado la Asamblea General en su
resolución 3292 (XXIX), es decir, examinar la situación en el Territorio.
406. La mejor manera de desempeñarla era poner a disposición del Comité
Especial el máximo de información y de datos directos que pudiese recoger en
el curso de su visita a España, al Territorio y a los países limítrofes.
407. Con tal fin, la Misión visitó la mayor parte de las ciudades,
localidades y centros de interés situados en el Territorio o en los países
vecinos que tenían relación directa o indirecta en el Territorio y sus
problemas. Se entrevistó con las autoridades gubernamentales de España y de
los países vecinos, así como con las autoridades del Territorio y con todas
las personalidades, personas o grupos que, por sus actividades, funciones u
otras razones, desempeñaban un papel en los asuntos del Sahara Español o
estaban interesados en la descolonización del Sahara Español. La Misión se
puso en contacto con un gran sector de la población residente fuera y dentro
del Territorio.
408. Atenta a la objetividad que de ella se esperaba, la Misión informó con
fidelidad acerca de los hechos tales como se presentaron o fueron
observados durante su visita, así como acerca de las opiniones tales como
le fueron expresadas. Estos hechos y estas opiniones se encuentran
expuestas en el conjunto del informe, que constituye un todo indivisible.
No obstante, la Misión desea poner de relieve en los párrafos siguientes
algunas de las observaciones y conclusiones que ha sacado de su visita.
409. El Sahara Español es un territorio de 226.000 kilómetros cuadrados,
rico en fosfatos, cuyo litoral bordea ininterrumpidamente el Atlántico a lo
largo de 1.062 kilómetros, y cuyo lado continental tiene fronteras de una
longitud total de 2.045 kilómetros con tres Estados. Esta posición
geoeconómica confiere al Sahara Español su interés político y explica el
hecho de que la forma que adoptará su descolonización preocupe a todos los
Estados limítrofes.
410. Debido a su carácter de nómada, la población del Territorio cruza
fácilmente las fronteras para desplazarse a los países vecinos donde es
acogida por miembros de sus tribus o incluso de sus familias. Este flujo y
reflujo de las poblaciones a través de las fronteras del Territorio hace
difícil levantar un censo completo de los habitantes del Sahara Español y
plantea también el delicado problema de la identificación de los saharianos
del Territorio y, sobre todo, el del levantamiento de un censo
satisfactorio de los refugiados.
411. Según el censo efectuado por la potencia administradora en 1974, la
población sahariana que vivía en el Territorio era de 73.497 personas.
España calculaba que podría haber de 3.000 a 4.000 saharianos en Marruecos,
de 4.000 a 5.000 en Mauritania y un número mucho menor en Argelia.
Marruecos afirmó tener por los menos de 30.000 a 40.000 refugiados. Según
las autoridades argelinas, habría más de 7.000 refugiados saharianos en el
sur de Argelia. Por último, Mauritania hizo saber que no tenía ningún
refugiado porque los saharianos eran mauritanos que vivían a los dos lados
de la frontera administrativa. No obstante, estimaba que podría identificar
en caso necesario a los saharianos originarios del Territorio y levantar un
censo de ellos. Conviene subrayar, sin embargo, que todas estas cifras son
impugnadas por unos o por otros, incluidos los movimientos de liberación.
Por consiguiente, toda consulta que tome como base estas cifras será
inevitablemente impugnada.
412. Conviene advertir que el desarrollo del Territorio en las esferas
económica, social y cultural está lejos de haber alcanzado un nivel
suficiente y satisfactorio. Necesitará ciertamente asistencia de la
comunidad internacional y de las Naciones Unidas. La Misión comprobó, por
otra parte, que la práctica de la esclavitud existía todavía e1 el
Territorio. Sería conveniente que un órgano competente de las Naciones
Unidas examinara esta cuestión.
413. Si bien todas las partes involucradas e interesadas están a
favor de la descolonización completa del Territorio, no por ello se hallan
menos divididas en cuanto a las modalidades de esta descolonización y al
estatuto definitivo del Territorio.
414. El Gobierno de España ha reafirmado su intención de descolonizar el
Territorio de conformidad con las resoluciones de las Naciones Unidas. Con
este fin, está dispuesto a cooperar con los Estados de la región y con las
Naciones Unidas a fin de permitir a la población del Territorio el
ejercicio del derecho a la libre determinación. En lo tocante al
referéndum, España considera que las poblaciones del Sahara Español han
expresado en términos inequívocos a la Misión su deseo de alcanzar la
independencia. Las Naciones Unidas deberían, en opinión de España, tomar
nota de este hecho y permitirle llevar a su término el proceso de libre
determinación interrumpido por la resolución 3292 (XXIX). Sin embargo,
habida cuenta de la situación imperante en el Territorio y en la región, el
Gobierno de España ha hecho público su propósito de retirarse del
Territorio a la mayor brevedad posible, sin cremo por eso un vacío. No tiene
intención de asumir en el Territorio las responsabilidades complementarias
que pudiesen surgir cualquier demora.
415. La Misión no tiene duda alguna en cuanto a la intención de la potencia
administradora de descolonizar el Territorio y desea subrayar que recibió
España toda asistencia necesaria y plena cooperación el cumplimiento de su
mandato.
416. El Gobierno de Marruecos reafirmó sus reivindicaciones
territoriales sobre el Sahara occidental e insiste en que el Territorio sea
integrado a Marruecos. No obstante, declaró que, en caso necesario, podría
aceptar un referéndum que satisficiera determinadas condiciones, entre ellas
el retiro de las tropas y de la administración españolas, la presencia
provisional de las Naciones Unidas para que supervisara el mantenimiento del
orden, el funcionamiento de la administración y el regreso de los
refugiados. Este referéndum no podría hacerse, en su opinión, sino de
manera que las poblaciones eligiesen entre Marruecos y España. Además, el
Gobierno marroquí indicó que podría llegar a un acuerdo con Mauritania para
resolver el problema del Sahara Español.
417. El Gobierno de Mauritania, por su parte, reafirmó sus reivindicaciones
territoriales sobre el Sahara Español e insistió en que el Territorio fuera
integrado a Mauritania. Este Gobierno está igualmente convencido de que
podría hallar, junto con Marruecos, una solución del problema del Sahara
basada en el reconocimiento de sus respectivas zonas de influencia en el
Territorio. Finalmente, consideró que si debía llevarse a cabo un acto de
libre determinación en las condiciones precisadas en el párrafo anterior,
Marruecos y Mauritania, partes involucradas, deberían participar en la
preparación y en la organización del acto de libre determinación en sus
respectivas zonas de influencia.
418. El Gobierno de Argelia declaró, por su parte que no tenía
ninguna reivindicación territorial sobre e el Sahara Español. Considera, sin
embargo, que este territorio debe ser descolonizado conforme a los
principios establecidos por las Naciones Unidas y la OUA, dando a la
población del Territorio la posibi1idad de ejercer su derecho a la libre
determinación y decidir libremente acerca de su destino. El Gobierno de
Argelia añadió que aceptaría y respetaría cualquier solución del problema
del Sahara Español, siempre que esta solución hubiera sido aprobada
libremente por la población interesada.
419. La Misión se felicita del espíritu de cooperación de que dieron prueba
con respecto a ella los Gobiernos de Marruecos, Argelia y Mauritania para
el cumplimiento de su tarea y de las facilidades que le proporcionaron con
este fin, así como de la atención especial de que fue objeto dura ate su
visita a esos países.
420. La Misión comprobó que, dentro del Territorio, la población, o por lo
menos casi todas las personas entrevistadas por la Misión, estaban
categóricamente a favor de la independencia y en contra de las
reivindicaciones territoriales de Marruecos y de Mauritania. La población
expresó el deseo de que las Naciones Unidas, la OUA y la Liga de los Estados
Árabes, la ayudaran a obtener su independencia y a conservarla. En sus
manifestaciones y declaraciones la población demostró que apoyaba los
objetivos del Frente POLISARIO y del PUNS, en pro de la independencia del
Territorio.
421. Dentro del Territorio la Misión no se puso en contacto sino con dos
movimientos políticos, el Frente POLISARIO y el PUNS, el primero de los
cuales es un movimiento do liberación y el segundo un partido político.
Estos dos movimientos sostienen la posición unánime de exigir que el
Territorio se independice, pero propugnan métodos diferentes para lograrlo.
Rechazan las reivindicaciones territoriales de Marruecos y de Mauritania.
422. Los dirigentes del Frente POLISARIO y también los representantes del
PUNS que están en el Territorio consideraban que el referéndum ya no era
necesario, dado que la población había expresado ya claramente sus deseos y
aspiraciones a la Misión. No obstante, todos declararon que aceptarían el
referéndum si éste fuese el curso preconizado por las Naciones Unidas.
423. El Frente POLISARIO, pese a haber sido considerado un movimiento
clandestino hasta la llegada de la Misión, parecía ser la fuerza política
dominante en el Territorio. La Misión fue testigo de manifestaciones
masivas de apoyo al movimiento en todo el Territorio.
424. Por razones que le son propias, el PUNS, que incluye entre sus
afiliados a la mayoría de los miembros de la Yema'a, no organizó
manifestaciones públicas en el norte del Territorio. En cambio, las
organizó en el sur, donde se dice que tiene un apoyo considerable.
425. En Marruecos, todos los refugiados políticos del Territorio con
quienes se entrevistó la Misión reclamaron la anexión del Territorio a
Marruecos y rechazaron toda idea de independencia. Idénticos deseos
expresaron los dos movimientos de liberación con los que se entrevistó la
Misión en Marruecos, a saber, el FLU y el MOREHOB.
426. En Argelia, los refugiados y los dirigentes del Frente POLISARIO con
quienes se reunió la Misión se declararon categóricamente a favor de
independencia y rechazaron las reivindicaciones territoriales de Marruecos y
de Mauritania.
427. En Mauritania, la Misión tomó nota de tres opiniones. Algunas de las
personas interrogadas eran partidarias de la integración lisa y llana del
Territorio a Mauritania. Otras reconocían el derecho de la población del
Sahara Español a le libre determinación y a la independencia, pero
esperaban que el nuevo Estado se integrara o se asociara libremente a
Mauritania, país con el que tenía vínculos más estrechos. Una tercera
categoría, compuesta de partidarios del Frente POLISARIO que se consideraban
refugiados procedentes del Sahara Español y no mauritanos, se pronunció en
favor de la independencia del Sahara Español.
428. La Misión pudo comprobar que la presencia militar de España en el
Territorio era bastante importante. Sin embargo, no pudo evaluar el volumen
de esas fuerzas ni tuvo oportunidad de comprobar la de las fuerzas
marroquíes estacionadas en la región meridional de Marruecos. En cuanto al
número total de tropas estacionadas a cada lado de la frontera, las
autoridades españolas y las autoridades marroquíes suministraron cifras
contradictorias a la Misión.
429. Había una situación de tirantez en la frontera entre el Sahara Español
y Marruecos, así como dentro del Territorio, donde ha habido una serie de
incidentes que han dado por resultado varios muertos y heridos, así como la
captura de prisioneros. Este estado general de tirantez, que tiene
repercusiones y ramificaciones en los países vecinos, pone evidentemente en
peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad de la región.
430. En este contexto, cabe señalar que la Misión recibió pedidos de
saharianos de dentro y fuera del Territorio en favor de la liberación de
todos los presos políticos, especialmente de un señor Mohamed Basiri, sobre
cuya suerte la Misión no pudo obtener informaciones precisas.
431. La Misión estimó que, a pesar de la tirantez y de la presión de los
acontecimientos, la responsabilidad de la Potencia administradora, tanto en
lo que concierne al mantenimiento del orden público y la defensa del
Territorio como a la seguridad y bienestar de sus habitantes, permanecería
intacta hasta que la. Asamblea General decida la política que ha de
seguirse para la descolonización del Territorio.
432. Cabe señalar que ha habido contactos, conversaciones y reuniones sobre
la cuestión del Sahara Español entre todas las partes interesadas, a saber,
entre España y cada uno de los países limítrofes del Territorio, entre dos
de éstos o entre los tres países limítrofes. Aparte de la información que
figura en los comunicados conjuntos emitidos al concluir algunas de estas
reuniones (Véase el apéndice II del presente informe), la Misión no ha sido informada del tenor ni de los resultados
de esas conversaciones.
433. Conviene mencionar que, por invitación de los Gobiernos interesados,
el Secretario general de las Naciones Unidas efectuó visitas a Argelia, a
Mauritania, a Marruecos y a España, y celebró conversaciones del más Alto
nivel con los gobernantes de estos países.
434. Un examen cuidadoso de los diversos elementos considerados en los
párrafos precedentes indica que, para que constituya una solución duradera y
permita mantener la paz en la región, todo arreglo de la situación deberá
lograrse con el acuerdo y la participación de todas las partes involucradas
e interesadas, es decir, la Potencia administradora, los Gobiernos de los
países limítrofes y los representantes de la población sahariana.
435. Es importante asimismo subrayar que la descolonización del
Sahara Español debe tener en cuenta los deseos y las aspiraciones de toda la
población sahariana del Territorio, incluidos los que viven en este momento
en el extranjero como exiliados políticos o refugiados. Deben protegerse sus
intereses presentes y futuros.
436. A este respecto, cabe señalar que los Gobiernos involucrados e
interesados de los países vecinos al Territorio, los movimientos políticos
del Sahara Español y los voceros de los exiliados políticos y de los
refugiados saharianos en los países vecinos han enunciado las condiciones
siguientes para la celebración de cualquier consulta popular en el
Territorio: a) el retiro de las fuerzas armadas y de la
administración españolas; b) el regreso de los exiliados políticos y
de los refugiados, y c) un período de transición durante el cual una
presencia de las Naciones Unidas asuman la responsabilidad de la
administración y el mantenimiento de la paz y el orden en el Territorio.
437. La Misión cree que toda consulta que se organice en el Territorio, de
cualquier naturaleza que sea, para que sea verdaderamente una expresión de
la opinión de la mayoría deberá basarse en la participación de todos los
saharianos originarios del Territorio. Por lo tanto, es importante
determinar quiénes son y quiénes no son saharianos originarios del
Territorio. Las partes involucradas e interesadas han convenido en que esta
tarea debería confiarse a una comisión de expertos designados por las
Naciones Unidas, que trabajaría en estrecha cooperación con la Potencia
administradora y con las demás partes involucradas e interesadas.
438. La Misión ha observado que tanto la Potencia administradora como los
Gobiernos de los países con que limita el Territorio, los representantes de
las poblaciones y los dirigentes de los movimientos políticos han destacado
la importancia del papel y de la asistencia de las Naciones Unidas en la
solución del problema del Sahara Español en interés de todos y en pro de la
paz y la seguridad en la región.
439. Por esta razón, las Naciones Unidas no solamente deberían alentar a
todas las partes involucradas e interesadas a iniciar un diálogo, y con
este fin proporcionarles el marco adecuado, con el objeto de que
encontraran medios que permitieran realizar una descolonización pacífica
del Territorio, sino también prestarles, si la solicitaren, toda la
asistencia que fuera necesaria.
440. Para crear un clima favorable a una descolonización pacífica del
Territorio todas las partes involucradas e interesadas deberían aceptar de
común acuerdo:
a) Reconocer la responsabilidad de la Potencia administradora
respecto del Territorio durante la fase crucial del proceso de
descolonización y prestarle toda la cooperación necesaria para ayudarle en
el cumplimiento de su cometido;
b) Evitar la adopción de toda iniciativa, de cualquier
naturaleza que fuese, que tendiera a cambiar el statu quo del territorio;
c) Estabilizar el número de efectivos en el territorio y en
las fronteras, y evitar reforzarlos en cuanto a dotación, armamentos y
equipo;
d) Asegurarse de que las tropas existentes se abstuvieran de cometer
actos de provocación, ya fuera mediante su desplazamiento o mediante
emboscadas, colocación de minas, ataques de comandos armados, sabotaje,
etcétera;
e) Abandonar la campaña de prensa que las partes han desatado una contra
otra dentro de los medios de comunicación y que no facilitan búsqueda de una
solución pacífica de la cuestión;
f) Abstenerse de cualquier medida que pudiese contribuir a
empeorar la situación en el Territorio o las relaciones entre las partes
involucradas e interesadas y, en caso necesario, disuadir de su propósito a
quien tratase de realizar acciones de esta clase.
441. La Misión está convencida de que si se cumplen todas estas
condiciones, todas las Partes podrán contribuir a la descolonización del
Sahara Español, teniendo en cuenta, por una parte, los intereses de la
población que vive dentro y fuera del Territorio y, por la otra, los
intereses do los Estados limítrofes y la necesidad de mantener la paz y la
seguridad en la región, de conformidad con el espíritu y la letra de la
Carta de las Naciones Unidas.
442. La Misión también está convencida de que una presencia de las Naciones
Unidas en el Territorio, en la forma y por el tiempo que se determinasen,
podría resultar útil y constituir un factor de apaciguamiento y de
confianza, que es indispensable para la descolonización pacífica del
Territorio.
443. Habiendo cumplido el mandato de que fue investida por el Comité
Especial y basándose en la voluntad de todas las Partes involucradas e
interesadas de buscar, dentro del marco de las Naciones Unidas, una solución
pacífica al problema del Sahara Español de conformidad con las resoluciones
pertinentes de la Asamblea General, especialmente de la resolución 3292 (XXIX),
los miembros de la Misión visitadora han llegado a la conclusión de que las
Naciones Unidas deben aportar a la solución de este problema una
contribución positiva que preserve la paz y la seguridad en la región y
fortalezca la concordia y la cooperación entre los países de ella.
444. Con ese fin, expresan la esperanza de que, cuando examine la cuestión
en su trigésimo período de sesiones, al definir la política que se ha de
seguir para acelerar el proceso de descolonización del Territorio de
conformidad con la resolución 1514 (XV), en las mejores condiciones y a la
luz de la opinión consultiva que emitirá la Corte Internacional de Justicia,
la Asamblea General tenga debidamente en cuenta el informe de la Misión
visitadora y, en particular, las opiniones expresadas por los grupos de la
población, tanto dentro como fuera del Territorio y por los Gobiernos
involucrados e interesados.
445. Dadas las divergencias de opinión expresadas con respecto al porvenir
del Territorio por esos pueblos y por esos Gobiernos, los miembros de la
Misión, teniendo presente la opinión consultiva solicitada por la Asamblea
General de la Corte Internacional de Justicia de conformidad con el párrafo
1 de su resolución 3292 (XXIX), consideran que la Asamblea General debe
adoptar medidas para que esos pueblos puedan decidir su porvenir en
completa libertad y en un ambiente de paz y de seguridad, de conformidad
con las disposiciones de la resolución 1514 (XV) y las resoluciones
pertinentes de la Asamblea General relativas a la cuestión.
446. Las modalidades de esa consulta que debería realizarse bajo los
auspicios de las Naciones Unidas y en las condiciones indicadas en los
párrafos que anteceden podrían ser elaboradas por una nueva Misión
visitadora designada por el Secretario general de las Naciones Unidas, en
estrecha cooperación con la Potencia administradora y las demás partes
involucradas e interesadas.
APENDICE 1
Observación de la señora Marta Jiménez Martínez (Cuba)
La delegada de Cuba, estando de acuerdo con lo fundamental del informe,
desea dejar constancia de la siguiente observación:
Es un derecho legítimo de los pueblos ser dueños de su propio destino de
conformidad con la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General, de 11 de
diciembre de 1960, que señala: «Todos los pueblos tienen el derecho de libre
determinación en virtud de este derecho determinan libremente su condición
política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural»,
El ejercicio de este derecho no puede ser limitado, menos aún supeditado a
los intereses de otras naciones.
La acción de las Naciones Unidas debe encaminarse a garantizar que el pueblo
saharaui determine libremente su propio destino a lo cual deben contribuir
la Potencia administradora y los países vecinos, en un ambiente de paz y
seguridades recíprocas.
(b) Véanse A/AC.109/484; A/AC.109/486; A/AC.109/487.
(d) Ibid., decimoquinto período de sesiones, Cuarta Comisión, 1048.a sesión.
(g) Ibid., Cuarta Comisión, 1506ª. sesión.
(k) Ley de 21 de abril de 1961 y Decreto 3349, de 29 de noviembre de
1962.
(r) Ibíd., vigésimo primer periodo de sesiones, sesiones plenarias, 1441ª sesión.
(s) [bid., vigésimo noveno período de sesiones, sesiones plenarias,
2251.a sesión.
(t) [bid., vigésimo séptimo periodo de sesiones, Cuarta Comisión,
2001.a sesión.
(v) lbid., vigésimo noveno periodo de sesiones, Cuarta Comisión,
2125.a sesión.
(w) lbid., sesiones plenarias, 2265ª. sesión.
(x) lbid., Cuarta Comisión, 2125ª. sesión.
(y) La frontera entre Argelia y Marruecos es objeto de una controversia.
(z) Decreto de 10 de enero de 1958.
(dd) Decreto 1024, de 11 de mayo de 1967, artículo 171.
(ee) Véase el párrafo 23 supra, donde se definen los diversos
grupos enumerados.
(ff) Según el Frente Polisario, el total de refugiados políticos y
exiliados ascendía a 50.000, en tanto que las autoridades de Marruecos
dijeron que tan sólo en la parte meridional de Marruecos había entre 30.000
y 35.000 refugiados. El gobierno de Argelia estimaba en más de 7.000 el
número de refugiados en Argelia.
(gg) Al 24 de septiembre de 1975, 59,2 pesetas equivalían al dólar de
los Estados Unidos.
(mm) Posteriormente, cuando la Misión se encontraba en Tindouf
(Argelia), que es una localidad próxima a la frontera con el Sahara español,
el Frente POLISARIO permitió a la Misión que, se reuniera y hablara en
privado con los prisioneros, quienes declararon recibir buenos tratos, de
conformidad con el Convenio de Ginebra de 12 de agosto de 1949, relativo al
trato de los prisioneros de guerra (United Nations, Treaty Series,
vol. 75, núm. 972, p. 135). Posteriormente, los dos prisioneros heridos
fueron puestos en libertad y repatriados. Véanse también los párrafos 374 y
375 infra (A/AC. 109/L. 1063/Add.3).
nn/ Naciones Unidas, Treaty Series. vol. 75. No. 972.
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